Aunque las empresas tienen disposición a innovar, suelen caer en el teatro de la innovación. Entender por qué ocurre y cómo identificarlo es clave para evitarlo y para transitar de acciones simbólicas a verdaderos esfuerzos de innovación
Post-its, design thinking, áreas creativas, hackathones, laboratorios de innovación, aceleradoras, workshops, concursos, pitches, y otras muchas actividades que avivan los ánimos hacia la innovación. Cualquiera que este inmiscuido en el mundo corporativo y las start-ups, hemos presenciado un bum de este tipo de actividades. Pero ¿realmente funcionan?; ¿permiten lograr la tan anhelada capacidad de innovar? Y, si no es así: ¿por qué se invierte cada vez más en este tipo de actividades?
Una encuesta de McKinsey identificaba que el 55% de directivos listaban a la innovación como una prioridad, por lo que la inversión en actividades de innovación ha crecido exponencialmente desde 2018. En México, por ejemplo, podemos presenciar un bum de áreas de transformación, open innovation, aceleradoras corporativas o gran demanda de training en métodos de innovación. Sin embargo, no está claro si estas actividades realmente ayudan a las empresas a innovar o simplemente son acciones simbólicas para subirse a olas sin una verdadera intención de hacer cambios internos. Datos europeos indican que cuando las empresas intentan innovar, prefieren invertir en actividades cortoplacistas y visibles. Por ejemplo, en el libro The Strategist's Handbook, del director de Postgrado sobre Estrategia e Innovación de la Universidad de Oxford Timothy Galpin, se identificaba que las actividades en las que más invierten son "comunicar la innovación" (90%), "promover valores" (55%), "entrenamiento en innovación" (50%). Por otro lado, en las que menos invierten son en estructuras, políticas, métricas e incentivos que promuevan la innovación (5%). La comunicación, los valores y el entrenamiento son claramente importantes, pero si no se soportan con cambios internos se convierten en un teatro.
Diversas voces y estudios ya han apuntado a este teatro que existe cuando las empresas usan actividades para crear la falsa sensación de estar innovando. El emprendedor en serie, Steve Blank, por ejemplo, ponía el dedo en la llaga en Why companies do "innovation theater" instead of actual innovation, un artículo publicado en Harvard Business Review donde menciona el "innovation theater" como acciones que generan cultura, pero que no ganan batallas. Revistas influyentes como Harvard Business Review y The Economist critican el término innovación porque se ha convertido en un buzzword lleno de actividades que se promueven con mucha "fanfarria", resultando en un show que se abre de día y se cierra de noche con un impacto cuestionable. Por ejemplo, en un estudio reciente publicado en MIT Technology Review se discute el poco impacto que puede tener el Design Thinking si no se incorpora adecuadamente. Sin embargo, este método se ha extendido exitosamente por su componente lúdico. Otros estudios han encontrado que el 90% de las empresas tienen un área de innovación, pero solo el 17% ha logrado lanzar nuevos productos o tecnologías novedosas en los últimos cinco años.
En un entorno empresarial altamente competitivo donde la innovación se vuelve cada vez más relevante es importante reflexionar sobre por qué ocurre el teatro y cómo identificarlo.
¿Por qué ocurre el teatro?
Hace tres años desde EGADE Business School decidimos llevar a cabo una investigación que nos permitiera comprender esta pregunta. Contactamos a empresas mexicanas y españolas para recolectar datos de sus directores de innovación, VP’s de nuevos negocios o transformación, líderes de equipos de innovación, entre otros. Los resultados, publicados en la prestigiosa revista británica Technovation , son muy ilustrativos para indicar por qué ocurre el teatro y ofrecen una guía sobre como poder evitarlo.
Hemos identificado que las condiciones internas que ocasionan esta teatralización son las siguientes:
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Incorrecta concepción de la innovación: Las empresas suelen conceptualizar la innovación de una forma ambigua o incorrecta. Por ejemplo, “hacer cosas fuera de la caja” o “ideas locas o disparatadas”. Cuando la empresa no tiene claridad sobre lo que es la innovación (soluciones nuevas o mejoradas que entregan valor a usuarios y por lo cual se obtienen beneficios), es posible que el teatro ocurra porque se llevan a cabo actividades con objetivos distintos a innovar. Por ejemplo, concursos de innovación para motivar a los colaboradores o para atraer talento. Por otro lado, se corre con el riesgo de replicar lo que otras empresas hacen (aprendizaje por mimetismo), como colocar espacios creativos porque así lo hace Google, o construir un innovation lab porque así lo vieron en un viaje a Sillicon Valley.
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Teatralizar por legitimarse: Uno de los aspectos más importante que descubrimos fue que las empresas teatralizan solo para construir una imagen como empresa innovadora. Esto es debido a que existe mucha presión para que la empresa responda más ante ciertos desafios. En una encuesta que realizamos en México en 2022, el 50% considera que su empresa lleva a cabo diversas actividades de innovación solo por mejorar su reputación. Sabemos que ligar la marca con innovación puede generar mayor entusiasmo de los consumidores. Sin embargo, si esta percepción no se cumple, los daños pueden ser importantes. Tal fue el caso de Theranos, empresa de tecnología médica fundada en 2003 por Elizabeth Holmes. Theranos prometió desarrollar un dispositivo innovador para realizar análisis de sangre con mayor precisión, logrando recaudar más de 700 millones de dólares (650 millones de euros). Posteriormente, se demostró que su promesa era falsa. Para lograr legitimarse, Holmes usaba acciones simbólicas continuamente. Por ejemplo, fue nombrada una de las 100 personas más influyentes por la revista Time, se asoció con figuras influyentes como Carlos Slim y creó un flamante laboratorio de innovación al que fue invitado el exvicepresidente Joe Biden (actual presidente de EE UU). En septiembre de 2021, Holmes fue llevada a juicio acusada de fraude.
