La amenaza del servicio de Internet superrápido de Google Fiber está haciendo que otros proveedores de Internet mejoren sus ofertas.
Ahora que Google planea expandir su servicio de Internet ultrarrápido en Estados Unidos -que ha pasado de un modesto esfuerzo en Kansas City a las ciudades de Austin, en Texas y Provo- empiezan a aparecer pruebas de que la empresa ha obligado a su competencia en la oferta de banda ancha a ofrecer un servicio sustancialmente mejor.
Nuevos datos de Akamai, que distribuye una importante parte de todo el tráfico web, revelan un sorprendente cambio de situación en Kansas. En el último trimestre de 2012, Kansas asistió al mayor salto en la velocidad media de conexión a Internet en todos los Estados de Estados Unidos comparado con el último trimestre de 2011, con un crecimiento de un 86 por ciento. El segundo lugar donde más aumentó la velocidad fue Wyoming, con el 51 por ciento.
En noviembre de 2012, Google empezó a instalarse en Kansas City, ofreciendo conexiones de Internet de un gigabit -casi 100 veces más rápidas que la media estadounidense- por 70 dólares al mes (unos 53 euros), o 120 dólares (unos 91 euros) con servicio de televisión, un mando a distancia en forma de tableta Nexus 7, dos terabytes de almacenaje DVR, más otro terabyte de almacenaje en nube. La oferta de Internet y el servicio de televisión se habían anunciado unos meses antes. "Podría ser que los demás proveedores de la zona pensaran 'Vaya, podemos perder suscriptores ante esta oferta de Google si no ofrecemos un servicio competitivo'", afirma David Belson, autor del informe sobre el estado de Internet de Akamai.
No existen datos públicos que sirvan para hacer un retrato completo de las mejoras en velocidad o las reducciones de tarifas hechas por los proveedores de Internet para la zona de Kansas City en respuesta al inicio del servicio de Google, que proporciona banda ancha a través de líneas de fibra óptica. Pero Susan Crawford, profesora de la facultad de derecho Benjamin N. Cardozo de Nueva York (EE.UU.) y antigua asesora especial para política tecnológica en la administración Obama, afirma que sus investigaciones sugieren que Google es, de hecho, la fuerza que mueve el mercado de Kansas.
En diciembre, Time Warner Cable aumentó la velocidad de algunos servicios en la zona de Kansas City, aumentando su servicio "turbo" de 15 megabits por segundo a 20 megabits por segundo y su servicio más rápido de 50 a 100 megabits por segundo. "Veo a Time Warner Cable en Kansas City y sus alrededores, actuar como un bulldog con un hueso", afirma Crawford, autora de Captive Audience: The Telecom Industry & Monopoly Power in the Gilded Age. (La audiencia cautiva: La industria de las telecomunicaciones y el poder del monopolio en la edad de oro). "Quieren asegurarse de mantener a sus suscriptores, no de perderlos".
En general, los proveedores de Internet dominantes podrían hacer cosas para proporcionar mejores ofertas sin que les costara demasiado esfuerzo, afirma. Las empresas de cable como Time Warner Cable y Comcast tienen la capacidad técnica para acelerar el servicio, y también mucho margen para bajar los precios, dados los cálculos de un analista —Craig Moffet de la firma de Wall Street Bernstein Research—de que normalmente tienen unos márgenes de beneficio del 97 por ciento sobre los servicios de Internet.
Y la competencia puede ser aún más fuerte en los nuevos campos de batalla abiertos por Google Fiber. Después de que Google anunciara sus planes para Austin, AT&T anunció rápidamente que equipararía esa oferta con su propio servicio de un gigabit, y Time Warner Cable hizo más atractivos sus planes de Internet con Wi-Fi gratuito en espacios públicos para sus clientes.
Google no ha desvelado cuántos clientes tiene en Kansas City, o qué planes compraron esos clientes. Pero Akamai hizo algo de trabajo forense para comprobar lo pequeña que era la huella del servicio de Google, y por lo tanto lo poco que hacía falta para despertar a la competencia.
Según Belson, en el último trimestre del año pasado Google servía a menos de un diez por ciento de las 830.000 direcciones de Internet que Akamai contabilizó en Kansas, o menos de 830 clientes. "En última instancia no vimos suficientes direcciones de IP únicas de Google como para que esas velocidades influyeran excesivamente el cálculo general de la velocidad", afirma Belson.
Lo que resulta aún más sorprendente quizá es que los clientes de Google Fiber estaban usando mucha menos velocidad que la ofertada. Las direcciones IP asociadas con Google Fiber estaban viendo velocidades de conexión medias del doble de los cinco megabits de media que se dan en Kansas y picos de cinco veces más que los 25 megabits que se dan de media en la zona.
Parte de esto se puede explicar por el hecho de que algunos clientes de Google Fiber solo contrataron un paquete básico de cinco megabits por una tarifa de instalación única de 300 dólares (unos 227 euros), y no contrataron el servicio rápido. Pero la realidad es que, por ahora, "no hay muchas cosas ahí fuera que sean capaces de usar gigabits", explica Belson.
En todo caso, las velocidades de gigabits han sido muy capaces de despertar una nación de monopolios y duopolios en el servicio de Internet.