Sus 'apps' aún no son lo suficientemente prácticas como para que merezca la pena pagar el precio del dispositivo
Aparte del hecho de que aún no está disponible públicamente, hay montones de razones para no usar Google Glass, incluso aunque tengas la posibilidad. Por nombrar algunas: son caras, tienen un aspecto raro y resulta extraño llevarlas, no funcionan tan bien y, ya estés en casa o caminando por la calle, la gente os mirará a ti y a la pequeña pantalla prismática que llevas en la cara.
¿Sus contras pesarán siempre más que sus pros? Para entender si Glass podría ser más útil, he estado llevando una ejemplar de color naranja y probando una variedad de aplicaciones gratuitas que aprovechan al máximo las incipientes capacidades de Glass y su colocación en un lugar de privilegio como es la cabeza. La mayoría están disponibles en el mercado de Google, Glassware, lo que significa que están entre el pequeño grupo de aplicaciones a las que la empresa ya ha dado el visto bueno. Pero también probé algunas que había que cargar al margen en el dispositivo a través de un ordenador, un proceso en múltiples pasos del que Google te avisa que haces por tu propia cuenta y riesgo y que, al menos en mi caso, inhabilitó Glass temporalmente en un punto y mezcló sus funciones un par de veces.
Puesto que Glass aún está en su primera fase de desarrollo y no está disponible para el público en general, no esperaba que ninguna de las aplicaciones fuera increíble. Y, de hecho, no encontré ninguna buenísima por la que mereciera la pena comprar Glass (que ahora cuesta unos 1.500 dólares, unos 1.100 euros), pero sí encontré varias con el potencial de ahorrar tiempo y facilitarte la vida, y otro par de ellas que ya son eficaces a pesar de que Glass sea aparatoso, caprichoso y espantosamente prominente.
Strava Cycling
Cuando hago salidas largas en bici, odio apartar la vista de la carretera para consultar el pequeño ordenador para bici que llevo enganchado al manillar en el que se ven la velocidad y el kilometraje. La aplicación Strava Cycling parecía una forma chula de evitarlo: muestra esos datos y un cronómetro en texto blanco prístino sobre la pantalla transparente de Glass, así que está disponible con un rápido vistazo. También hay una versión para corredores.
Al principio ver los datos en la pantalla de Glass me distraía aún más que mirar hacia abajo a mi ordenador para bici, porque me costaba absorber lo que aparecía en la pantalla sin ignorar el mundo que había detrás. Pero me acostumbré después de un par de salidas y me gustó mucho poder conseguir esta información rápidamente con una inclinación de la cabeza, y que desapareciera igual de rápidamente.
Aún hay importantes problemas que lastran a la aplicación. Me preocupa su capacidad para registrar bien la velocidad, ya que las cifras de la pantalla parecían quedarse colgadas al subir y bajar. Strava quizá pueda mejorarlo, pero la empresa sólo puede optimizar su aplicación hasta un punto para compensar otro gran problema de Glass: la escasa duración de la batería (Google afirma que vale para "un día de uso típico", aunque en mi uso de medio a intensivo nunca conseguí sacarle más de varias horas). Después de una ruta relativamente corta desde casa hasta el mar y vuelta (unos 10 kilómetros), con comprobaciones frecuentes de las estadísticas, Glass había perdido una cantidad significativa de energía. Para que durara una ruta de varias horas tendrías que limitar las consultas, lo que va en contra del objetivo de ver esa información en tiempo real.
Glass Hunt
Jugué a algunos de los juegos aprobados por Google a través de un paquete de Glassware llamado Mini Games, pero me divertí más con Glass Hunt, un juego de disparar en primera persona que te puedes descargar al margen.
Glass Hunt es excepcionalmente sencillo: apuntas un objetivo a platos de arcilla que vuelan por encima de un paisaje verde y dispararas a todos los que puedas usando la cabeza para colocar la cruz de la diana sobre cada plato. Google tiene un juego prácticamente idéntico llamado "Clay Shooter" en Mini Games, pero tiene un diseño mucho más espartano y se usa con órdenes de voz, lo que hace que sea mucho más difícil de controlar.
Principalmente, Glass Hunt da una buena idea de cómo podrían ser los juegos para los ordenadores que se llevan en la cabeza, como Glass, en un futuro próximo. Mejorando el seguimiento del movimiento de la cabeza y los métodos de interacción, juegos como éste podrían ser la bomba.
Allthecooks Recipes
La aplicación que más sentido tenía para Glass y una de las mejor cocinadas, era Allthecooks Recipes.
La aplicación está disponible como Glassware aprobado por Google y te permite tanto buscar recetas como seguirlas con Glass y grabar tus propias recetas paso a paso para compartir con otros. Cuando cocino me paso el tiempo yendo del bol al libro de recetas (o una receta en la pantalla del iPhone), así que cualquier cosa que me ahorrase tiempo y follones tenía buena pinta.
Allthecooks funciona sorprendentemente bien. Decidí cocinar algo en la oficina, donde tengo las opciones bastante limitadas ya que sólo tenemos un microondas y una tostadora. Usé Glass para buscar "postres de microondas" en la aplicación y rápidamente encontré una receta fácil de caramelo con mantequilla de cacahuete.
En la aplicación Allthecooks, se puede ver la lista de ingredientes para cualquier receta mirando la cabeza hacia arriba. Así que entré en el supermercado de al lado de la oficina, busqué los ingredientes mientras recorría los pasillos y compré lo que necesitaba.
De vuelta en la oficina, fue fácil leer cada paso de la receta en la pantalla de Glass y no había demasiado texto en cada pantalla. Normalmente la pantalla de Glass se apaga cuando no está en uso, pero en este caso seguía iluminada el tiempo suficiente como para completar un paso algo complicado (verter chocolate fundido y mantequilla de cacahuete en un plato mientras lo mezclas con leche condensada). Y si no tenía claro qué me tocaba hacer, podía ir y volver entre los pasos.
Word Lens
Word Lens, una popular aplicación para smartphone que traduce texto impreso en tiempo real a toda una serie de idiomas, parece una buenísima idea para un ordenador portable: si llegas a un país nuevo, ¿por qué ibas a querer mirar todo el rato la pantalla de tu móvil si las traducciones aparecen justo delante de los ojos?
El problema, desafortunadamente, es que la pantalla de Glass no está justo delante de tus ojos. Está por encima de tu ojo derecho. Esto significa que hay que practicar un poco antes de acostumbrarse a centrar la pantalla sobre lo que quieres que traduzca.
Además, no es instantáneo del todo: tienes que enfocar la pantalla sobre las palabras que quieres comprender, y la aplicación lo entenderá como una señal para hacer un zoom sobre esas palabras y traducirlas.
Lo bueno es que la aplicación proporciona traducciones bastante decentes, siempre que me limitara a tipos de letra sencillos y frases cortas (como lo que se suele ver en los carteles). Como esperaba, Word Lens tuvo más problemas con las frases, los textos no demasiado contrastados con el fondo y los textos sobre fondos muy abigarrados.
Word Lens es como el resto de las aplicaciones que probé y el propio Glass: tiene mucho camino que recorrer antes de que merezca la pena usarlo a diario.