La empresa cree que su novedosa tecnología le permitirá competir con los fabricantes chinos.
Construyendo solares: Primer plano de un panel solar de alta eficiencia fabricado por Silevo.
La industria global de los paneles solares está pasando por un mal momento, este trimestre los principales fabricantes han tenido pérdidas, debido sobre todo a un mercado saturado que impide que cobren lo suficiente por sus paneles. Pero la start-up Silevo, cuya sede está en Fremont, California (EE.UU.) rompe con la tendencia del cierre de plantas y las quiebras al planear construir una nueva fábrica el año que viene.
Silevo afirma que esta fábrica de 200 megavatios le permitirá fabricar paneles solares con costes parecidos a los de los fabricantes chinos, a pesar de que dichos fabricantes tienen fábricas mucho mayores, de 1.000 megavatios, con las ventajas derivadas de la economía de escala asociada al mayor tamaño.
Aunque Silevo tiene una ventaja clave, sus paneles solares producen una cantidad significativamente mayor de energía que los paneles solares convencionales. Generan aproximadamente un 30 por ciento más de energía y soportan mejor las altas temperaturas, lo que podría servir para aumentar aún más su producción energética. La combinación de fabricación a bajo coste y las altas eficiencias es el motivo por el que la empresa tiene pedidos pendientes por valor de 270 megavatios, afirma Chris Beitel, el vicepresidente de desarrollo de negocio de Silevo. Ahora mismo la empresa produce paneles solares en una pequeña fábrica de 32 megavatios en China y afirma que espera cerrar la financiación para la nueva planta a principios del año próximo.
En la carrera por conseguir que la energía solar sea competitiva con los combustibles fósiles, algunas start-ups están desarrollando nuevos tipos de células fotoeléctricas que prometen una mayor eficiencia, pero exigen nuevos métodos de fabricación.
Silevo persigue un enfoque incremental: encontrar formas de mejorar las células fotoeléctricas convencionales usando los equipos de fabricación que ya están en funcionamiento en la industria solar. Los fundadores de la empresa provienen de Applied Materials, un gran proveedor de equipos para la industria de los semiconductores, la de las pantallas y la solar. “Nos consideramos una tecnología evolutiva que puede ponerse a producir a gran escala con gran eficiencia en términos de capital en el corto plazo”, explica Beitel. Las empresas que dependen de nuevos métodos de fabricación “necesitan mucho tiempo y mucho capital para hacerlo”.
Los paneles de Silevo empiezan siendo obleas de silicio, igual que en la fabricación convencional de células fotoeléctricas. Silevo añade a esas obleas una capa de óxido metálico, una técnica que ha tomado prestada de la industria de los chips, y una capa de silicio amorfo, una técnica usada en la fabricación de las pantallas planas. Estas capas ayudan a reducir el número de electrones que se quedan atrapados dentro de la célula al mismo tiempo que aumentan el voltaje de la misma y potencian la producción global de energía. Además, adaptando tecnología desarrollada en Applied Materials, la empresa sustituye la plata usada para recoger la electricidad de los paneles solares por cobre, que es un 70 por ciento más barato.
Las mejoras en eficiencia colocan a los paneles solares de Silevo en la categoría de las células solares de silicio de alta eficiencia, pero la empresa afirma que su proceso es lo suficientemente sencillo como para poder competir en términos de coste con paneles solares de eficiencia media. Como los paneles son más eficientes, se necesitan menos para crear una planta solar, lo que reduce los costes de instalación.
La empresa aún se enfrenta a varios retos a la hora de competir con los fabricantes de paneles solares convencionales. Escalar la producción en una fábrica pequeña al mismo tiempo que se mantiene la alta calidad resulta difícil. Además, su tecnología se parece a la de un tipo de célula fotoeléctrica fabricada por Sanyo que tuvo problemas de fabricación en un principio. “Se enfrentarán a retos de producción parecidos a los que sufrieron las células de Sanyo, pero parece que han resuelto varios de ellos. Sus posibilidades de éxito probablemente se decidan en el campo de la ejecución de la ingeniería de producción, como suele ser el caso en la tecnología solar”, afirma Tonio Buonassisi, profesor de ingeniería mecánica en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE.UU.).
Los paneles solares de Silevo no tienen años de uso demostrado, lo que hará que los bancos no se muestren demasiado dispuestos a prestar dinero a quienes se decidan por ellos. Es más, aunque algunos expertos predicen que los fabricantes de paneles solares convencionales no pueden hacer mucho más para reducir costes, los costes siguen bajando, así que para poder competir, Silevo tendrá que acertar en una diana en movimiento.
Para competir con los combustibles fósiles, Silevo necesitará seguir reduciendo costes y mejorando la eficiencia. La empresa espera bajar el precio de sus paneles hasta el punto de que la energía solar cueste de siete a ocho centavos de dólar (unos 5,4 a 6,1 céntimos de euro) por kilovatio-hora en áreas soleadas. Aunque esa cifra es competitiva con los combustibles fósiles en algunas partes del mundo, en Estados Unidos el gas natural puede producir electricidad a tan solo 4 centavos de dólar (unos 3 céntimos de euro) por kilovatio-hora.
Para bajar los costes, Silevo quizá dependa de avances más radicales desarrollados por otras empresas, como los equipos para producir obleas de silicio ultrafinas que reducen el coste de los materiales y abren las posibilidades de nuevas formas de mejorar la eficiencia (ver “Una start-up aspira a rebajar el coste de las células fotoeléctricas a la mitad” y “Cómo doblar la potencia de los paneles solares”). “Nuestra estrategia, volviendo a la idea de usar equipos ya disponibles, es que no queremos ser la primera empresa en desarrollar eso porque hay que invertir mucho tiempo y dinero en ello”, afirma Beitel.