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No existe estrategia de innovación y hay KPIs incorrectos: Cuando no existe una clara estrategia de innovación, es posible que el teatro ocurra porque no hay una dirección clara ni KPIs que miden si se va por el camino correcto; por lo tanto, cualquier idea puede ser "innovadora". Las actividades de innovación terminan siendo teatrales sin impacto medible en los procesos de innovación. Por otro lado, hemos observado que hay empresas que tienen una estrategia, pero con incorrectos KPIs. Por ejemplo, si hay KPIs de “actividades” (por ejemplo, número de proyectos de innovación), es posible que el teatro ocurra porque el KPI incentiva la teatralización y no el impacto.
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No existen estructuras que soporten la innovación: Cuando la empresa se enfrenta a la presión por innovar, decide entonces desplegar actividades de innovación (ejem. concursos, laboratorios, aceleradoras, workshops) que terminan siendo “simbólicas”. Esto debido a que no existen estructuras que realmente apoyen, gobiernen y aseguren que la innovación ocurra de forma continua. En una encuesta, el 70% cree que “son muy buenos ideando, pero muy malos escalando y haciendo que las cosas sucedan”. Por ejemplo, una empresa global asentada en México constantemente organiza "shark thanks" para que sus colaboradores propongan ideas relacionadas con la sostenibilidad y la transformación digital. Después de 4 años con cientos de ideas propuestas, ninguna ha sido implementada porque no se diseñó un ecosistema o estructuras que evalúen, filtren y escalen ideas de forma ordenada.
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Débil cultura de innovación: El teatro ocurre en organizaciones donde la cultura desalienta la experimentación y el fracaso. Como resultado, las actividades de innovación terminan en acciones simbólicas que son visibles, pero de bajo riesgo. Un director de innovación mencionó: "¿Por qué debería preocuparme por seguir adelante con mis ideas si la empresa no nos permite experimentar? Puedo perder mi trabajo”. Otro director nos comentó: “Organizar un concurso de innovación es más fácil y no tiene riesgos”.
Existen otros factores como la falta de tiempo y de recursos para innovar, la alta orientación e incentivos hacia la operación y no hacia la innovación, o la falta de compromiso por parte del C-Level para hacer que la innovación suceda. El factor común en estos casos es que la empresa tiene presión para innovar, por lo que despliega actividades que son visibles, pero no tienen impacto para innovar realmente.
¿Cómo identificar el teatro?
Identificar el teatro no es fácil. Los promotores del teatro suelen justificar sus acciones como una forma de "establecer una cultura"; "crear un lenguaje común"; "preparar el terreno para lo que realmente viene"; "motivar"; etc. Sin embargo, el teatro ocasiona todo lo contrario: desmotiva, deslegitimiza, diluye esfuerzo y vacuna a los colaboradores en contra de la innovación. Según nuestro estudio, podemos identificar el teatro de dos formas: con una matriz de Visibilidad vs Impacto, y con preguntas incómodas.
Matriz Visibilidad vs Impacto: se pueden clasificar las actividades de innovación en cuanto a cómo son de "visibles" y qué "impacto" tienen en los procesos de innovación.
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Teatro: Actividades simbólicas que son altamente visibles, es decir, que se pueden comunicar fácilmente para posicionar a la empresa como innovadora, pero que no tienen impacto en el proceso de innovación.
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Actividades aisladas: Una actividad sin impacto y sin visibilidad. Los colaboradores podrían organizar este tipo de actividades para crear un aura de ser innovadores o debido a "aprendizaje mimético", es decir, actuar solo copiando lo que ven en otras organizaciones sin racionalizar sus acciones.
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Visibles con impacto: actividades visibles que posicionan a la empresa como innovadora y sí tienen impacto en los procesos de innovación.
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No visible con impacto: Actividades que no se comunican para posicionar a la empresa como innovadora, pero sí tienen impacto en los procesos de innovación.
Cinco preguntas incómodas para identificar el teatro
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¿En mi empresa no hay claridad sobre que es innovación, pero aun así llevamos a cabo actividades al respecto?
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¿Mi empresa lleva a cabo actividades con la intención de posicionarse como "innovadores", no para realmente innovar?
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¿Mi empresa invierte en actividades de innovación muy visibles, pero sin una clara estrategia de que se quiere lograr?
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¿En mi empresa se llevan a cabo actividades para idear nuevas soluciones, pero ninguna sobrevive porque no tenemos apoyo o estructuras que las escalen?
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¿En mi empresa se llevan a cabo actividades de innovación de bajo riesgo, pero visibles, porque no se acepta el fracaso y la experimentación?
Dada la importancia de la innovación como fuerza de cambio y crecimiento, es importante generar conciencia para identificar y evitar el teatro. Estudios previos han encontrado que el teatro tiene efectos nocivos sobre la motivación, disminución de capacidades de innovación y de reputación, y aumento del burn-out en los colaboradores.
Cristian Granados es profesor investigador y consultor en EGADE Business School del Tec de Monterrey.Disclaimer: Este artículo de opinión representa la visión de su autor y no refleja posturas u opiniones de 'MIT Technology Review en español' ni de su equipo. Se ha editado su contenido para adecuarlo a las guías de estilo de la publicación.