El análisis de las palabras que usaron las personas para describir experiencias de consumo podría conducir a mejores medicamentos para el tratamiento enfermedades mentales
Los compuestos psicodélicos se han utilizado durante mucho tiempo para trastornos de salud mental como depresión y trastorno por estrés postraumático (TEPT). Pero se sabe muy poco sobre lo que estas sustancias realmente le hacen a nuestro cerebro, y puede ser difícil averiguarlo. Comprender cómo funcionan podría ser positivo de cara a plantear todas sus posibilidades.
Algunos científicos están usando inteligencia artificial (IA) para averiguar el potencial de los psicodélicos. Un equipo de la Universidad McGill en Montreal (Canadá) utilizó la técnica que usan los asistentes de voz o los motores de búsqueda, conocida como procesamiento de lenguaje natural (NLP, por sus siglas en inglés), para estudiar "informes de consumo" de experiencias de los consumidores. Eso podría arrojar luz sobre cómo los alucinógenos causan estados mentales específicos, ya sea euforia, ansiedad o sensación de paz y calma.
El jefe de la investigación, Danilo Bzdok, espera que su trabajo ayude en el diseño de nuevos medicamentos para tratar trastornos de salud mental. "Es el estudio sobre psicodélicos [de su tipo] más importante que se ha hecho nunca", resalta Bzdok.
Los ensayos clínicos aleatorios, que consisten en dar a algunos participantes un fármaco, a otros un placebo y comparar los efectos de ambos, se consideran el estándar de oro en dichos estudios.
Pero ese tipo de ensayos son lentos y caros, y suelen contar con solo un pequeño número de participantes. "Duran varios años, cuestan una cantidad de dinero de siete dígitos, y se tarda una eternidad en conseguir los permisos de aprobación ética”, asegura Bzdok.
Otro enfoque es el que empleó su equipo con procesamiento de lenguaje natural para evaluar 6.850 relatos escritos sobre el uso de los alucinógenos. Cada relato fue escrito por una persona que consumió una de las 27 sustancias estudiadas, como ketamina, MDMA, LSD y psilocina. La experiencia narrada en el relato sucedió en el mundo real y no como parte de un experimento de laboratorio. Se accedió a esos relatos desde la web de Erowid, una organización autofinanciada de información sobre sustancias químicas.
Más adelante, el equipo de Bzdok añadió esos datos a los registros de receptores cerebrales con los que interactúa cada compuesto. Al unificar estos pasos, el equipo puede identificar qué receptores de neurotransmisores están vinculados a palabras sobre experiencias específicas del consumo de drogas.
Por ejemplo, las palabras sobre experiencias místicas, como "espacio", "universo", "conciencia", "dimensión" y "avance" se asociaron a compuestos que afectan a receptores específicos de la dopamina, serotonina y opioides.
Bzdok cree que este avance podría abrir posibilidades para el desarrollo de fármacos. En teoría, el consumo de compuestos psicodélicos concretos debería provocar experiencias específicas en cada uno de los receptores, explica Bzdok, cuyo trabajo fue publicado recientemente en la revista Science Advances.
Sin embargo, el neurocientífico especializado en psicodélicos de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EE UU) Frederick Barrett no está del todo convencido. "La gente no siempre sabe qué sustancia ha tomado", señala. "Las dosis no siempre están bien comprobadas en el mundo real, y hay mucha más variación en las experiencias del mundo real de lo que es posible incluso reconocer por completo".
El enfoque de Bzdok se asemeja al de la empresa de biotecnología MindState Design Labs, que tiene como objetivo identificar fármacos que incentivan estados mentales beneficiosos. El fin de la compañía es el desarrollo de nuevos tratamientos para trastornos de salud mental. "Creo que es un gran artículo", opina el CEO de la empresa, Dillan DiNardo. "Pero nuestra compañía se centrará más en receptores individuales y no tanto en grupos de receptores", resalta el CEO.
El principal reto consiste en identificar qué aspectos durante experiencias psicodélicas son beneficiosos para la salud mental. Un ensayo clínico publicado el año pasado, por ejemplo, sugirió que MDMA era útil para algunas personas con TEPT grave. Pero eso no significa que las personas que toman MDMA de forma recreativa estén protegidas contra el desarrollo de ese trastorno.
Aunque es fácil pensar que el uso de sustancias que provocan emociones positivas ayudarán a la gente a sentirse mejor, algunas personas descubren que experimentar emociones negativas, como ansiedad o duelo, les ayuda a enfrentarse a su trauma, indica Barrett.
El uso de estos informes sobre experiencias de consumo es valioso y complementa el trabajo tradicional, concluye Barrett. Pero añade que "cualquier resultado generado a partir de este análisis aún tendría que ser validado y verificado en ensayos clínicos cuidadosamente controlados u otros experimentos".