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Cambio Climático

China impulsa las bicis de hidrógeno como alternativa a las eléctricas

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Más de una docena de ciudades chinas están experimentando con bicicletas compartidas impulsadas por hidrógeno, en parte debido a la preocupación por la seguridad de las baterías de iones de litio

  • por Zeyi Yang | traducido por
  • 07 Agosto, 2024

Si estás en China y quieres montar en bicicleta compartida por la ciudad, puede que encuentres algo un poco distinto en la bici: un depósito de hidrógeno del tamaño de una botella de agua.

Al menos una docena de ciudades chinas cuentan ya con algún tipo de bicicleta compartida impulsada por hidrógeno para sus residentes. Ofrecen un desplazamiento más fácil que las bicicletas tradicionales y una fuente de energía más segura que las baterías de litio. Una empresa ha apostado por ellas como la próxima tendencia en transporte urbano, mientras que otras se están subiendo al carro ante la posibilidad de que las políticas gubernamentales apuesten por la industria del hidrógeno.

Pero la acogida ha sido desigual. Los usuarios han informado de experiencias poco satisfactorias con las actuales bicicletas de hidrógeno, y los expertos en energía dudan de que tenga sentido económico sustituir las bicicletas eléctricas por las de hidrógeno. Aunque el hidrógeno podría ser una gran fuente de energía para el transporte de larga distancia en el futuro, puede no ser adecuado para el ciclismo urbano, que es una tarea completamente diferente.

Aunque hay empresas de otros países que están trabajando en bicicletas impulsadas por hidrógeno (una empresa francesa ya tiene un producto maduro), China destaca por haber puesto estas bicicletas al servicio del transporte público. El uso compartido de bicicletas se popularizó enormemente en el país durante el boom tecnológico de la década de 2010. Con el apoyo de empresas con mucho dinero como Alibaba y Meituan, las bicicletas compartidas estandarizadas y conectadas a Internet han llenado las calles de las ciudades desde entonces, lo que a veces ha provocado un despilfarro increíble.

Youon, una empresa china con más de un millón de bicicletas en las calles de más de 300 ciudades es uno de los principales actores del sector. Frente a la feroz competencia nacional, la empresa ha optado por diferenciar su marca invirtiendo en bicicletas de hidrógeno desde 2018, con cuatro modelos ya disponibles para comprar o alquilar.

Una bicicleta de hidrógeno no es muy diferente en concepto de una bici eléctrica. La diferencia está en si la energía se almacena en una batería de iones de litio o en un depósito de hidrógeno.

Cada una de las bicicletas de hidrógeno de Youon almacena 20 gramos de hidrógeno en forma de polvos metálicos, que pueden absorber y liberar el gas en un depósito a bajas presiones (menos de 10 bares). Cuando el ciclista empieza a pedalear, el hidrógeno pasa a una pila de combustible situada bajo el sillín, donde se produce una reacción química para generar electricidad. En su punto álgido, una bici de hidrógeno puede alcanzar una velocidad de 23 kilómetros por hora. Un depósito de hidrógeno dura entre 40 y 60 kilómetros, y sustituirlo lleva unos segundos.

¿Por qué el hidrógeno?

Las bicicletas eléctricas existen en China desde hace mucho tiempo. Según las cifras oficiales, hoy en día hay unos 350 millones en China, y son utilizadas habitualmente por los viajeros diarios y los repartidores profesionales.

Sin embargo, muchas de las ciudades más grandes de China han evitado poner las bicicletas eléctricas en servicio como parte de la red de transporte público o incluso las han prohibido, porque las baterías de litio suponen un riesgo de incendio. En 2023, los departamentos de bomberos chinos recibieron un total de 21.000 informes de bicicletas eléctricas incendiadas, un 17,4% más que el año anterior.

Esto ha creado un nicho para Youon, que se ha posicionado como una alternativa más segura gracias al uso de hidrógeno. El gas se almacena a baja presión y, en caso de fuga, se disipa rápidamente sin provocar explosiones, según explica la empresa en su sitio web.

Es una estrategia que ha funcionado: Estas bicicletas han sido aceptadas más fácilmente por los gobiernos locales. En 2022, Youon vendió 2.000 de sus bicicletas de hidrógeno a Lingang, un nuevo distrito de alta tecnología de Shanghai; en 2023, la empresa vendió 500 bicicletas de hidrógeno al distrito Daxing de Pekín. Hoy, sus bicicletas de hidrógeno están presentes en al menos seis ciudades chinas.

Desde entonces, Youon ha redoblado su inversión en hidrógeno. La empresa ha lanzado un producto que permite a los usuarios generar hidrógeno en casa con energía solar y agua. También ha colaborado con el gobierno local de Jiangsu, donde tiene su sede, para publicar una serie de normas industriales sobre requisitos de seguridad, depósitos de hidrógeno, etc. "La energía del hidrógeno es también una vía esencial para conseguir la neutralidad en carbono", aseguró Sun Jisheng, Consejero Delegado de Youon, en una conferencia del sector celebrada en junio.

El problema

Sin embargo, ahí acaban las ventajas de las bicicletas de hidrógeno.

