La vanguardia de la lucha contra el cáncer apuesta por fármacos e intervenciones cada vez más precisos y eficientes. La edición genética, la optimización de ensayos mediante la inteligencia artificial o la colaboración intrasectorial y público-privada son algunas de las bazas a favor, explica el vicepresidente y director comercial de Oncohematología de GSK España, Eloy Gómez Palomo
El cáncer sigue siendo una de las batallas más encarnizadas que se libran en el campo de la investigación y la salud. Solo en España, se estima que en 2023 el número de casos diagnosticados alcanzará los 279.260, según datos del informe anual Las cifras del cáncer en España de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Se espera que la incidencia de esta enfermedad aumente a nivel mundial y llegue a sumar más de 28 millones de casos globalmente para el 2040.
"El COVID-19 no es la única pandemia que hemos vivido. Seguimos haciendo frente, cada día, a la 'pandemia silenciosa': el cáncer", como recuerda Eloy Gómez Palomo, vicepresidente y director comercial de Oncología de la filial española de la biofarmacéutica británica GSK. "Uno de cada dos varones y una de cada tres mujeres tendremos un cáncer a lo largo de nuestra vida. Son cifras muy retadoras, a las que estamos haciendo frente".
En conversación con MIT Technology Review en español, este veterano en la innovación aplicada a la oncología explica cómo apuestan desde GSK España por técnicas potencialmente revolucionarias como CRISPR, la letalidad sintética o la inteligencia artificial y el machine learning aplicados a la genética.
La siguiente entrevista ha sido editada por su longitud y para su claridad.
Los avances en la tecnología ARNm logrados a raíz de la pandemia de la COVID-19 podrían tener también repercusiones positivas en el campo de la oncología. ¿Cuáles son las perspectivas reales de una vacuna contra el cáncer?
Efectivamente, los grandes avances científicos, entre los que se encuentra la tecnología de ARNm, están marcando un antes y un después en el mundo de las vacunas. Estas, desde el punto de vista preventivo, seguirán aportando grandes beneficios para evitar la generación de algunos tipos de tumores (por ejemplo, de cérvix). Los avances están siendo prometedores en el área del cáncer, ya hay compañías del sector investigando en esta área, pero aún queda camino por recorrer. Esto nos va a traer muchos aprendizajes para seguir avanzando en este campo.
¿De qué manera tecnologías en auge como la inteligencia artificial, el machine learning o el big data pueden impactar en la investigación y el tratamiento del cáncer? ¿Cómo las está integrando GSK en sus operaciones?
Las nuevas tecnologías han llegado para revolucionar el I+D de cualquier tratamiento o vacuna, no solamente de los medicamentos para el cáncer. Nuestro enfoque general en I+D se centra en la ciencia relacionada con el sistema inmunitario y el uso de la genética humana para ayudarnos a acelerar el ritmo al que desarrollamos. Ponemos a disposición de los pacientes medicamentos y vacunas transformacionales, priorizando aquellas moléculas con una mayor probabilidad de éxito y finalizando programas menos prometedores.
La tecnología juega un papel clave en todo esto y por eso estamos desarrollando nuestras capacidades en inteligencia artificial y machine learning para mejorar cómo interpretamos y comprendemos la genética y los datos genómicos. También estamos invirtiendo en genómica funcional, aplicando técnicas de modificación de genes como la tecnología CRISPR, para ayudar a descubrir y validar potenciales dianas para medicamentos.
La tecnología CRISPR (aplicada, en concreto, a la reducción del colesterol) es una de las 10 Tecnologías Emergentes de MIT Technology Review para 2023. ¿Qué posibilidades encierra la edición genética para la prevención y el tratamiento del cáncer, por ejemplo, aplicada a la letalidad sintética (una aproximación en el desarrollo de fármacos que explota los fallos moleculares provocados por el cáncer para identificar dianas que solo provoquen la muerte de células cancerosas)?
La letalidad sintética puede aplicarse a la investigación para desarrollar medicamentos dirigidos a mutaciones genéticas específicas que se expresan solo en las células cancerosas. La genética desempeña un papel importante en la progresión de la enfermedad; por tanto, los pacientes que más se beneficiarían de una terapia letal sintética pueden ser preseleccionados en función de su perfil genético, lo que aumenta la probabilidad de respuesta.
