El accidente cerebrovascular es una de las principales causas de muerte en el continente americano, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sobrevivir al mismo no es garantía de recuperar una vida ordinaria, de hecho, según la ONG chilena IRV alrededor del 30% de los supervivientes no puede volver a trabajar en el primer año después del accidente y necesitan ayuda para realizar actividades básicas de la vida diaria como caminar, comer o vestirse.

Pamela Salazar (Chile, 31 años) es la fundadora de uMov, una start-up creada para abordar las limitaciones de las terapias tradicionales mediante la integración de tecnología avanzada y personalización en el tratamiento de debilidad motora y daño cognitivo. El primer proyecto de uMov se llama ALBA y es una solución tecnológica compuesta por un dispositivo portátil y ergonómico, una aplicación interactiva integrada en el dispositivo y una plataforma analítica de datos.

La solución permite a los pacientes realizar sesiones de rehabilitación guiadas de manera autónoma, mientras el dispositivo recopila datos en tiempo real sobre sus movimientos. ALBA no solo promueve la rehabilitación temprana, sino que también proporciona datos objetivos a los profesionales médicos para mejorar la precisión y eficacia del tratamiento. Su plataforma incluye software para la gestión y análisis de datos, permitiendo un seguimiento detallado del progreso del paciente y facilitando decisiones clínicas informadas.

“ALBA busca resolver la falta de acceso a rehabilitación motora y cognitiva de calidad, especialmente en regiones donde los recursos médicos son limitados. En América Latina, muchas personas que han sufrido accidentes cerebrovasculares u otras lesiones no reciben la rehabilitación necesaria debido a la escasez de profesionales y centros especializados. Además, las terapias tradicionales pueden ser monótonas y desmotivadoras para los pacientes. ALBA aborda estos desafíos ofreciendo una solución accesible y eficiente que permite a los pacientes realizar terapias en casa bajo la supervisión remota de un profesional”, explica su creadora.

Durante su formación como ingeniera civil industrial la Universidad del Desarrollo (Chile), Pamela conoció a una mujer que sufrió un accidente cerebrovascular y ahora sufre una discapacidad permanente debido a la falta de acceso a una rehabilitación adecuada y oportuna. “Este caso me hizo darme cuenta de la urgente necesidad de soluciones innovadoras que hagan la rehabilitación más accesible y efectiva. Esta experiencia fue el catalizador para desarrollar ALBA y buscar mejorar la calidad de vida de las personas que enfrentan desafíos similares”, explica.

Hasta la fecha, se han realizado más de 500 sesiones de rehabilitación con ALBA, y actualmente está presente en tres centros de salud. Aunque la solución nació para abordar la rehabilitación en pacientes con accidentes cerebrovasculares (ACV) y traumatismos encefalocraneanos (TEC), su aplicación se ha expandido a otras patologías, incluyendo el Trastorno del Espectro Autista (TEA), y ha demostrado ser efectiva en niños desde los seis años. En los centros donde se está utilizando esta plataforma, se ha observado un aumento en la eficiencia de los profesionales de la salud, que ahora pueden atender de manera eficiente a más pacientes al mismo tiempo, aumentando su capacidad en un 30%.

Salazar aspira a que pronto ALBA llegue a México. “Vemos la posibilidad de ampliar las capacidades de la plataforma para abordar un espectro más amplio de necesidades de rehabilitación, incluyendo la rehabilitación cognitiva avanzada”, asegura. “Estamos convencidos de que, con perseverancia y enfoque, ALBA seguirá impactando positivamente la vida de muchos pacientes”, confía la ingeniera.

El dispositivo ALBA ha resultado ganador en múltiples concursos desde su creación. Este año han sido uno de los ganadores del programa de aceleración Hub Apta 2024 y Know Hub program que les permitira realizar un softlanding en Mexico. Además, el año pasado se hizo con el Santander Global Award y en 2021 recibió el AVONNI Reconocimiento Nacional de Innovación. Salazar lleva años trabajando en innovación y ganó en 2019 el Fondos IdeasX y Fondos Jump en 2018. Ahora, es una de los 35 Innovadores menores de 35 años seleccionados por MIT Technology Review en español.