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Tecnología y Sociedad

Business Report: Los trabajos de manufactura vuelven a Estados Unidos

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Hacer que los empleos de manufactura vuelvan a EE.UU. es políticamente inteligente y puede tener sentido económico.

  • por Antonio Regalado | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 14 Enero, 2013


Trabajo en el extranjero: un trabajador en una fábrica de Foxconn ensambla productos electrónicos de consumo para el mercado estadounidense.

Durante una cena para peces gordos de Silicon Valley en febrero de 2011, el presidente Obama preguntó a Steve Jobs qué había que hacer para fabricar el iPhone en Estados Unidos. Se dice que el fundador y director general de Apple respondió directamente: "Esos puestos de trabajo no van a regresar".

En diciembre, Apple dio marcha atrás y señaló que planeaba ensamblar una línea de ordenadores Mac en EE.UU. Con esto, Apple se ha unido a una ola de empresas que afirman que la fabricación dentro de este país vuelve a tener sentido. Entre las empresas que afirman haber devuelto trabajo a suelo americano están General Electric, Michigan Ladder y Wham-O, que en 2010 contrató a ocho personas para fabricar discos voladores en Los Angeles, en lugar de en China. Un estudio de 2012 del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en EE.UU., descubrió que el 14 por ciento de las empresas tienen la intención de traer parte de su proceso de manufactura al país.

Esta idea se conoce como 'reshoring'. Aunque los salarios chinos suponen una fracción de los costes laborales de Estados Unidos, hay que tener en cuenta el aumento de las tarifas de transporte, los problemas de calidad y los costes intangibles que supone estar lejos de la sede principal. Por eso algunas empresas han comenzado a reformular la ecuación de la manufactura.

MIT Technology Review ha entrevistado a Harry Moser, director de Reshoring Initiative, con sede en Chicago (EE.UU.), acerca de esta tendencia. Moser, exejecutivo de la industria cuya familia ha estado involucrada en la manufactura estadounidense durante un siglo, señala haber crecido "experimentando la gloria de la industria manufacturera de EE.UU.". Ha creado esta iniciativa para ayudar a las empresas a comparar los costes reales de producción en el país y en el extranjero, y para realizar un seguimiento de las experiencias de quienes hayan decidido regresar.

TR: ¿Por qué de pronto la gente está empezando a hablar de 'reshoring'?

Harry Moser: De hecho, es algo que ha estado ocurriendo durante los últimos años. La respuesta obvia es que los salarios chinos se duplican cada cuatro años. Los consultores que hace cinco años ayudaban a exportar los procesos ahora ayudan a traerlos de vuelta. Además, el presidente Obama está dando una gran importancia a la reducción de las importaciones y a fabricar los productos de nuevo en el país.

Respecto al plan de Apple para fabricar en EE.UU., ¿qué tiene de real y qué parte es solo de cara a la galería?

Se está especulando mucho sobre ello. Hay quienes dicen que solo se trata de una maniobra política. Por mi parte, te puedo decir que las unidades que Apple produzca en EE.UU. no tendrán un margen tan alto. Pero también es cierto que los consumidores están buscando productos americanos. Tomemos a GE como ejemplo, con su parque de aparatos electrónicos en Louisville (EE.UU.), al que acaba de retornar la fabricación de unos pocos productos. Dicen que con ello van a ahorrar 400 millones de dólares (300 millones de euros) pero luego se han gastado quizá 100 millones (75 millones de euros) en publicitar lo que están haciendo. He visto su anuncio unas 20 veces. El 'reshoring' es bueno para GE. Les da reputación de chicos buenos.

Has calculado que han vuelto alrededor de 50.000 puestos de trabajo desde 2010. ¿Cuántos de esos empleos han regresado por razones políticas?

Yo diría que la política no representa más del 5 por ciento. Solo GE o Apple podrían pensar en términos políticos. Para todos los demás es solo una cuestión de costes totales. Ni siquiera consideran la cuestión política.

¿Por qué has entrado en el movimiento del 'reshoring' y cuál es tu objetivo?

Mi familia lleva en el sector de la manufactura desde hace 100 años. Mi abuelo era capataz en Singer Sawing Machine y mi padre ayudó a dirigir la fábrica que tenían en lo que entonces era el edificio más grande del mundo, en Elizabeth, Nueva Jersey (EE.UU.). Ya no queda nada de todo eso y siento la necesidad de traerlo de vuelta.

El objetivo es equilibrar el déficit comercial de EE.UU., que asciende a 600 mil millones de dólares al año (450 mil millones de euros). Eso se debe en gran parte a la exportación de puestos de trabajo de manufactura. Desde la década de los 50 se han perdido cerca de tres millones de empleos industriales en relación a los bienes importados. Así que para equilibrar el déficit habría que recuperar tres millones de empleos.

¿Cómo de grande será el efecto en las industrias de alta tecnología?

Ten en cuenta que la gran mayoría de lo que los estadounidenses consumen no es en absoluto alta tecnología. Tenemos que fabricar de manera eficiente escaleras y martillos, papel y luces. Y hay que hacerlo con los trabajadores relativamente poco cualificados que tenemos. Como otros países tienen como objetivo la alta tecnología, nunca vamos a dominarla lo suficiente para equilibrar el déficit comercial.

Entonces, ¿qué tipo de fabricación está regresando a EE.UU. en este momento?

La mayoría de los productos que vuelven se habían marchado hace poco tiempo y a menudo lo hicieron sin mucha lógica económica: generalmente se trata de equipo mecánico y eléctrico de cierto tamaño y peso, por ejemplo, equipos de transporte o piezas de fundición a presión. El coste de transporte es demasiado alto. Los aparatos eléctricos encajan muy bien en esta tendencia del 'reshoring' ya que al transportarlos estás moviendo también mucho aire.

La preocupación sobre el robo de propiedad intelectual en China, ¿qué peso ha jugado en todo este movimiento de 'reshoring'? ¿Es un motivo para fabricar los productos cerca de la sede principal?

La gente habla de ese tema constantemente, pero es algo difícil de cuantificar. En el caso del software el problema es mucho mayor porque se trata simplemente de copiar un disco, en vez de tener que fabricar un refrigerador. En cambio, para esto último se necesita poca propiedad intelectual y mucho peso.

¿Qué ocurre con las tecnologías avanzadas de fabricación? ¿Ayudarán a que EE.UU. cierre el déficit comercial?

Creo que es algo que está recibiendo demasiada atención. Tomemos como ejemplo la impresión en 3D. Está bastante lejos de ser una forma de crear piezas de automóvil. E incluso si creáramos ese mercado, venderíamos esas máquinas de impresión a todo el mundo. Así que todo el mundo las tendrá. Por ejemplo, el total de ventas de herramientas en Estados Unidos -es decir, de las máquinas que utilizamos para fabricar cosas- asciende actualmente a 6.600 millones de dólares al año (4.950 millones de euros). Sin embargo, el uso de esas herramientas tiene un valor de cientos de miles de millones de dólares. Así que resulta más valioso hacer uso de las tecnologías [de fabricación], en vez de inventarlas.

Creo que el retorno de la inversión de lo que ya sabemos hacer (automatización, capacitación y técnicas depuradas) es mucho mayor que invertir miles de millones en procesos de fabricación avanzados. Para la sociedad, los rendimientos procedentes de procesos avanzados no serán tan abrumadores.

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