Cada vez más agencias policiales están recurriendo al software de análisis para detener la violencia callejera antes de que ocurra.
Cada mañana en el Centro de Crimen a Tiempo Real de Memphis, Tennessee, los agentes de policía observan paredes enteras de pantallas con vídeos de los puntos calientes de toda la ciudad mientras que los ordenadores producen las últimas predicciones de crímenes. Un punto rojo parpadeando en un mapa señala que es probable que en ese punto se produzca un crimen pronto. Si un agente al mando cree que el software tiene razón, enviará una patrulla con antelación para atrapar al delincuente en flagrante delito. Mejor aún, la presencia de la patrulla puede prevenir que el delito ocurra.
El director de la policía de Memphis, Larry Godwin, asegura al público que no se trata de una versión de Minority Report llevada a la vida real. En el thriller de ciencia ficción de Steven Spielberg, unos mutantes psíquicos inmersos en un líquido gelatinoso prevén la actividad criminal, para que Tom Cruise y sus agentes "precrimen" puedan detener a los posibles sospechosos antes que actúen. En Memphis, no se detiene a nadie preventivamente. Sin embargo, el software tiene el objetivo de prever robos, ventas de drogas, violencia de bandas, y otros actos ilegales antes de que éstos ocurran, afirma Godwin.
El software de predicción, que se llama Blue CRUSH (por "reducción del crimen utilizando estadística historial"), trabaja procesando datos sobre crímenes y arrestos y, a continuación, los combina con las previsiones del tiempo, los indicadores económicos, e información sobre otros eventos como los días en que se cobra y los conciertos. El resultado es una serie de patrones de la delincuencia que indican cuándo y dónde puede que se produzca un crimen. "Nos da ojos dentro del recinto", afirma Godwin. "Podemos saber literalmente dónde colocar los agentes en cada calle en un momento determinado." La tasa de delincuencia de la ciudad ha disminuido un 30 por ciento desde que el departamento comenzó a usar este software en 2005.
La de Memphis es una de un pequeño pero creciente grupo de unidades de policía de EE.UU. y el Reino Unido que están recurriendo al software de análisis del crimen del SAS Institute de IBM y de otros proveedores. Hasta el momento, los resultados publicados son bastante similares. En Richmond, Virginia, la tasa de homicidios bajó un 32 por ciento en un año después que la ciudad instalara su software en 2006.
Actualmente, parte de la financiación para este tipo de instalaciones proviene del Instituto Nacional de Justicia (NIJ, por sus siglas en inglés), el brazo de I+D del Departamento de Justicia de los EE.UU.. Otros fondos provienen de asociaciones sin ánimo de lucro. Este año, la organización sin ánimo de lucro RAND Corporation se asoció con el departamento de policía de Chicago para aplicar el análisis predictivo al comportamiento de las bandas.
El aumento de la financiación puede ayudar a empujar a otros grandes departamentos de policía a asumir este tipo de iniciativas, señala Jeffrey Brantingham, profesor asociado de antropología de la Universidad de California en Los Ángeles, quien dirige un equipo de investigación integrado por académicos de la UCLA y agentes de policía de Los Angeles que está intentando conseguir una subvención de 3 millones de dólares del NIJ para poner a prueba modelos predictivos contra la delincuencia.
Brantingham destaca que su enfoque se basa menos en la adaptación del software para Los Ángeles y más en la identificación de manchas patrón predecibles del comportamiento humano universal. "La gente tiende a utilizar su entorno local para evitarse de viajar largas distancias para hacer recados como comprar leche", explica él. Del mismo modo, añade Brantingham, "la mayoría de ladrones actúan en lugares que están muy cerca de donde viven, o de donde trabajan, o de donde pasan el rato."
Con un importante aumento de la demanda, IBM está apostando fuerte por el software de análisis predictivo. En los últimos cuatro años, la empresa ha invertido 14 mil millones de dólares en más de 24 adquisiciones para expandir su división de análisis, según Robert Reczek, un ejecutivo de comunicaciones de IBM. Reczek señala que actualmente IBM tiene a más de 200 matemáticos trabajando exclusivamente en el análisis.
Los departamentos de policía no son los únicos clientes prospectivos de IBM. El software también cuenta con aplicaciones que van desde la prevención del fraude de Medicare pasando por la detección de información falsa para la admisión en las universidades hasta la detección de fugas de información en las agencias federales, afirma William Haffey, director de ingenieros de ventas en SPSS, la división de IBM que ha desarrollado el software.
A veces, estos programas captan advertencias impredecibles. Por ejemplo, la policía podría detectar un aumento en los robos en un centro comercial local "si resultara que hubiera estado lloviendo durante tres días, y de pronto dejara de llover siendo un sábado de un fin de semana de tres días", explica Haffey .
Sin embargo, por prometedor que pueda parecer el análisis predictivo, simplemente comprar el software no es ninguna panacea. Después de que el Departamento de Justicia Juvenil comprara unos cuantos a SPSS hace unos años, el trabajo de proyección de las tasas de delincuencia del próximo año se redujo de un día a unas pocas horas, afirma el jefe del departamento de investigación y planificación, Mark Greenwald. Sin embargo, Greenwald necesitaría un presupuesto mucho mayor para empezar a hacer el tipo de predicciones detalladas vistas en Richmond y en Menfis.
"Creo que ha sido útil, al menos para nuestro pronóstico de tendencia general y, desde mi punto de vista, es muy fácil de usar", indica él. "Sin embargo, tiene un montón de funcionalidades que no he sido capaz de aprovechar aún, debido a problemas de dotación de personal." En otras palabras, la tecnología no servirá de mucho si los departamentos no disponen de personal técnico suficiente para seguir alimentando el modelo con los datos más recientes--o si no disponen de los agentes suficientes acudir a los puntos calientes cuando se enciendan las advertencias.