Inteligencia Artificial Europa
"La IA ya está teniendo un papel muy relevante en la transición energética"
Juan José Casado, Chief Digital & Data Officer de Repsol, explica las claves del programa de transformación digital de la compañía en su apuesta por la sostenibilidad y la eficiencia.
La inteligencia artificial (IA) generativa se está erigiendo como una de las herramientas clave para la innovación en el futuro. Desde su irrupción a finales de 2022, Chat GPT ha puesto de manifiesto las múltiples aplicaciones de esta tecnología en todos los sectores. Este despliegue ha mostrado al gran público las oportunidades que brinda esta tecnología, aunque la IA lleve tiempo nutriendo los procesos industriales en sectores como el energético.
Repsol no es ajena a la revolución que supone esta tecnología y cómo puede ayudar a sus objetivos estratégicos. La compañía se ha marcado como meta alcanzar las cero emisiones netas en 2050. Para ello, está centrando sus esfuerzos en reducir la huella de carbono de sus actividades, pero también de sus clientes. En ambos casos, la digitalización es esencial, y la gestión del dato y la IA cobran especial importancia.
Juan José Casado comenzó su andadura como Chief Digital Officer de Repsol en pleno despliegue de la segunda ola del Programa de Digitalización de la compañía que abarca el periodo entre 2023 y 2027 y que contempla una inversión de 130 millones de euros al año hasta 2027. Casado desgrana en esta entrevista las claves de un programa de transformación transversal que apuesta por mejorar la eficiencia y pone el foco en los objetivos de sostenibilidad de la compañía.
A su juicio, ¿cuáles van a ser las áreas de negocio más beneficiadas por este programa de digitalización?
Desde su nacimiento en 2018, el Programa de Transformación Digital de Repsol tiene una vocación de ser transversal a todos los negocios de la compañía. El gran éxito ha sido ser capaz de escalar la digitalización a una gran parte de los procesos y negocios. La clave ha residido en hacer ver a nuestras unidades de negocio el valor añadido de digitalizar sus procesos. Es por ello por lo que diseñamos e implantamos un modelo operativo que situaba en el centro del proceso a nuestros negocios para que fueran éstos los que lideraran su propia digitalización.
La vocación de nuestra segunda ola es seguir trabajando en esa misma línea. La digitalización está siendo una palanca clave para el proceso de transición energética que estamos abordando en Repsol y que es uno de nuestros grandes objetivos: ser capaces de alcanzar las cero emisiones netas en 2050.
En este sentido, hemos desplegado iniciativas a lo largo de toda nuestra cadena de valor. En la exploración y producción, gracias a la digitalización, planeamos y monitorizamos nuestras actividades de perforación de forma remota y así hemos mejorado la perforación en términos de velocidad, el CapEx requerido, etc. Al mismo tiempo, conseguimos una reducción del consumo de energía y agua, así como la logística que se necesita para perforar un pozo. En nuestras estaciones de servicio recogemos miles de datos en tiempo real de nuestro servicio de lavado y de surtidores. En las tiendas, la luz, la refrigeración, son analizados y gestionados mediante algoritmos permitiéndonos ser más eficientes energéticamente. Estos son solo algunos ejemplos de las más de 550 iniciativas digitales lanzadas en la Compañía.
La digitalización también beneficia a todos nuestros empleados, queremos que tengan a la tecnología como una gran aliada, para que, por un lado, puedan aprovechar al máximo las herramientas de IA generativa que estamos poniendo a su disposición. Por otro lado, el objetivo es que puedan desarrollar sus propias aplicaciones y robots RPA a través de soluciones Do It Yourself. En Repsol estamos convencidos de que la inteligencia artificial generativa va a suponer una revolución y va a aumentar las capacidades de las personas y su nivel de autonomía.
¿Qué barreras o qué retos os estáis encontrando a la hora de aplicar estas medidas de digitalización?
Hacer pilotos y pruebas de concepto es algo sencillo, pero el reto está en cómo las escalas. Lo primero es ser capaces de tener acceso al dato. Una de las primeras cosas que tuvimos que hacer fue crear nuestra propia plataforma de Big Data y de Inteligencia Artificial en la nube, ARiA. Una vez tienes los datos, tienes que asegurarte de que tienes calidad. Tuvimos que crear un programa de gobierno del dato que nos permitiese escalarlos y dimos mucha importancia a todos aquellos aspectos relativos a la formación de nuestros empleados. Si quieres que las personas adopten estas tecnologías, una de las barreras fundamentales puede ser la resistencia al cambio. Eso se vence con conocimiento.
