Biotecnología
Una ley de "privacidad mental" para regular los dispositivos que pueden "leer el pensamiento"
Las empresas tecnológicas recopilan datos cerebrales que podrían utilizarse para deducir nuestros pensamientos, por lo que es vital que las protecciones legales sean correctas
Este artículo apareció por primera vez en The Checkup, el boletín semanal de biotecnología de MIT Technology Review. Para recibirlo en tu bandeja de entrada todos los jueves y leer artículos como este antes que nadie (en inglés), suscríbete aquí.
El 28 de septiembre, California se convirtió en el segundo estado de EE UU en reconocer oficialmente la importancia de la privacidad mental en la legislación estatal. El cerebro, esa masa rosada, gelatinosa y palpitante que tienes bajo el cráneo contiene todos tus pensamientos, recuerdos e ideas; controla sus sentimientos y acciones. Medir la actividad cerebral puede revelar mucho sobre una persona y por eso hay que proteger los datos neuronales.
Los lectores habituales de este boletín estarán familiarizados con algunos de los florecientes usos de las tecnologías de "lectura de la mente": podemos rastrear la actividad cerebral con todo tipo de dispositivos, algunos de los cuales miden las ondas cerebrales, mientras que otros rastrean la actividad eléctrica o el flujo sanguíneo. Los científicos han sido capaces de traducir estos datos en señales para ayudar a personas paralizadas a mover sus extremidades o incluso a comunicarse con la mente.
Pero estos datos también tienen usos que van más allá de la atención sanitaria. Hoy en día, los consumidores pueden comprar cascos que les permiten conocer mejor cómo funciona su cerebro y les ayudan a sentirse tranquilos, los empresarios utilizan dispositivos para controlar el estado de alerta de sus empleados y los colegios los pueden usar para comprobar si los alumnos prestan atención.
Los datos cerebrales son valiosos. No son lo mismo que el pensamiento, pero pueden utilizarse para averiguar cómo pensamos y sentimos, y revelar nuestras preferencias y deseos más íntimos. Veamos cómo podría proteger la ley californiana la privacidad mental y cuánto camino nos queda por recorrer.
El nuevo proyecto de ley modifica la Ley de Privacidad del Consumidor de California de 2018, que otorga a los consumidores derechos sobre la información personal que recopilan las empresas. El término "información personal" ya incluía datos biométricos (como cara, voz o huellas dactilares). Ahora también incluye explícitamente los datos neuronales.
El proyecto de ley define los datos neuronales como "información que se genera midiendo la actividad del sistema nervioso central o periférico de un consumidor, y que no se infiere de información no neuronal". En otras palabras, datos recogidos del cerebro o los nervios de una persona.
La ley impide a las empresas vender o compartir los datos de una persona y les obliga a esforzarse por anonimizar los datos. También otorga a los consumidores el derecho a saber qué información se recoge y el derecho a eliminarla.
"Esta nueva ley de California hará más seguras las vidas de los consumidores, al tiempo que envía una señal clara a la industria de la neurotecnología, de rápido crecimiento, respecto a que se espera que las empresas ofrezcan una sólida protección de la privacidad mental de los consumidores", dijo en un comunicado Jared Genser, asesor general de la Fundación Neurorights, que copatrocinó el proyecto de ley. "Dicho esto, queda mucho trabajo por delante".
Genser espera que la ley de California allane el camino a una legislación nacional e internacional que proteja la privacidad mental de las personas en todo el mundo. California es un buen punto de partida: el estado alberga muchas empresas de neurotecnología, así que es muy probable que veamos los efectos de la ley extenderse desde allí.
Pero algunos defensores de la privacidad mental no están satisfechos y no creen que la ley haga lo suficiente para proteger los datos neuronales. "Aunque introduce salvaguardias importantes, hay ambigüedades significativas que dejan lugar a lagunas que podrían socavar la protección de la privacidad, especialmente en lo que se refiere a las inferencias a partir de datos neuronales", publicó en X Marcello Ienca, especialista en ética de la Universidad Técnica de Múnich.
Una de esas ambigüedades se refiere al significado de "información no neuronal", según Nita Farahany, especialista en ética jurídica de la Universidad Duke de Durham (Carolina del Norte, EE UU). "El lenguaje del proyecto de ley sugiere que los datos brutos [recogidos del cerebro de una persona] pueden estar protegidos, pero las inferencias o conclusiones (donde los riesgos para la privacidad son más profundos) podrían no estarlo", escribió Farahany en un post en LinkedIn.
Ienca y Farahany son coautores de un reciente artículo sobre privacidad mental. En él, ellos y Patrick Magee, también de la Universidad de Duke, abogan por ampliar la definición de datos neuronales a lo que denominan "biometría cognitiva". Esta categoría podría incluir información fisiológica y conductual junto con datos cerebrales; en otras palabras, prácticamente cualquier cosa que pudiera ser captada por biosensores y utilizada para inferir el estado mental de una persona.
Al fin y al cabo, no sólo la actividad cerebral delata cómo nos sentimos. Por ejemplo, un aumento del ritmo cardíaco puede indicar excitación o estrés. Los dispositivos de seguimiento ocular pueden ayudar a revelar sus intenciones, como una decisión que probablemente vaya a tomar o un producto que vaya a comprar. Estos tipos de datos ya se utilizan para revelar información que de otro modo sería extremadamente privada. Investigaciones recientes han utilizado datos de EEG para predecir la orientación sexual de voluntarios o si consumen drogas recreativas. Otros han utilizado dispositivos de seguimiento ocular para deducir rasgos de personalidad.
Por todo ello, es vital que protejamos la privacidad mental. Como explican Farahany, Ienca y Magee, "al elegir si quieren compartir sus datos biométricos cognitivos, cuándo y cómo hacerlo, las personas pueden contribuir a los avances en tecnología y medicina manteniendo el control sobre su información personal".