En el cáncer, el concepto de letalidad sintética se aplica a pares de genes. Los genes supresores de tumores controlan el crecimiento celular, y la pérdida de esta función es un mecanismo central para convertir las células normales en cancerosas. Esto es algo que no se puede tratar con medicamentos, ya que los propios genes suelen estar ya mutados o eliminados. Como los genes supresores de tumores no pueden ser atacados directamente, podemos aprovechar la letalidad sintética atacando al gen asociado con un fármaco letal sintético para inhibir su función. Esto conduce a la muerte de las células cancerosas, mientras que las células normales, que conservan la función del gen supresor de tumores relacionado, se libran de este efecto. La identificación de genes asociados susceptibles de ser medicados a través de letalidad sintética es, actualmente, la única forma de tratar la pérdida funcional de los genes supresores de tumores en el cáncer.
Para descubrir nuevos pares de genes letales sintéticos necesitamos aplicar nuevas tecnologías que cambien nuestro enfoque. Y una de ellas son las herramientas CRISPR, que han revolucionado el descubrimiento de varias combinaciones sintéticas letales que se encuentran actualmente en ensayos clínicos. Este progreso demuestra el potencial de la tecnología CRISPR para alterar drásticamente el descubrimiento del cáncer y crear una ola de nuevas terapias durante la próxima década.
En GSK, nuestra unidad de investigación en letalidad sintética está trabajando para avanzar en la capacidad de nuestro programa preclínico, a la vez que profundiza en la comprensión de los mecanismos subyacentes de la resistencia a los fármacos de letalidad sintética.
Más allá de la investigación clínica, GSK también está aplicando las nuevas tecnologías en ámbitos novedosos como la formación en remoto en cirugía oncológica mediante realidad inmersiva y 5G. ¿Cómo ayuda la tecnología a acercar las últimas innovaciones terapéuticas a profesionales y pacientes?
Las nuevas tecnologías están contribuyendo de forma trascendental a los avances en la prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las enfermedades; en un momento crucial, marcado tanto por la pandemia como por la creciente prevalencia de las enfermedades crónicas y el aumento de la expectativa de vida. En este contexto, la digitalización del sector salud es imprescindible de cara a garantizar el presente y el futuro de una atención sanitaria de calidad.
Desde GSK estamos muy comprometidos en seguir ayudando a que la tecnología, puesta a disposición de las personas, contribuya a mejorar la eficiencia de nuestro admirado sistema sanitario y ayude a garantizar su sostenibilidad. En 2023, desde GSK hemos puesto en marcha ya varios proyectos con start-ups [como una iniciativa para digitalizar y compartir muestras de médula ósea junto a Spotlab] y tecnológicas más grandes [como OncoGyn, junto a Telefónica, para la formación de profesionales sanitarios en las técnicas más avanzadas de cirugías de tumores ginecológicos aprovechando el 5G].
En el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, instrumentos como el PERTE para la Salud de Vanguardia buscan impulsar la innovación en el sector farmacéutico en España. ¿Qué apoyos clave puede proporcionar la Administración a la industria farmacéutica en materia de investigación y acceso a novedades terapéuticas?
En los últimos 40 años, hemos duplicado la supervivencia global en cáncer, gracias a los brillantes y valientes investigadores y la llegada de fármacos innovadores que están ayudando a cambiar el curso de muchos tipos de tumores. Gracias a ellos, yo sigo pensando que, a mis 43 años, veré antes de despedirme de esta vida la cura de muchos tipos de tumores. Para ello necesitaremos que la Administración sea un apoyo para nuestros investigadores y las investigaciones que llevan a cabo.
En este sentido, seguimos teniendo un reto como país: el acceso a fármacos innovadores que salven y prolonguen vidas. Si en 2021 se superaban los 500 días desde que la Agencia Europea del Medicamento daba el visto bueno hasta que el Ministerio de Sanidad financiaba el fármaco, ahora, con datos de 2022, el tiempo de demora se sitúa en los 629 días [según el último informe Waiting to Access Innovative Therapies de la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas y la consultora IQVIA]. Se trata de la peor cifra desde que se realiza el informe anual W.A.I.T, y deja al país en mal lugar respecto al resto de potencias europeas.
En cuanto a innovación, el talento investigador de nuestro país está reconocido a nivel mundial. Lo que se echa en falta para poder llegar a niveles de otros países de nuestro entorno es una financiación basal robusta de las estructuras de I+D, que proporcione un marco de estabilidad temporal. Y para ello, es fundamental tener claro que el avance seguirá viniendo de la colaboración público-privada, y que la sanidad privada ha contribuido, contribuye y seguirá contribuyendo de manera muy positiva a la generación de una mejor salud para todos. Solo juntos, con una mentalidad abierta, curiosa e inclusiva, incorporando el saber hacer de otros sectores (tecnológico, distribución, alimentación, deportivo...) y teniendo muy presente lo aprendido como consecuencia del COVID-19, seguiremos generando avances y aportando valor en salud.