Cambio Climático
"La humanidad necesita ganar tiempo para encontrar la solución tecnológica frente al CO2"
Vinicio Suro, director del Instituto Mexicano del Petróleo, apuesta por la captura de CO2 como solución a largo plazo para reducir su impacto ambiental, mientras se investiga una solución permanente.
Tras 20 años de trabajo en Petróleos Mexicanos (Pemex), Vinicio Suro dirige desde junio de 2012 el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP). Su objetivo ahora es devolver este centro el puesto de liderazgo que le corresponde como instituto público de investigación en materia petrolera.
Esto significa, en palabras de Suro, “que las capacidades científicas del IMP, que ya han sido demostradas en la última década, tienen que expandirse, crecer y convertirse en un verdadero motor para lograr la eficiencia del sector de hidrocarburos en México”.
¿Cómo hacerlo? Él mismo nos lo cuenta.
TR: ¿Qué reto concreto se plantea resolver el IMP?
Vinicio Suro: Debemos conectar mucho mejor las labores de desarrollo tecnológico con las laborales operativas, concretamente con Petróleos Mexicanos (Pemex). Si lo logramos, habremos alcanzado ese viejo paradigma de convertir la tecnología en un motor para agregar valor económico a la industria.
¿A qué área están destinando más recursos?
Tratamos de equilibrar nuestro portafolio de proyectos de investigación y desarrollo tecnológico para que tengamos varios desde proyectos de investigación básica hasta proyectos de asimilación pasando por el desarrollo de productos de investigaciones tecnológicas previas.
Esta cartera de proyectos abarca la cadena entera de la industria petrolera. Tenemos proyectos en exploración y producción, en transformación de hidrocarburos y, desde luego, hay temas dominantes en cada uno de estos sectores. Por ejemplo, en exploración y producción buscamos mejorar la probabilidad de éxito exploratorio mediante algoritmos para procesar información sísmica; desde el punto de vista de explotación de hidrocarburos estamos dedicando considerables recursos a mejorar las metodologías y procesos asociados a la recuperación secundaria y mejorada. En transformación de hidrocarburos estamos orientados a la creación de tecnologías que, por ejemplo, nos permitan convertir etano en etileno de una manera mucho más eficiente o la creación de nuevos catalizadores para crear combustibles más limpios.
¿Cuál cree que tiene más futuro?
El futuro es nuestro. Como instituto de investigación tenemos que centrarnos en el mediano y largo plazos a partir de un conocimiento preciso y detallado de las situaciones actuales que rodean la operación de hidrocarburos.
En nuestra visión a largo plazo, vemos a México produciendo hidrocarburos a partir de campos cada vez más maduros, sujetos a procesos de recuperación secundaria y mejorada. También vemos a México produciendo hidrocarburos de esos ambientes geológicos basados en lutitas, donde el IMP está aportando tecnologías para reducir la huella ambiental y aumentar el flujo de hidrocarburos.
Desde el punto de vista de la industria de la transformación, puedo ver al IMP con catalizadores que puedan emplearse con mayor abundancia en la industria de la refinación y ayudando a la producción de combustibles limpios.
¿Cuáles son las investigaciones más punteras que se están realizando?
Un reciente estudio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) muestra con toda claridad de que, al menos en la última década, el IMP ha sido el centro público de investigación y organización industrial en México con mayor número de patentes. Esa situación nos enorgullece pero al mismo tiempo nos provoca la necesidad de ir más allá, lo cual significa no solo registrar el doble de patentes sino que esas patentes se conviertan en dispositivos, en equipo en las instalaciones de Pemex que le permita hacer más eficiente sus operaciones.
Eso es lo que estamos buscando en estos momentos. Si lo logramos, habremos dado un gran paso para conectar la actividad científica con la actividad práctica que redundará en todos los días de trabajo con la industria petrolera en México.
¿Cuáles son los resultados más destacados de estas investigaciones?
En proyectos de exploración y producción, tenemos un dispositivo que alarga la vida productiva de los pozos: el Mejorador del Patrón de Flujo Tipo Venturi (MPFV). Lo que logra, básicamente, es utilizar al máximo la energía de los yacimientos y extender la vida de los pozos, de manera que aumentamos las reservas de hidrocarburos. Este dispositivo, creado por jóvenes investigadores del IMP y en proceso de patente, indica claramente hacia dónde tenemos que ir.
Desde el punto de vista de los catalizadores, estamos trabajando en un proceso catalítico para la obtención de etileno a partir de etano. Es una tecnología muy reciente, estamos en proceso de registro de dos patentes y en proceso de iniciar pruebas piloto.
¿Cuál es su posición respecto a la investigación en técnicas de fracking sin agua para ayudar a liberar el petróleo de los depósitos de esquisto?
Yo diría que en los próximos cinco años vamos a ver otra manera de realizar fracturamiento en la roca y vamos a pasar de un fracturamiento hidráulico, como es el día de hoy, a un fracturamiento probablemente con base en un gas.
El IMP tiene un enfoque más diversificado en el sentido de que lo que queremos lograr, a través de información indirecta, es identificar aquellas zonas que son más susceptibles de ser fracturadas con acumulaciones importantes de hidrocarburos y tomando ventaja de la propensión de la roca a ser fracturada. Eso, sin duda, ahorrará energía, esfuerzos, mucho dinero y generará volúmenes mayores de hidrocarburos.
Investigaciones recientes sugieren que el uso de pilas de combustible podría potenciar la producción en los pozos de petróleo para extraer el material que normalmente se queda agarrado a los poros dentro de una reserva de crudo. Incluso podrían usarse en el lugar de extracción para generar electricidad y ayudar a liberar el petróleo y luego taponar la reserva, atrapando el CO2 bajo tierra. ¿Están evaluando el uso de este tipo de técnicas?
Sabemos que una porción significativa de hidrocarburos permanece en la roca. Después de lo que llamamos la explotación primaria, esos volúmenes generalmente son más del 50 por ciento de hidrocarburos. En el IMP tenemos varios proyectos de investigación asociados a emplear técnicas de recuperación secundaria o mejorada, a través de un enfoque híbrido. Esto consiste en inyectar un fluido con un componente químico para modificar las condiciones de la roca y del crudo y que este tenga una mejor movilidad, con el objetivo de que el crudo llegue de la formación al pozo y del pozo a la superficie. Desde luego, el uso de CO2, de nitrógeno, de agua, de gas natural, más líquidos, catalizadores, etc., sin duda nos puede poner en una posición mucho más interesante para aumentar el factor de recuperación asociado a la explotación de este tipo de yacimientos.
Desde el punto de vista de secuestrar CO2 en yacimientos abandonados, yo diría que los proyectos actuales son muy promisorios en el sentido de que ciertamente el CO2 que se está produciendo en determinados lugares sí puede ser atrapado y puede ser utilizado para propósitos de recuperación mejorada, y de esa manera las emisiones de CO2 que se están enviando hoy a la atmósfera podríamos ubicarlas en un yacimiento durante 100, 200 o 300 años. Lo que necesitamos como humanidad es ganar tiempo, sabemos que los sellos en este tipo de yacimientos no son perfectos, pero sí suficientes para varios milenios, durante los cuales podremos encontrar la solución tecnológica frente al CO2.
Algo que es importante mencionar es que debemos abundar mucho más que en la fuente emisora de CO2. Debemos establecer dispositivos asociados a procesos que nos permitan capturarlo desde el origen y transformarlo en otro tipo de componente mucho más manejable para evitar la emisión de gases de efecto invernadero.