Algunos empresarios que buscan contratar escogen preferentemente a candidatos que tengan presencia en la red. Para muchos jóvenes, eso supone una oportunidad de destacar.
Forjarse una carrera profesional ya no es lo que era. Y no nos referimos al titubeante panorama económico o la tasa de paro del 13,3 por ciento entre la población estadounidense de 20 a 24 años. Los licenciados universitarios que acceden al mercado laboral están complementando y a veces obviando por completo el proceso tradicional de búsqueda de trabajo que consistía en consultar los anuncios por palabras y enviar currículos. Estos jóvenes están usando recursos disponibles en línea para forjarse una reputación, demostrar sus habilidades y dar a los posibles empleadores una idea mucho más clara de cuáles son sus puntos fuertes.
“El currículo está desapareciendo como representación de quién eres”, afirma Launa Forehand de Jobspring, una exclusiva agencia de empleo en Silicon Valley (EE.UU.) que se especializa en puestos júnior y puestos sin experiencia previa. Los candidatos para los casi 300.000 nuevos puestos de trabajo en tecnología de la información que la oficina de estadística del trabajo de Estados Unidos predice se crearán entre 2008 y 2018 (una tasa de crecimiento del 30 por ciento), están demostrando su valía mediante la participación en comunidades en línea y cada vez más empleadores usan esos foros tanto para encontrar como para vetar candidatos.
El nuevo paradigma de búsqueda de trabajo afecta a personas de todas las edades, pero es posible que los trabajadores más jóvenes tengan ventaja: no les da vergüenza colocar su vida en la red. “La generación Y está, en general, más dispuesta a exponerse y no solo las partes buenas”, sostiene John Hagel, director del Centro de Vanguardia de Deloitte y coautor de The Power of Pull: How Small Moves, Made Smartly, Can Set Big Things in Motion (El poder del impulso: cómo los pequeños movimientos, hechos con inteligencia, pueden poner en marcha grandes cosas). “Estar dispuesto a compartir lo que no sabes y buscar ayuda para resolver los problemas con los que te encuentras es una forma muy potente de atraer a las personas con las que compartes intereses”.
Una reputación destacada en la red está permitiendo a algunos aspirantes con formación limitada saltarse la fase de su carrera en la que tienen que hacer méritos y colocarse directamente en un puesto de mayor nivel. “Las redes pueden proporcionar atajos para su carrera, conduciéndolos a trabajos de mayor categoría y nivel de ingresos mucho más rápido de lo que se daba en el pasado”, afirma Hagel.
Tomemos a David Herrema, por ejemplo. A los 22 años andaba perdido en una universidad de poco prestigio. Ahora, con 26 años, lleva dos trabajando como desarrollador sénior de software en Accenture, la consultora. Su arma secreta fue la Comunidad SAP, un entorno en línea creado por SAP, el gigante del software para empresas, para reunir a la extensa comunidad de gente que trabaja con sus productos. La red aloja artículos, blogs y foros para unos dos millones de clientes, consultores y otros registrados.
En un principio Herrema, que tenía una beca para mantener los servidores SAP en la Universidad Grand Valley State de Michigan (EE.UU.), escrutaba la comunidad en busca de soluciones para arreglar equipos con virus y de consejos de configuración. Luego empezó a contribuir con sus propias entradas de blog y vídeos. Sus artículos sobre políticas empresariales ecológicas llamaron la atención de los organizadores de la conferencia TechEd de SAP, quienes le invitaron a dar una charla en el evento. Más tarde ganó un concurso patrocinado por SAP para ideas de marketing innovadoras.
Cuando Herrema se reunió con Accenture, él calcula que tenía una habilidad y confianza que le daban una ventaja de dos años respecto a sus compañeros de generación. “Fui muy agresivo a la hora de exponerme -afirma- pero quería que se viera: fijaos en lo que sé como estudiante universitario en comparación con los críos que andáis contratando de la Universidad Ohio State”.
Herrema aprovechó una red creada por SAP para dar soporte a sus productos, pero hay otros que explotan comunidades menos específicas. Jordi Muñoz, por ejemplo, director general de 3D Robotics, fabricante de kits para vehículos aéreos no tripulados. Muñoz era un estudiante de un instituto mexicano que esperaba obtener su permiso de residencia en 2007, cuando se encontró con el fundador y presidente de la empresa, Chris Anderson (el redactor jefe de la revista Wired) en el grupo DIY Drones, fundado por Anderson en Ning.com para debatir sobre los vehículos aéreos no tripulados de factura casera.
Impresionado por los conocimientos de Muñoz, Anderson le invitó a crear una empresa. Solo supo que Muñoz tenía 19 años y era completamente autodidacta. “En mi mundo no importa quién eres, sino lo que eres capaz de hacer”, afirma Anderson. “Te das a conocer respondiendo a preguntas en foros de discusión, subiendo demostraciones a YouTube y código a GitHub”.
GitHub es un sitio en el que cualquiera puede construir software y, para los programadores novatos, contribuir a este tipo de depósitos de código abierto se ha convertido en otra forma de resaltar el propio perfil. “Si tienes una cuenta en GitHub, eso te valida como un apasionado contribuyente a la comunidad”, explica Forehand de Jobspring. Los sitios de programación como CampFire, StackOverflo y TopCoder proporcionan otras oportunidades que se pueden amplificar a través de medios sociales más generalistas como Facebook, Twitter o el sitio de preguntas y respuestas Quora.
Y quienes contratan están poniéndose al día. En enero de este año, sus clientes empezaron a dar a Amish Shah, director general de la agencia de reclutamiento de puestos tecnológicos Millennium Search, un listado de sitios en los que los candidatos debían participar para poder entrar en el proceso de selección.
“Una empresa no quería saber nada de candidatos que tuvieran menos de 100 conatactos en LinkedIn”, afirma Shah. “Los candidatos debían estar mandado tuits activamente sobre los temas adecuados. Tenían que estar escribiendo su blog y respondiendo preguntas en Quora. Un éxito total sería que tuvieran una ponencia presentada en una conferencia, con un vídeo en YouTube y diapositivas en SlideShare”.
Las generaciones anteriores quizá consideren que una exposición tan grande es un arma de doble filo. Después de todo, responder a una pregunta hecha en línea puede demostrar tanto pericia como ignorancia. Sin embargo, en el emergente ecosistema en línea, quizá sea más importante contribuir a la comunidad que demostrar maestría individual.
“La comunidad no gira solo en torno a las relaciones, sino que tiene que ver con aprender y ser mejor en lo que haces”, afirma Jonathan Reed, consultor de recursos humanos para empresas. “A lo mejor crees que entiendes algo, pero si escribes en un blog sobre ello, recibirás 20 comentarios diciéndote que te equivocas”. Es un bucle de responsabilidad entre tus compañeros y tú, y cambia la forma en que nos planteamos las carreras”, concluye.