Externamente, nos hemos enfocado en diseñar experiencias centradas en el cliente. Desde Repsol hemos tenido que reinventar la forma en que las personas se relacionan con la energía. Si lo pensamos bien, no era algo natural. A través de nuestras soluciones digitales hemos puesto mucho el foco en reinventar esa experiencia. Lo ves en todas ellas: Waylet, que ha tenido acogida masiva, con casi ocho millones de usuarios; Vivit para la gestión de la energía; y Solmatch, para la energía fotovoltaica. Son soluciones que vienen a hacer fácil la relación de las personas con la energía porque no estamos acostumbrados a pensar en estos términos y, sin embargo, tenemos muchísimas necesidades que no estaban cubiertas en la gestión energética desde el punto de vista personal.
¿Cuáles son los proyectos estrella de esta segunda ola?
Hay una iniciativa clave para nosotros: la planta industrial nativa digital. Por ejemplo, uno de los ejes de descarbonización de Repsol es el hidrógeno, ya que consideramos que es una gran oportunidad para descarbonizar una parte importante de la economía. Queremos que las nuevas plantas en las que vamos a empezar a desarrollar hidrógeno nazcan directamente con todas las capacidades digitales. Esto va a permitir que estén lo más automatizadas y sensorizadas posibles y sean muy eficientes en el consumo energético desde el primer momento. Además, contar con plantas industriales con estas características nos permite centralizar parte de las operaciones y poder realizar todas las actividades en remoto.
En cuanto a nuestros clientes, en el marco de nuestra estrategia “Cliente en el Centro” continuaremos promoviendo que puedan conectar las energías que necesiten y que Repsol pone a su disposición para hacer su vida más fácil a través de nuestros Planes Energías. Lo que se traduce en una apuesta multienergía, en la que además se promoverá la personalización de la oferta, la optimización de precios y personalización de la experiencia del cliente a través de modelos basados en IA.
Destacaría como una de las iniciativas estrella de nuestra segunda ola digital, el lanzamiento de nuestro Centro de Competencia de IA generativa, una iniciativa pionera en el sector energético europeo que nos va a permitir ser capaces de desarrollar de manera segura y responsable soluciones basadas en IA generativa que aceleren nuestro Programa de Digitalización.
El objetivo a largo plazo de Repsol es alcanzar las emisiones cero en 2050. ¿Cómo va a contribuir la inteligencia artificial a esa meta?
La inteligencia artificial tiene la capacidad de impactar transversalmente en todo lo que hacemos y va a tener un papel muy relevante en la transición energética. De hecho, para Repsol ya lo está teniendo. La mejor manera de reducir las emisiones es producir energía de la manera más eficiente posible. En este aspecto, tenemos muchas iniciativas que tienen que ver con eficiencia energética, por ejemplo: Smart Energy aprovecha la inteligencia artificial predictiva para optimizar la utilización de las redes de gas, vapor e hidrógeno.
Otro aspecto muy relevante es la gestión de la demanda: ayudar a nuestros clientes en la transición energética entendiendo sus patrones de consumo. Con el Big Data y la inteligencia artificial damos recomendaciones personalizadas para ayudarles a reducir su consumo de energía, gracias a Vivit, nuestra solución digital para el hogar.
También es clave maximizar la producción de energía renovable, que están muy condicionadas por la meteorología (como el viento, el sol o el agua). La inteligencia artificial nos ayuda a realizar predicciones, conocer esas condiciones y adaptar a ellas nuestra producción.
En la última Junta General de Accionistas, Antonio Brufau dijo que la transición energética es una gran oportunidad para Repsol. ¿Qué papel va a jugar en este caso la digitalización?
Hay dos grandes transiciones que están ocurriendo en el mismo momento: una es la transición energética y otra es la digital. Estas dos transformaciones tienen unas enormes sinergias. El gran reto es conseguir la Twin Transition. En Repsol durante nuestra primera ola digital (entre 2018 y 2022) invertimos alrededor de 250 millones de euros en iniciativas tractoras de nuestra estrategia de descarbonización, lo que supone un 64% de la inversión realizada en el marco del Programa Digital. Además, durante este mismo periodo hemos contribuido a la reducción de entre 450.000 y 500.000 toneladas de CO2 gracias a la digitalización.
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