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Datos ultrarrápidos en tu 'smartphone' gracias a la tecnología LTE-Advanced

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Mediante la combinación de datos procedentes de múltiples antenas y frecuencias, la tecnología inalámbrica ultrarrápida está a punto de ponerle el turbo al 4G.

  • por David Talbot | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 11 Febrero, 2013

Hace dos semanas, durante la última prueba del futuro ancho de banda inalámbrico, el fabricante chino de teléfonos móviles ZTE y el operador China Mobile afirmaron haber logrado una velocidad de descarga máxima de 223 megabits por segundo en experimentos con una tecnología de red conocida como LTE-Advanced.

El apetito de los usuarios por la banda ancha móvil parece insaciable. Cisco Systems estima que el tráfico de datos móviles será 18 veces mayor en 2016, y Bell Labs predice que aumentará 25 veces. "El tráfico de datos ha ido creciendo", señala Michel Peruyero, director sénior de estrategia de evolución de producto de Alcatel-Lucent, que está desarrollando pequeñas estaciones base, llamadas células pequeñas, que incluyen las nuevas funciones de LTE-Advanced. "La LTE por sí sola únicamente puede soportar un número determinado de usuarios. Con la LTE-Advanced, las tasas de datos aumentan significativamente, o los mismos datos son compartidos por muchos más usuarios".

El trabajo en la LTE-Advanced se ha estado llevando a cabo durante varios años y será puesto a prueba por los operadores en algunas partes de Norteamérica a finales de este año. En esencia, la tecnología une corrientes de datos de hasta cinco frecuencias diferentes: un truco conocido como 'agregación de operadores'. Además de eso, puede transmitir y recibir usando hasta ocho antenas, una tecnología conocida como de múltiple entrada y múltiple salida, o MIMO por sus siglas en inglés. El ancho de banda inalámbrico real cambia constantemente en función de la ubicación y el número de dispositivos que se conectan a una estación base en un momento dado.

Con la nueva tecnología, los teléfonos y tabletas podrían usarse para aplicaciones de gran ancho de banda como el streaming de vídeo, los juegos y las videoconferencias. Sin embargo, no está exenta de costes: los dispositivos que la utilicen, que proliferarán en cantidad durante los próximos años, necesitarán procesadores más potentes, así como más antenas interiores. Los teléfonos actuales generalmente utilizan una sola antena para captar un flujo de datos a la vez. Los dispositivos LTE-Advanced también necesitarán más espacio de almacenamiento de energía para efectuar los cálculos necesarios en el dispositivo. Si no se producen nuevos avances en el sector de las baterías o se reduce el consumo de energía por otros medios, los teléfonos acabarán siendo más grandes.

Todavía no está disponible ningún dispositivo que utilice la nueva tecnología, pero sí están a punto de lanzarse los chips que se utilizarán en dichos dispositivos. En el Consumer Electronics Show de Las Vegas del mes pasado, el fabricante de chips Qualcomm anunció la creación de un chipset que ofrece soporte para la agregación de operadores y proporcionará ancho de banda de 150 megabits por segundo.

Mientras tanto, muchas compañías ni siquiera han terminado de implantar el último estándar, conocido como LTE. Por ejemplo, AT&T señala que planea probar la tecnología LTE-Advanced a finales de este año, y añade que está centrada principalmente en completar el despliegue de LTE pendiente para alcanzar los 300 millones de habitantes en Norteamérica a finales de 2014.

La LTE-Advanced también podría ofrecer una nueva y potente forma de llevar la banda ancha inalámbrica a los hogares. En teoría, el uso óptimo de los canales y las antenas podría conducir a velocidades de descarga de un gigabit por segundo, la misma tasa que ofrece el cableado de fibra de última generación que Google está instalando en Kansas City. "Sabemos que, prácticamente, no seremos capaces de tener ocho antenas en todos los dispositivos, especialmente en aparatos pequeños como netbooks y portátiles. Pero los dispositivos fijos de la casa podrían albergar una matriz de ocho antenas, lo que permitiría una mayor oportunidad de ofrecer Internet de banda ancha inalámbrica, en lugar de a través del cobre o la fibra", asegura Peruyero.

En muchos sentidos, la industria inalámbrica está apostando por una continuación de la tendencia hacia la microelectrónica más pequeña, más barata y más potente, para hacer que la LTE-Advanced sea factible y asequible. "Todo el ecosistema, desde los materiales a los chipsets, tendrá que funcionar en conjunto para reducir los precios, mientras que la complejidad computacional siga subiendo", señala Hossam Hmimy, director de estrategia de tecnología y consultor principal de Ericsson, líder en el desarrollo de la tecnología LTE.

Aunque las estaciones base podrían enviar señales desde ocho antenas, es probable que los teléfonos y las tabletas se queden en cuatro antenas, al menos por ahora. Pero la necesidad de componentes adicionales de hardware para colocar cuatro antenas en los teléfonos o tabletas podría cambiar el diseño y el factor de forma de esos gadgets.

Puesto que la LTE-Advanced combina señales de diferentes canales y antenas, permite un uso más complejo y en constante cambio del espectro, y uno de sus beneficios es que hará que las señales sean más robustas y capaces de soportar interferencias.

Actualmente, al bloquear una de las distintas y pequeñas partes de la señal LTE usando un bloqueador a batería se puede bloquear el acceso a través de una ciudad entera, según ha descubierto un grupo de investigadores. Agregar muchos canales diferentes dificulta esa tarea, señala Jeff Reed, director del laboratorio de investigación inalámbrica en Virginia Tech. "Ayudará a aliviar el problema, porque básicamente coordina varias estaciones base juntas. Esta coordinación ayudará a reducir los problemas de interferencia".

En general, según Reed, la LTE-Advanced "sin duda va a proporcionar una tasa de datos mucho más alta, mayor flexibilidad de espectro, y permitirá a todo el mundo usar el espectro de forma más eficiente".

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