La responsabilidad social corporativa (RSC) que desarrollan las empresas impacta sobre la imagen que tienen de las mismas los consumidores. De hecho, uno de cada cinco (22%) en toda América Latina asegura que la RSC es el principal factor que forma su opinión sobre las compañías, según el Reporte de Responsabilidad Social Corporativa en LATAM 2024 de Sherlock Communications .

Ante este dato, no es de extrañar que cada vez más empresas estén decididas a comunicar cuáles son sus campañas de RSC, pero el éxito no está siempre garantizado. Tomás Ffrench-Davis (Chile, 29 años) quiere ayudar a las compañías y por eso ha puesto en marcha Goodplayers. Una plataforma en la que conecta empresas de sectores diversos con fundaciones y organizaciones del tercer sector para la gestión del impacto social y medioambiental de las empresas, gestionando mediante su plataforma las diferentes acciones benéficas como voluntariados, donaciones, capacitaciones y otros tipos de proyectos de RSC.

Ffrench-Davis ha identificado cuatro dificultades de las empresas en este ámbito a las que Goodplayers da solución. En primer lugar, considera que existe una carencia en las herramientas de gestión y de medición del impacto social de los proyectos. Además, apunta a una desconexión entre las empresas y las causas sociales, ya que las compañías quieren poner en marcha iniciativas de RSC pero no saben a quién dirigirse. Por otro lado, la burocracia de estas acciones requiere de recursos que quizá las empresas no tienen a su disposición y, por último, subraya que en Latinoamérica, muchas comunidades vulnerables no tienen acceso a oportunidades de desarrollo social y económico.

Ante estos retos, la solución de este emprendedor chileno proporciona una plataforma que automatiza y estandariza la gestión de acciones de RSE, desde la planificación hasta la medición del impacto. Las empresas pueden organizar campañas de voluntariado, donaciones y capacitaciones, y obtener métricas claras que les permitan comunicar los resultados y el valor social generado de manera precisa y transparente.

Además, lo hace mediante la conexión de empresas con más de 90 fundaciones y organizaciones sociales relevantes, facilitando la colaboración en proyectos con impacto social y ofrece una plataforma intuitiva y automatizada que facilita la planificación, ejecución y seguimiento de iniciativas sociales, sin generar una carga adicional de trabajo. Por último, maximiza el impacto social de las empresas, asegurando que sus acciones beneficien a las personas que más lo necesitan.

Antes de fundar Goodplayers, este licenciado en Ingeniería Comercial en la Universidad del Desarrollo (Chile) lanzó una startup llamada Kellun App junto a su socio actual José Ignacio Aracena, que se enfocaba en la transformación digital de las fundaciones. Kellun nació con el objetivo de conectar a personas que querían ayudar con fundaciones que necesitaban apoyo. Sin embargo, en ese proceso, descubrimos algo clave: muchas empresas también querían involucrarse en estas causas, pero no sabían cómo hacerlo.

No tenían una forma clara de vincularse con el tercer sector, lo que generaba una desconexión entre sus intenciones de impacto social y las oportunidades reales para hacerlo. "Nos dimos cuenta de que, para resolver esta problemática, necesitábamos ir más allá de una simple plataforma de voluntariado y crear una herramienta integral que ayudara a las empresas a gestionar sus acciones de responsabilidad social", explica el fundador de Goodplayers.

Actualmente, Goodplayers tiene más de 10.000 usuarios y ha trabajado con más de 10 empresas desde su lanzamiento en julio del 2023 y ha beneficiado directamente a más de 13.546 personas a través de sus iniciativas. En el corto plazo, el fundador aspira a la expansión internacional del proyecto hacia mercados clave como México, España y Colombia. "Estos países tienen un mercado más grande que Chile y están en pleno auge en regulaciones y tendencias de sostenibilidad y responsabilidad social empresarial", justifica.

Ffrench-Davis cuenta con experiencia en programas de emprendimiento y liderazgo, ha impulsado varios proyectos vinculados a la sostenibilidad y es uno de los 35 Innovadores menores de 35 años seleccionados por MIT Technology Review en español.