La empresa desarrolla un software que será capaz de razonar, comprender textos e interaccionar con el usuario como si fuera una persona
Los grandes anuncios hechos en el evento I/O de Google en San Francisco (EEUU) el miércoles pasado no tuvieron que ver con las búsquedas web, la tecnología con la que empezó esta empresa y que tantos éxitos le ha dado. Pero en una pequeña sesión celebrada más tarde ese mismo día, el inventor y futurista Ray Kurzweil habló de conseguir que la tecnología de búsqueda actual de Google quede obsoleta.
Kurzweil se unió a la empresa hace 18 meses para encabezar un proyecto centrado en crear software capaz de comprender el texto igual de bien que un ser humano. El miércoles comentó al público asistente a la sesión que el proyecto iba por buen camino y que daría lugar a una forma completamente distinta de buscar en la web y gestionar la información.
"Interaccionarás con la búsqueda igual que con un ayudante humano", explicó Kurzweil. Podrás hacerle una pregunta al software igual que si estuvieras hablando con otra persona, comentó. Y podrás confiar en que te devolverá una respuesta completamente razonada, no sólo una lista de enlaces como hace el motor de búsqueda actual de Google. Un ayudante virtual de este tipo también podría tomar la iniciativa, explicó Kurzweil, adelantándose cuando apareciese nueva información relacionada con una pregunta o una conversación anteriores.
Kurzweil afirmó que la tecnología acabará teniendo un uso tan generalizado como el motor de búsqueda actual de Google, y que su alcance irá más allá de los documentos de texto. También predijo que los chips especializados diseñados para poner en marcha elementos clave del procesado de información involucrado abaratarían el despliegue de la tecnología.
Kurzweil dio pocos detalles sobre cómo funcionará el software, pero dijo que se basaba en la teoría de la inteligencia expuesta en su libro de 2012, Cómo crear una mente. La teoría de Kurzweil es que todas las funciones del neocórtex, la capa exterior arrugada de nuestro cerebro donde se asientan el razonamiento y el pensamiento abstracto, se basan en sistemas que usan una jerarquía de reconocimiento de patrones para procesar la información. Defiende que cada capa usa el output de las que tiene por debajo para trabajar con patrones cada vez más complejos y abstractos.
Kurzweil explica que, al leer un texto, nuestro cerebro primero reconoce las letras individuales. Después pasa a comprender las palabras que forman; después el sentido de las frases; y al final el pensamiento o argumento que intenta transmitir la persona que las escribió.
La tecnología de búsqueda actual de Google sólo es capaz de comprender los niveles inferiores de esa jerarquía, por ejemplo los sinónimos para palabras individuales, explica Kurzweil. No puede sintetizar ese conocimiento de bajo nivel para crear una comprensión de conceptos de un nivel más alto.
La idea de construir software inteligente que busque sucesivos niveles de patrones en los datos no es exclusiva de Kurzweil. Cuenta que su grupo está usando una técnica conocida como "modelos jerárquicos ocultos de Markov", que lleva más de una década usándose. Más recientemente, Google, Facebook y otras empresas han conseguido avances importantes en el reconocimiento del habla y otros campos usando un enfoque más nuevo conocido como aprendizaje profundo, que se basa en grandes redes de neuronas simuladas organizadas en jerarquías (ver "Google pone a trabajar su tecnología de cerebro virtual").
Pero nadie ha creado software capaz de construir conocimiento o comprensión complejos partiendo de unidades sencillas, explica Kurzweil. "Hasta ahora eso se le escapa al campo de la inteligencia artificial". "Nosotros tenemos un modelo que creo que resolverá este problema clave de poder añadir automáticamente a la jerarquía".
Las afirmaciones de Kurzweil sobre la inteligencia humana y el neocórtex son algo polémicas. El profesor de psicología de la Universidad de Nueva York (EEUU) Gary Marcus, ha dicho que la teoría es simplista y no está respaldada por pruebas del campo de la neurociencia.
El miércoles Kurzweil afirmó que sus ideas estaban respaldadas por pruebas y habló de usarlas para crear software con capacidades no muy distintas a las de los humanos. Ha calculado que para emular funcionalmente el cerebro humano, un ordenador tendría que llevar a cabo alrededor de 100.000 millones de cálculos por segundo. "Será difícil proporcionárselo a mil millones de usuarios, aunque lo he hablado con Larry Page y cree que es posible", afirmó.
Kurzweil, además, respondió con un "sí" con límites cuando se le preguntó si los sistemas construidos así podrían a llegar a ser conscientes. "Que un ente tenga consciencia no es una cuestión científica, porque no existe un experimento falsificable que puedas hacer", dijo. "La gente no se pone de acuerdo sobre los animales y no se pondrán de acuerdo sobre la inteligencia artificial. Mi voto de confianza es que si un ente parece consciente y parece que tiene las experiencias que afirma tener, entonces es consciente".