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Una aplicación que desactiva el teléfono del conductor, pero no el de los pasajeros

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Un nuevo método detecta los teléfonos de los conductores para evitar usos potencialmente peligrosos.

  • por David Talbot | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 16 Febrero, 2012

Los teléfonos inteligentes distraen a los conductores cada vez más, pero los investigadores esperan poder usar las propias características de los aparatos para conseguir que su uso resulte menos peligroso. Se ha creado una nueva tecnología de sensores capaz de determinar si el teléfono está siendo usado por el conductor o por un pasajero que proporciona la base para una nueva generación de aplicaciones que sirvan para evitar las distracciones. 

Las investigaciones demuestran que solo con hablar por teléfono se multiplican por cuatro las posibilidades de colisión; enviar un mensaje las multiplica por 23. Hace poco, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés), pidió que se prohibiera a nivel nacional el uso de teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos mientras se conduce y afirmó que estos eran un factor detrás de un número indeterminado de las más de 3.000 muertes relacionadas con la distracción al volante en las carreteras de Estados Unidos en 2010.

Algunas herramientas que bloquean los teléfonos, como el servicio ofrecido por iZup que cuesta 20 dólares anuales (unos 15 euros), utilizan el receptor de GPS de un teléfono móvil para determinar cuándo se está usando dentro de un vehículo en marcha, envían las llamadas entrantes automáticamente al buzón de voz y retrasan la entrada de los mensajes de texto en su bandeja correspondiente. Algunas aplicaciones 'modo conductor' en el Android Market hacen cosas como cambiar la interfaz para que aparezcan menos botones y más grandes en la pantalla y limitan las aplicaciones disponibles a algunas como la navegación. Algunos operadores móviles también ofrecen servicios antidistracciones.

Pero todas estas aplicaciones tienen un tendón de Aquiles: se basan en detectar el movimiento del coche. Eso significa que, afectan no solo al teléfono del conductor, sino también a los de los demás pasajeros, presentes en un 38 por ciento de los viajes.

Investigadores de la Universidad Rutgers y el Instituto de Tecnología Stevens (ambos en Estados Unidos) están desarrollando una tecnología que determina si el teléfono está en la zona del conductor. El sistema usa el teléfono para conectarse con el aparato de música del coche vía Bluetooth y emitir unos pitidos inaudibles dentro del coche. El micrófono del teléfono los recoge y un algoritmo procesa la señal para calcular la posición del teléfono dentro del coche.

“Queremos encontrar un término medio. Reducir la distracción de los conductores provocada por el uso del teléfono, pero dejar que el conductor decida si quiere usarlo o no, o hacerlo de forma más segura”, afirma  Yingying Chen, ingeniero informático del Instituto Stevens de Tecnología. Chen ha colaborado en el desarrollo de esta tecnología. “Hemos unido todas las piezas para que, al subirte al coche, si la aplicación está instalada, ésta decida si eres el conductor o el pasajero”.

Chen afirma que las aplicaciones ya existentes para prevenir la distracción al volante podrían usar esta tecnología para ser más inteligentes. Pero los investigadores también están trabajando en una nueva serie de aplicaciones para explotar todas las posibilidades del sensor de conducción. Una de ellas, en desarrollo en el Winlab de Rutgers, notificaría a la gente de tu lista de contactos que estás conduciendo y podría ofrecer otras opciones como 'preguntarle' a las llamadas entrantes si son realmente una emergencia, explica Janne  Lindqvist, investigadora de Winlab dedicada a desarrollar la aplicación.

Otra aplicación en desarrollo integra la detección del conductor con los calendarios, para poder avisar a los participantes en una reunión de que llegas tarde. “Si estás conduciendo, podría consistir en un mensaje de texto activado por un único botón”, afirma Marco Gruteser, profesor titular en Rutgers. “Se haría a través de una pregunta en la interfaz del teléfono, para que no tengas que andar buscando la información de los contactos y haciendo la llamada”.

El grupo de Rutgers y Stevens hizo su primera demostración de la tecnología de detección del conductor en el laboratorio el año pasado, pero desde entonces la ha habilitado en teléfonos e integrado en aplicaciones. También está trabajando en simplificar el algoritmo para que la detección del conductor tarde la mitad de lo que tarda ahora, de siete a ocho segundos.

El grupo tiene previsto llevar a cabo estudios esta primavera para definir si las aplicaciones realmente cambian el comportamiento de la gente, explica Lindqvist. Según sus previsiones, esta tecnología se comercializará dentro de un año, probablemente mediante licencias.

Además de solicitar la prohibición del uso de móviles en los vehículos, la NTSB también pidió que se crearan soluciones tecnológicas de este tipo. “Tenemos un problema que está empeorando”, afirma Deborah Hersman, miembro de la junta de NTSB. “La tecnología ha provocado muchos de estos inconvenientes, pero también es la clave para su solución. Detectar al conductor es una pieza fundamental del puzle”.

El principal contratiempo de la tecnología de Rutgers y Stevens es que depende de Bluetooth, que no está presente en la mayoría de los coches más antiguos y tampoco está disponible universalmente en los modelos nuevos. Incluso en los coches que cuentan con Bluetooth la tecnología es buena pero no perfecta, porque detecta con precisión al conductor en el 90 por ciento de los coches y produce falsos positivos en un porcentaje menor de 10, según Gruteser.

Lo que está claro es que hay una gran necesidad de soluciones tecnológicas, afirma Marcel Just, profesor de psicología en la Universidad Carnegie Mellon. En un estudio publicado en 2008, Just usó imágenes por resonancia magnética para demostrar que solo con escuchar a alguien hablando la actividad cerebral asociada con la conducción se reduce en un 37 por ciento.

“A mí me parece que impedir el uso del teléfono mientras se conduce mediante una solución tecnológica es algo bueno”, afirma. “Es plausible que se cree una legislación al respecto y que las compañías de seguros propongan reducciones de póliza para los conductores que no se distraen al volante”. Pero para ser eficaz, cualquier tecnología tendría que aplicarse de forma general y de manera que al conductor le resultara difícil evitarla, explica.

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