Esta hipotética flota, que se presume eléctrica y más compacta y eficiente, emitiría hasta un 94% menos que los coches actuales
Para el año 2030, los taxis eléctricos y autónomos podrían generar la vigésima parte de las emisiones por milla (1,6 kilómetros) respecto a las que emite el coche medio que circula actualmente por las carreteras, según un nuevo informe científico.
Según sea el alcance del despliegue de taxis autónomos, el cambio podría hacer una mella importante en las emisiones totales de gases de efecto invernadero, puesto que actualmente el transporte supone el 13% de las emisiones globales.
Dos investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley en California (EEUU), Jeffery Greenblatt y Samveg Saxena, realizaron los cálculos en un estudio publicado recientemente por la revista Nature Climate Change. Su investigación concluye que los taxis autónomos podrían producir emisiones por milla entre un 87% y un 94% menores que las que se atribuyen a los coches actuales. La cuantía de la reducción dependerá de la variación potencial de emisiones de gases de efecto invernadero asociada con la electricidad en 2030.
El escenario de los investigadores, sin embargo, depende de ciertas hipótesis importantes. Prevén que los taxis autónomos probablemente sean eléctricos y que los coches se habrán rediseñado para ser mucho más compactos y eficientes, para compensar la ausencia de un conductor y el bajo número habitual de pasajeros a bordo.
Aun así, el estudio ofrece otra nueva perspectiva sobre el impacto probable que causará el aumento de los vehículos autónomos. "Considerando lo que pasa cuando compartes, estos vehículos aportan ahorros energéticos mucho mayores", dice Greenblatt. "Me sorprendió lo barato que resulta operar un coche alimentado por una batería eléctrica cuando haces 70.000 millas (unos 112.000 kilómetros) al año".
En los últimos años, se han hecho progresos significativos hacia la comercialización de la tecnología necesaria para permitir que los coches conduzcan de forma autónoma en muchas situaciones (ver Google saca a pasear a 23 de sus pequeños coches sin conductor). Algunos fabricantes como General Motors (GM) y Tesla tienen planes de introducir tecnología de conducción autónoma en carretera a sus vehículos durante los próximos años.
Puede que la automatización completa tarde muchos años en llegar a los coches convencionales, pero quizás los taxis se puedan automatizar más rápidamente. Disponer de una flota coordinada de vehículos autónomos podría suponer unas ventajas importantes, especialmente para rutas muy frecuentadas. Esto podría cambiar la industria del transporte radicalmente y potencialmente hasta desplazar un sector de empleo al completo. El nuevo estudio sugiere que el impacto medioambiental también podría ser profundo.
"Sí creo que se aproximan bastante en cuanto a las reducciones", dice Ryan Chin, un investigador científico del MIT Media Lab que estudia el impacto potencial de los coches autónomos.
Uber es otro ejemplo del potencial de la tecnología para revolucionar la industria del taxi. El servicio de coches recientemente invirtió millones de dólares en un centro de investigaciones de conducción autónoma en Pittsburgh (EEUU), robando investigadores del prestigioso departamento de Robótica de la Universidad Carnegie Mellon (EEUU).
Trabajos previos sugieren que incluso la automatización parcial podría aportar significantes beneficios energéticos. Un estudio de la Sociedad de Transporte Inteligente de Estados Unidos del año 2014 concluyó que un aumento en la automatización de los vehículos podría producir una reducción de entre un 2% y un 4% del consumo de gasolina cada año a lo largo de la próxima década.
Sin embargo, predecir cómo un cambio tecnológico tan radical podría producirse es intrínsecamente complicado.
"El futuro de las energías del transporte depende de cómo el sistema se emplee, y existen motivos para ser cautelosos", escribe Austin Brown, un científico del Laboratorio Nacional de Energías Renovables en Washington (EEUU), en un artículo que se publicó junto al estudio en la misma edición de la revista Nature Climate Change. "Vehículos pequeños y eficientes tendrán que competir entre sí por clientes con vehículos más grandes y enfocados al confort o a la productividad".
Greenblatt y Saxena dicen que se producirían beneficios incluso si se produjera un aumento importante del transporte (lo que supondría un consumo de energía hasta cinco veces mayor del que contempla su estudio), pero Brown sostiene que la comodidad de los chóferes autónomos a demanda podría animar a la gente a realizar más desplazamientos de los que hacen actualmente. "No existe ninguna estimación fiable de cuánto podría aumentar la demanda cuando la conducción ya no requiera de la atención del conductor", escribe.