Tecnología y Sociedad
Indemnización histórica por el despido de una científica chino-estadounidense
Tras varios años de acoso y posterior despido, Sherry Chen percibirá de 1,7 millones de euros del Servicio Meteorológico Nacional estadounidense
Ha pasado casi una década desde que la vida de la hidróloga chino-estadounidense Sherry Chen dio un vuelco por una acusación infundada de espionaje. La semana pasada, al fin, la justicia se puso de su lado.
Los abogados de Chen han anunciado que la científica ha obtenido un acuerdo histórico de 1,75 millones de dólares (1,70 millones de euros) del Departamento de Comercio de EE UU por su persecución injusta y posterior despido que sufrió por parte del Servicio Meteorológico Nacional estadounidense. "La investigación y acusación del Gobierno contra mí fueron discriminatoria e injustificada. El Departamento de Comercio finalmente ha asumido la responsabilidad por sus irregularidades. Nadie más debería tener que soportar esta injusticia", afirmó Chen en un comunicado.
El caso de Chen fue uno de los primeros ejemplos de lo que se convertiría en un ejemplo de la creciente sospecha del Gobierno de EE UU hacia los científicos chinos y chino-estadounidenses en medio de la creciente competencia entre EE UU y China. El acuerdo supone una victoria personal y simbólica tras varios años de persecución.
La investigación y el despido de Chen se produjeron antes de la Iniciativa China del Departamento de Justicia de EE UU, el programa de la era de Trump para contrarrestar el espionaje económico chino. A pesar de sus objetivos declarados, apuntaba de manera desproporcionada a los investigadores académicos chino-estadounidenses por presunto fraude en las subvenciones o problemas de transparencia. El balance se saldó con un mayor número de casos descartados antes de juicio que la media federal.
El caso de Chen movilizó una red de defensa de ciudadanos chino-estadounidenses preocupados, quienes crearon conciencia sobre su experiencia, presionaron a los miembros del Congreso de EE UU en su nombre y recaudaron dinero para su defensa jurídica. Uno de estos grupos se convertiría más tarde en APA Justice, una de las voces más fuertes y firmes contra la Iniciativa China y la discriminación racial.
Cuando salió a la luz en 2019 que los científicos académicos chino-estadounidenses estaban siendo investigados de nuevo y eran despedidos bajo sospecha de espionaje, las redes creadas originalmente para apoyar a Chen volvieron a activarse.
Para muchos observadores, había claros paralelismos. "Con la Iniciativa China, hemos visto varios procesamientos fallidos y débiles. La señora Chen no está sola en ese sentido", aseguró a MIT Technology Review la abogada sénior del Proyecto de Seguridad Nacional de la ACLU (American Civil Liberties Union o Unión Americana de Libertades Civiles), Ashley Gorski, que ayudó a representar a Chen.
Chen fue arrestada en 2014 y acusada de espionaje por el FBI. Alegaban que la mujer había accedido ilegalmente a una base de datos del Gobierno para compartir información confidencial sobre los embalses estadounidenses con científicos chinos. Investigaciones posteriores revelaron que lo que Chen había hecho en realidad fue usar una contraseña compartida, ampliamente conocida dentro de su oficina, para acceder a una base de datos para realizar su trabajo. La falta de pruebas llevó al Departamento de Justicia a retirar los cargos cinco meses después de haberlos presentado. Aun así, Chen fue despedida de su trabajo, por las mismas razones, ahora desacreditadas, que provocaron las acusaciones FBI.
La información incorrecta provino del Servicio de Investigaciones y Gestión de Amenazas (ITMS) del Departamento de Comercio estadounidense, la unidad de seguridad interna que, según una investigación del Senado de EE UU de julio de 2021, se había involucrado en amplios modelos de investigaciones discriminatorias e infundadas dirigidas a empleados chino-estadounidenses y otros, y que mencionaba el caso de Chen como ejemplo de mala conducta. ITMS se disolvió poco después de la publicación del informe.
Mientras tanto, Chen presentó una queja por despido improcedente ante la Junta de Protección de Sistemas de Mérito (MSPB, por sus siglas en inglés), un organismo cuasijudicial que supervisa los casos laborales que involucran a empleados federales. Y ganó. Sin embargo, el Departamento de Comercio, que supervisa el Servicio Meteorológico Nacional, apeló. La falta de personal en la MSPB dejó la apelación en el limbo durante años, por lo que en 2019, Chen presentó una demanda civil contra el Gobierno de Estados Unidos por acusación dolosa y detención ilegal. Su equipo jurídico pedía 5 millones de dólares por daños y perjuicios.
El acuerdo de Chen—550.000 de dólares (533.530 euros) por adelantado, seguido de 1,25 millones de dólares (1,21 millones de euros) que se pagarán durante los próximos 10 años—es el punto final de esos esfuerzos. Además de los daños monetarios, los abogados de Chen afirman que el Departamento de Comercio de EE UU también organizará una reunión privada con la científica y le hará entrega de una carta reconociendo su historial y sus logros como hidróloga del Gobierno.
No es exactamente la disculpa que esperaban los partidarios de Chen, reunidos por la organización de defensa APA Justice, en una carta abierta firmada por más de 1.000 personas y organizaciones, enviada a principios de este año a la secretaria de comercio de EE UU, Gina Raimondo. Sin embargo, la oportunidad de sentarse con los funcionarios del Departamento de Comercio estadounidense y la promesa de un reconocimiento por escrito "fueron muy importantes para la señora Chen y se negociaron como parte del acuerdo", nos explicó Gorski.
El simbolismo del acuerdo puede ser especialmente acogido después de la malograda Iniciativa China, que MIT Technology Review investigó el año pasado y descubrió que era ineficaz con respecto a sus propósitos declarados y que tenía como principal objetivo a personas de ascendencia china, que supusieron hasta el 90% de los acusados.
La administración de Biden puso fin oficialmente a la Iniciativa China en febrero de este año, pero numerosos estudios han señalado el enfriamiento en la colaboración científica entre EE UU y China, así como la disminución del interés en Estados Unidos como destino para la educación superior y la investigación. Sin mencionar los efectos personales persistentes de las personas atrapadas en la red, a pesar de que finalmente salieron de ahí.
Eso le da mayor importancia al resultado de las demandas de Chen. "Es una enorme victoria para la señora Chen personalmente y también para la comunidad chino-estadounidense. El acuerdo deja en claro que cuando el Gobierno discrimina tiene que asumir la responsabilidad", concluyó Gorski,