"Nací en Tripoli, Líbano, en 1989. En aquel momento había mucha violencia política. La guerra civil libanesa acabó un año después. Desgraciadamente, la estabilidad duró poco. Cuando iba a la Universidad Americana de Beirut, recuerdo que había asesinatos o bombas casi todas las semanas. Cuando llegué al Instituto Tecnológico de Massachusetts (EEUU) como estudiante de doctorado al Laboratorio de Informática e Inteligencia Artificial, lo primero que me sorprendió es que podía dedicar todo el tiempo a concentrarme en la investigación".
"En uno de nuestros proyectos estábamos desarrollando un wifi más rápido maximizando el rendimiento entre nodos. De vez en cuando el sistema fallaba y dejábamos de tener buenos resultados. Nos dimos cuenta de que era porque alguien pasaba por el pasillo y hacía que cambiara el canal".
"Si lanzo una señal inalámbrica contra una pared, una cantidad tremenda de esa señal se reflejará. Una parte diminuta atravesará la pared, reflejándose en cualquier cosa que haya detrás y volverá. Nos dimos cuenta de que usando estas señales inalámbricas podíamos detectar movimiento y así es como empezamos a trabajar en la posibilidad de ver a través de las paredes".
"Se puede seguir a la gente mientras se mueve. Puedes hacer un seguimiento del pulso y la respiración de múltiples personas. Las tiendas que quieren entender cómo se mueve la gente en sus locales pueden ver cuándo alguien coge un producto, lo mira y lo devuelve al estante. La policía podría ver si hay alguien detrás de una pared. Una de las preguntas que nos hacemos es: ¿se puede medir el pulso de un feto en el útero de su madre sin tocar el cuerpo de esta?"
"Cuando estuve en casa en Líbano y se lo conté a mi abuela, ella preguntó: '¿Puedo colocarlo en el salón y si me caigo en el dormitorio o en el baño lo detectará y enviará un SMS a uno de mis hijos? Por favor, conviértelo en un producto y colócalo aquí'".
—conversación con Suzanne Jacobs
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