Google eliminará las cuentas tras dos años de inactividad, y los expertos esperan más políticas de eliminación de datos en el futuro
Robyn Caplan conoce perfectamente la fragilidad de los recuerdos digitales. Tras la trágica pérdida de sus padres en los últimos años, Caplan atesora la herencia digital que conserva. Aprecia el iPad de su madre, el acceso a sus bandejas de entrada de correo electrónico y los hilos de mensajes con los dos. Asegura que le permite ver el mundo a través de los ojos de sus padres.
Cuando Caplan se mudó de Canadá a Nueva York, su madre le enviaba todas las mañanas un mensaje donde convertía las temperaturas del parte meteorológico de su nueva ciudad de Farenheit a Celsius, junto a sugerencias de cosas divertidas que encontraba en internet. "Jamás aprendí la escala Fahrenheit porque confié en sus mensajes durante mis primeros 10 años aquí", explica Caplan.
Caplan, investigadora de Data & Society y profesora adjunta de la Universidad de Duke, guarda como oro en paño el hilo de conversaciones que mantuvo con su madre. Los mensajes pueden guardarse de muchas maneras, pero cada vez que cambia de teléfono le entra el pánico de que desaparezcan.
El 16 de mayo, Google anunció que, a partir de diciembre de 2023, eliminará las cuentas personales que no hayan estado activas durante más de dos años. Por tanto, fotos, correos electrónicos y documentos adjuntos que pertenecen a cuentas inactivas serán eliminados como parte de esta política.
Las cuentas con vídeos de YouTube no se eliminarán, aclaró más tarde la empresa, después de que se señalara que la política podría llevar a la destrucción de videoclips históricamente significativos. Otros detalles siguen sin estar claros, como si Google hará excepciones para las cuentas que estén inactivas como resultado de problemas legales en curso, o porque pertenezcan a personas encarceladas o incapacitadas médicamente. Google no ha respondido a nuestras preguntas.
La empresa afirma que la nueva política es una medida para aumentar la seguridad, ya que las cuentas antiguas son más vulnerables a los piratas informáticos. Pues es poco probable que tengan activada la autenticación de doble factor, y tienen contraseñas menos rigurosas.
Este anuncio sigue a otro similar por parte de Twitter. La semana pasada, esta red social se comprometía a eliminar las cuentas que hayan estado inactivas durante varios años. Esto provocó un gran revuelo entre quienes no quieren que se eliminen las cuentas de sus seres queridos fallecidos.
Los cambios políticos nos recuerdan lo frágiles que son nuestras vidas digitales y el poco control que tenemos sobre su conservación, afirma Tamara Kneese, autora del libro Death Glitch: How Techno-Solutionism Fails Us in This Life and Beyond (Error mortal: Cómo el tecno-solucionismo nos falla en esta vida y en el más allá). Con el almacenamiento en la nube, hemos desarrollado la expectativa, o la fantasía, de que los datos son infinitos y que nuestros espacios digitales durarán para siempre.
"Si Google sigue adelante con esta política, y otras empresas le siguen, entonces existe el riesgo de que como sociedad perdamos archivos históricos enteros, junto a bellos recuerdos personales", explica Kneese.
Aunque Google alude a motivos de seguridad como la principal razón de su nueva política, los expertos con los que hemos hablado especulan que la carga de los costes también ha contribuido.
Es mucho pedir a las empresas tecnológicas que alojen todos nuestros datos indefinidamente, afirma Caplan. Aunque los costes de almacenamiento de datos por unidad han disminuido alrededor de un 90% en la última década, cada día necesitamos más unidades de este tipo, ya que la cantidad de datos aumenta exponencialmente. Otras consideraciones son el coste medioambiental de alimentar los ordenadores que almacenan esos datos y el riesgo de que, al conservar los datos indefinidamente, se cree una "brecha de vulnerabilidad" cada vez mayor que los ciberdelincuentes pueden aprovechar.
Una historia en movimiento
Todos esos datos son registros del comportamiento humano. Las cuentas inactivas pueden contener miles de fotos y vídeos familiares, correspondencia personal, investigaciones inéditas y notas que relatan vidas reales. Por ejemplo, pensemos en la importancia histórica de las obras y cartas inéditas descubiertas tras la muerte de un autor, como Emily Dickinson, John Keats o Franz Kafka.
"La gente ha puesto mucho esfuerzo en crear historias para compartir sus pensamientos, registrar sus experiencias y compartirlas con los demás. Y como estas plataformas están tomando una decisión comercial, este material se borrará de la historia", afirma Mark Graham, director de Wayback Machine en Internet Archive, un proyecto que conserva y almacena datos públicos de la web.
Graham afirma que es importante no dar por sentado que las empresas tecnológicas almacenarán nuestros datos a perpetuidad, y empecemos a archivar nuestra vida digital nosotros mismos. Kneese está de acuerdo, y añade que es probable que veamos a más empresas aplicar políticas similares de "lo usas o lo pierdes" con respecto a los datos online a medida que se amplíen los requisitos de uso y almacenamiento de datos.
Kneese afirma que los usuarios individuales tendrán que responsabilizarse más de sus propios datos, ahora y después de su muerte. Esto plantea retos para quienes quieran transmitir sus posesiones digitales a las futuras generaciones. Google ofrece una herramienta que permite a los usuarios especificar qué ocurre con su cuenta tras dos años de inactividad, incluida la opción de enviar archivos a otras personas.
"¿Las grandes empresas tecnológicas quieren administrar el legado de datos? ¿Están preparadas para desempeñar este papel desde una perspectiva legal, o ética? No lo creo", cuestiona Kneese.
Mientras tanto, a familia de Caplan sigue consultando la bandeja de entrada del correo electrónico de su padre para resolver algunos asuntos. "Una empresa de papelería nunca nos habría amenazado con venir a casa y quemar nuestras cartas después de que un ser querido falleciera". Inmediatamente después de nuestra llamada, Caplan se propuso hacer una copia de seguridad de la cuenta de correo electrónico de su madre.