Diversos investigadores están desarrollando vacunas de rápido cultivo y otras que capturan múltiples cepas de la gripe.
Cada año, a partir de septiembre, los funcionarios de salud pública intentan convencer a la gente de que se vacune contra la gripe de ese año. Pero hacerlo no te garantiza que no vayas a caer enfermo.
¿Por qué es esta enfermedad común tan difícil de evitar, y qué tecnologías podrían servir de ayuda para luchar contra ella cada año?
La gripe estacional es causada por los virus de la gripe, que pueden mutar a medida que se propagan de persona a persona, lo que hace que cada año aparezca una nueva cepa del virus. Los anticuerpos que el cuerpo produce después de enfermarse o en respuesta a una vacuna contra la gripe podrían no funcionar un año más tarde.
Además, cada temporada de gripe está dominada por varias cepas diferentes del virus, y los funcionarios de salud deben tratar de predecir cuáles combatir ya que se necesitan meses para producir la vacuna. Cada mes de febrero, la Organización Mundial de la Salud recomienda qué tres virus deben ser incluidos en las vacunas de la próxima temporada en el Hemisferio Norte (la OMS hace una recomendación similar para el hemisferio sur cada mes de septiembre), y en EE.UU., la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) habitualmente recomienda que esas tres cepas se incluyan en la vacuna de la temporada que viene. Aunque este proceso conlleva el riesgo de que la vacuna no coincida con las cepas dominantes en la próxima temporada, resulta necesario.
Una nueva forma de producir vacunas contra la gripe podría reducir el tiempo del proceso y permitir reaccionar ante brotes inesperados. En la actualidad, la producción de vacunas contra la gripe se inicia con huevos de gallina. Se inyecta un virus vivo en los huevos, para que se replique dentro de ellos. Después, los fabricantes abren los huevos, cosechan y purifican el virus, matan los patógenos y los cortan en trozos más pequeños. Las piezas inactivadas de las tres cepas seleccionadas se mezclan a continuación en una vacuna contra la gripe, que entrena el sistema inmunológico del cuerpo para responder ante el virus real.
El próximo año la producción de las vacunas podría ser diferente, ya que algunos fabricantes quizá sustituyan este largo proceso por un nuevo enfoque. En noviembre, la FDA aprobó una nueva vacuna de Novartis que se produce en cultivos de células de riñón de perro. Y a principios de este mes, la agencia aprobó una vacuna creada por ProteinsSciences en células de insecto cultivadas. Los métodos "ofrecen el potencial de acelerar la puesta en marcha del proceso de fabricación, en comparación con los métodos tradicionales de vacunas a base de huevo", señala un portavoz de la FDA. Además, pueden ayudar a que las personas con alergia al huevo usen vacunas contra la gripe con seguridad.
Diversos investigadores públicos y privados también están trabajando para desarrollar vacunas 'universales' contra la gripe que acabarían con la necesidad de recibir una nueva vacuna cada año. Cuando padecemos la gripe o recibimos una vacuna típica contra la gripe, el cuerpo responde produciendo anticuerpos que atacan una proteína en el virus llamada hemaglutinina. Esta proteína permite que el virus entre en las células, y los anticuerpos que la atacan impiden dicha entrada. Sin embargo, esta proteína también muta rápidamente, por lo que los anticuerpos que el organismo produzca este año podrían no reconocer la proteína al año siguiente.
El grupo de Ian Wilson en el Instituto de Investigación Scripps en La Jolla, California (EE.UU.), ha estado estudiando una serie de raros anticuerpos producidos por algunas personas que se unen a otras partes del virus. Puesto que se unen a regiones de la proteína que no cambian tan rápidamente como los objetivos típicos, se espera que estos anticuerpos sean capaces de reconocer diferentes cepas del virus. Durante los últimos años, diferentes grupos de investigación han demostrado que estos anticuerpos pueden reconocer múltiples cepas de la gripe, y un estudio de grupo de Wilson y el Crucell Vaccine Institute en septiembre de 2012 mostró que un anticuerpo puede reconocer cepas de los dos subtipos principales de la gripe estacional, una cifra que supera a lo mostrado anteriormente.
"La gente siempre ha estado hablando de una vacuna universal, pero hasta hace poco no había pruebas suficientes como para tener esperanzas", señala Wilson. "Sin embargo, se ha demostrado que ofrece el tipo deseado de respuesta inmune", indica.
El reto ahora es desarrollar una vacuna que provoque una respuesta tan potente y efectiva, así como encontrar una manera de ponerla a prueba. "Muchos de estos anticuerpos más universales no funcionan en las pruebas estándar de eficacia de anticuerpos", asegura Wilson. Esto significa que los fabricantes, y reguladores como la FDA, tendrán que desarrollar nuevos sistemas de ensayo. "Incluso si tuviéramos la vacuna perfecta a nuestra disposición hoy día, no tendríamos una forma buena y aprobada de ponerla a prueba", indica Wilson.
Inovio, una empresa biotecnológica con sede en Pennsylvania (EE.UU.), está siguiendo un enfoque diferente para el desarrollo de una vacuna universal. En lugar de inocular a personas con un fragmento de virus o proteínas en estado inactivo, la compañía está desarrollando una vacuna basada en ADN. Para aumentar su capacidad protectora contra múltiples cepas de la gripe, la compañía combina secuencias de ADN de cepas de virus existentes en una sola dosis. Los trozos de ADN son distribuidos a través de una inyección combinada utilizando un sistema de administración propiedad de la empresa. Un dispositivo de mano parecido a un lápiz crea un pequeño campo eléctrico que abre temporalmente las membranas celulares para permitir que la vacuna de ADN entre en las células, señala el director general de Inovio, Joseph Kim. Una vez dentro de las células, el ADN es leído por la maquinaria celular para construir proteínas virales que activen el sistema inmunológico del cuerpo. Como resultado, el cuerpo crea anticuerpos contra diversas cepas de la gripe.
La compañía está actualmente probando la vacuna en personas mayores de 65 años como tratamiento combinado junto a vacunas contra la gripe ya existentes. Los ancianos tienen mayor riesgo de contraer la gripe y se encuentran menos protegidos por las vacunas actuales. Cada año, alrededor de 35.000 personas mueren a causa de la gripe y el "90 por ciento de las muertes se producen en personas que tienen 65 años o más", afirma Kim. "Sin embargo, la vacuna contra la gripe estacional protege solo a entre un 10 y un 20 por ciento de las personas mayores".
Los ensayos clínicos de Inovio han demostrado que tras combinar la vacuna contra la gripe estacional con la vacuna experimental universal, la compañía ha duplicado el número de ancianos protegidos frente a la gripe.
"Es difícil predecir el futuro, pero si logramos una vacuna universal que proteja contra todas las cepas dominantes conocidas, la posibilidad de proteger contra infecciones desconocidas futuras es mucho más alta", afirma Kim. "Si estamos en lo correcto, podemos cambiar el paradigma de la gripe en uno más parecido a lo que hacemos con otras vacunas".