A Obama le encanta la tecnología, algo que sufre su responsable de Seguridad, que debe evitar el espionaje de uno de los principales objetivos del mundo
Al presidente de EEUU, Barack Obama, le apasionan los dispositivos. Es el primer POTUS (el nombre en clave del presidente de Estados Unidos) que lleva un smartphone, le encanta su iPad, y ha sido visto con un Fitbit en la muñeca (ver Cómo usar tu móvil en el trabajo sin comprometer la información confidencial).
Pero toda esa conectividad representa una gran vulnerabilidad a ojos de las personas encargadas con su seguridad. Cosas como rastrearle mediante GPS y monitorizar su ritmo cardíaco deben ser materia de pesadillas para el equipo informático de Obama. Por no hablar del peligro de que sus correos electrónicos sean vulnerados y del uso de un micrófono colocado subrepticiamente para espiar los informes clasificados que recibe.
The New York Times describe la odisea tecnológica del comandante jefe. No pueden relatar exactamente cómo han sido modificados sus dispositivos - es una cuestión de seguridad nacional - pero elaboran un perfil de un antiguo miembro del Estado Mayor Conjunto del Presidente, cuyo iPad tuvo que ser modificado por técnicos de DARPA antes de poder utilizarlo en las salas de informes clasificados. Es razonable creer que la mayoría de los dispositivos de Obama hayan sufrido un destino similar, despojados de transmisores Bluetooth, diminutas cámaras, sensores de ubicación, etcétera.
En cuanto a por qué Obama lleva una BlackBerry cuando los fabricantes de unos dispositivos más estilosos claramente estarían dispuestos a facilitarle uno, en 2013 dijo: "No se me permite, por motivos de seguridad, tener un iPhone". Pobrecito.
(Fuente: New York Times)