El CEO de Aeorum, Jesús García, explica la tecnología, de sello español, que ha conseguido ser seleccionada por la aceleradora internacional INCENSe
Foto: Una muestra de la interfaz del software de HelioXcan en funcionamiento. Crédito: Aeorum.
Si empieza a ver un dron sobrevolando una planta de energía fotovoltaica no se alarme. Probablemente no se trate de una campaña de espionaje, sino de uno de los aparatos voladores adaptados por la empresa española Aeorum. La compañía acaba de ser seleccionada en la segunda convocatoria europea INCENSe, que además de incluir un programa de aceleración de empresas, puede dotarla con hasta 150.000 euros para su desarrollo.
La selección de Aeorum se suma a otros reconocimientos de la empresa a nivel europeo. Fundada en 2009 como una spin-off de la Universidad de Málaga (España), es joven pero no inexperta. Tras un par de años centrada en la consultoría, decidió cambiar el rumbo para desarrollar su propia I+D, que financiaba a través de sus propios ingresos. Poco a poco, Aeorum empezó a conseguir fondos de varias ayudas de la Unión Europea para desarrollar sus propias tecnologías, especialmente con proyectos relacionados en el área de la seguridad y la supervisión de infraestructuras hasta el momento actual, en el que emplea a 20 personas.
Ahora Aeorum se ha alzado entre los 28 proyectos seleccionados por INCENSe gracias a su proyecto HelioXcan, que combina las imágenes capturadas por los drones con diferentes herramientas de análisis basadas en inteligencia y visión artificial. Este combo de tecnologías permite a la empresa una posición privilegiada en el área de la analítica, tal y como puntualiza su CEO, Jesús García: "No somos una empresa de drones, nuestro fuerte es la analítica asociada a todo lo que los drones pueden detectar, analizar y reconocer".
¿En qué consiste HelioXcan?
Un dron o flota de drones recorre una infraestructura con paneles solares, tanto si está en lo alto de un edificio como en una gran instalación. Toma datos de cada uno de los paneles a partir de su geoposición. Después llega la parte analítica. Lo que aquí desarrollamos es un software as a service (SaaS) con el que el propietario de una gran instalación utiliza su dron para tomar imágenes que posteriormente se suben a la nube junto a ciertos metadatos de su ubicación. Entonces, el software realiza un análisis automático de qué es lo que le pasa a esa placa, si pierde eficiencia o no, temas de limpieza, etcétera. Esto permite generar un histórico de toda la información, en otras palabras: un sistema automatizado para el mantenimiento y supervisión de las instalaciones fotovoltaicas.
¿Qué tipo de imágenes serían?
Tanto térmicas como de espectro real. Pero no se trata solo de sacar la foto. Puede hacer falta una iluminación específica, por ejemplo. Todo depende de qué se quiera detectar y de las características del cliente. A partir de ahí el dron se puede configurar con una inteligencia, unos sensores y unos algoritmos concretos.
Entonces, ustedes se dedican a adaptar los drones de una empresa para que recopilen los datos necesarios para trabajar con su software, ¿correcto?
También podemos vender los drones de forma puntual, pero el modelo de negocio es el SaaS que genera esos análisis, esa inspección y esos reportes. No se paga por un software completo, sino por el uso del mismo.
¿Qué beneficios tiene además? Como nos nutrimos de mucha información de muchos clientes, el sistema de inteligencia artificial va mejorando en cada interacción, cada usuario se beneficiará de la experiencia de otros.
Pero para una empresa pequeña será más complicado disponer de su propia flota de drones, por lo tanto, sus clientes en general serán empresas con instalaciones grandes, ¿no?
Son grandes compañías, pero dado que nuestro producto es un SaaS, también facilita que pequeños mantenedores e instaladores hagan su mantenimiento de forma barata sin necesidad de desplazar expertos.
Solo es necesario que el dron tome la imagen y las suba a la nube donde el software se encarga de hacer todo. El inspector que tiene que analizar esto no tiene por qué ir a las instalaciones. Reduce costes, y al ser SaaS no se necesita comprar el software completo para empezar a trabajar. Esto lo abre tanto a grandes como pequeños, pero los grandes, claro, tendrán una flota de drones más particularizada.
Foto: Uno de los drones de la compañía.
¿Aumentaría su clientela si alquilaran los drones?
Ese modelo igual ya no es tan escalable porque nosotros estamos físicamente en Málaga. Por eso en las primeras etapas nos centraremos en la venta de HelioXcan como software. Aun así existen varias fórmulas posibles respecto al hardware: desde la venta de un dron fabricado por nosotros hasta adaptar otros modelos del mercado con un software de navegación específico. Pero no, por ahora no contemplamos la opción de alquilar nuestros drones.
Una de las condiciones de la convocatoria era usar la plataforma de tecnología abierta desarrollada desde la Comisión Europea a través del programa FIWARE. ¿Cómo la han adaptado a su trabajo anterior, que ya estaba desarrollado e incluso en el mercado?
Es la parte que tenemos que desarrollar ahora. Contamos con un pequeño prototipo FIWARE que usaremos como base para desarrollar el sistema durante estos seis meses [el periodo de aceleración contemplado]. Si no hubiera sido por la convocatoria igual no habríamos adaptado nuestra tecnología a FIWARE. Pero así se nutrirá un poco de todas las tecnologías que los fondos europeos ya han pagado con anterioridad. Al final, uno beneficia a otro y el otro beneficia a uno. Ya hemos comprobado cómo FIWARE nos puede ayudar en aspectos como el seguimiento de tareas de inspección en tiempo real. En cierto modo, si mis tecnologías van a beneficiar a FIWARE, también mis tecnologías se van a beneficiar de FIWARE.