David Fishman, alto directivo en China de la consultora energética Lantou Group, dice que le cuesta ver las ventajas. "Quizá la seguridad sea un factor relevante para alguien a quien no le guste cargar con baterías de iones de litio y guardarlas en casa", afirma. Aparte de eso, las bicicletas de hidrógeno son menos eficientes energéticamente que las que funcionan con baterías, y, para empezar, cuesta más producir hidrógeno.

La principal ventaja del hidrógeno como fuente de energía es que tiene una densidad energética mucho mayor, lo que significa que un depósito de hidrógeno con el mismo peso que una pila de litio produciría más energía y permitiría a los vehículos llegar más lejos. Sin embargo, esa ventaja sólo se aprecia en viajes de más de 800 kilómetros, dice Mark Z. Jacobson, profesor de ingeniería civil y medioambiental de la Universidad de Stanford.

Eso significa que el hidrógeno es una opción más económica para el transporte de larga distancia, como barcos, aviones y camiones. Las bicicletas, sin embargo, están casi en el extremo opuesto del espectro del transporte. Pocas personas recorrerían largas distancias en bicicleta, por no hablar de quienes sólo alquilan una bicicleta pública por poco tiempo. Para distancias inferiores a 800 km, los vehículos de batería son más eficientes desde el punto de vista energético, afirma Jacobson. Calcula que una bicicleta de batería consume sólo el 40% de la energía de una equivalente de hidrógeno y además ocupa menos espacio.

Además, las bicicletas de hidrógeno de la empresa no han impresionado a muchos de sus primeros usuarios.

Una fila de bicicletas de hidrógeno Yuoun azules para alquilar en la ciudad

 Gu, un residente de Lingang que sólo desea utilizar su apellido para esta historia, cuenta a MIT Technology Review que probó las bicicletas varias veces y nunca le parecieron un ahorro de esfuerzo. En cambio, la bicicleta, junto con el depósito de hidrógeno y los motores de pila de combustible, le pareció pesada y difícil de maniobrar. Como usuario, no tiene ni idea de si la bicicleta funcionaba como esperaba o si la dificultad que encontró se debió a que se quedó sin hidrógeno, aunque se supone que la empresa impide que se desbloquee cualquier bicicleta con pocas reservas de hidrógeno.

Otra queja habitual es la incomodidad de encontrar y devolver las bicicletas, ya que sólo hay un número limitado en la ciudad y hay que devolverlas a lugares específicos para facilitar su recuperación o la reposición del depósito.

"La bici tiene que devolverse en un lugar designado; pero incluso si dejaba la bici en ese lugar, el GPS era impreciso y me cobraban una tarifa muy alta", se queja Gu.

En las redes sociales, los usuarios de bicicletas de hidrógeno se han quejado mucho de experiencias similares. Youon ha aparecido en los titulares al menos un par de veces últimamente, con historias en las que los usuarios se preguntaban si sus bicicletas eran realmente útiles para sus desplazamientos diarios.

Youon no respondió a las preguntas enviadas por MIT Technology Review.

El futuro de las bicicletas de hidrógeno

A pesar de todos estos problemas, hay al menos media docena más de empresas en China trabajando para lanzar bicicletas compartidas impulsadas por hidrógeno. A menudo se trata de nuevas empresas que llevan a cabo proyectos piloto a pequeña escala en ciudades que cuentan con importantes industrias del hidrógeno, como Foshan o Xiaoyi.

Muchas de estas ciudades tienen planes aún más ambiciosos: aspiran a convertirse en el centro neurálgico de la economía del hidrógeno en China, que apuesta cada vez más por él como futuro de las energías limpias.

Este año, por primera vez, la energía del hidrógeno se mencionó en un informe oficial anual de Pekín, que resume la labor del gobierno. El gobierno chino dijo que se compromete a "acelerar el desarrollo de la energía del hidrógeno... tras imponer el liderazgo en vehículos inteligentes y conectados de nueva energía". La mención inyectó un impulso de confianza a la industria del hidrógeno en China, que ya produce más hidrógeno al año que cualquier otro país.

No todo son buenas noticias para el medio ambiente. Aproximadamente el 80% del hidrógeno producido en China procede de la combustión de carbón o gas natural, y algunos de los apoyos gubernamentales más feroces al hidrógeno proceden de ciudades mineras de carbón que buscan una transición. Aunque el país avanza en la dirección del hidrógeno verde (hidrógeno generado con energía renovable y agua), el combustible seguirá siendo contaminante durante mucho tiempo.

Cuando una tecnología está aún en sus primeras fases, es fundamental encontrar el mejor caso de uso para ella. En China hay muchas empresas trabajando en el desarrollo de camiones impulsados por hidrógeno y otras formas de transporte de larga distancia, pero teniendo en cuenta el tamaño del mercado de bicicletas compartidas en el país, no es de extrañar que dirigir su atención a las bicicletas parezca una idea rentable para algunos.

Sin embargo, si no hay forma de mejorar drásticamente el rendimiento o la economía de las bicicletas de hidrógeno, es difícil imaginar que el actual lote de experimentos dure mucho tiempo. Cuando las empresas pasen de probar sus nuevos productos a buscar la adopción y los beneficios, tendrán que responder a algunas preguntas importantes.

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