El plan acelerará el cambio del carbón al gas natural en estados que se han resistido a él
Foto: Este lunes, la directora de la Agencia de Protección Medioambiental, Gina McCarthy, anunció un plan para reducir las emisiones de dióxido de carbono de las centrales eléctricas en un 30% para 2030.
La administración Obama ha tomado su medida más rotunda respecto al cambio climático con una propuesta de la EPA (siglas en inglés de la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos) para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero emitidas por las centrales eléctricas en funcionamiento. El efecto más probable de estas reglas, si sobreviven a los desafíos legales, será el paso acelerado al uso del gas natural y nuevas medidas de eficacia energética en los estados con una fuerte dependencia del carbón.
La directora de la EPA, Gina McCarthy ha desvelado este lunes el Plan de Energía Limpia para reducir las emisiones de CO2 que provienen de la generación eléctrica en un 30% para 2030, comparado con los niveles de 2005. La EPA espera tener el reglamento elaborado en un año y dará a los estados otro año para presentar un plan inicial de cumplimiento. Los planes finales se aprobarían en 2017, ó 2018 si implican a varios estados.
Los recortes propuestos son importantes. Atendiendo a la propuesta, las emisiones caerán un 24% en comparación con su trayectoria ascendente actual, según el Centro de Soluciones para el Clima y la Energía. Y aunque se trata de una política nacional respecto las emisiones de dióxido de carbono, los estados tendrán mucho que decir en cómo puede cumplir la industria eléctrica con los objetivos impuestos por la EPA.
Los estados con una fuerte dependencia del carbón, como Wyoming, West Virginia y Kentucky, probablemente aceleren el cambio, que se está dando en toda la industria, a centrales de gas natural; o actualizarán las centrales de carbón para que quemen biomasa y tengan una mayor eficacia. Las empresas eléctricas de los estados dependientes del carbón también podrían ofrecer incentivos a los consumidores para mejorar la eficiencia energética, por ejemplo descuentos por electrodomésticos y equipos industriales más eficientes.
El panorama será distinto en los estados que ya tienen mandatos respecto a las energías renovables y otras políticas para reducir las emisiones del sector energético, que es responsable de aproximadamente el 40% de las emisiones de CO2 de Estados Unidos. Los estados podrían seguir con los programas para añadir más microrredes de energía solar distribuida, o crear programas de compraventa de carbono regionales para cumplir con los objetivos en las reducciones. Los estados del noreste del país ya tienen un sistema de comercio de los derechos de emisión que permite a las eléctricas reducir las emisiones o comprar créditos de reducción de CO2. California, Oregón y Washington podrían asociarse para crear otro programa regional de compraventa de carbono, según el economista medioambiental de la Universidad de Harvard (EEUU), Robert Stavins.
Hay bastantes gobernadores y fiscales de Estado que se oponen a los programas de reducción de emisiones como el comercio de derecho de emisiones. Sin embargo este tipo de programas son los más eficaces en términos de costes, explica Stavins. "¿Como siempre se han opuesto al comercio de derechos de emisiones, usarán un enfoque más caro y castigarán a los ciudadanos y la industria de su estado? Será interesante ver qué pasa", afirma.
Pero probablemente pasen años antes de que se pueda implantar cualquier tipo de reglamento debido a los desafíos legales y la complejidad de conseguir que los reguladores estatales y las eléctricas pongan en marcha las reglas.