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Un informe critica las acusaciones de espionaje a científicos chinos

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Un nuevo estudio sobre los casos de espionaje económico en EE. UU. indica que las personas de ascendencia china tienen más probabilidades de ser acusadas de delitos y menos de ser condenadas. Incluso, también hay más opciones de divulgación en la prensa si el presunto culpable tiene nombre asiático

  • por Eileen Guo | traducido por Ana Milutinovic
  • 04 Octubre, 2021

Durante años, distintos grupos de derechos civiles han acusado al Departamento de Justicia de Estados Unidos de discriminación racial contra los científicos de ascendencia china. Un nuevo informe ofrece datos que pueden cuantificar algunas de esas afirmaciones.

El estudio, publicado por la asociación Committee of 100, compuesta por prominentes líderes cívicos chinos y estadounidenses, encontró que las personas de ascendencia china tenían más probabilidades que otras de ser acusadas en virtud de la Ley de Espionaje Económico, y significativamente menos probabilidades de ser condenadas.

"La pregunta fundamental a la que este estudio intenta responder es si los estadounidenses de origen asiático son tratados de manera diferente con respecto a las sospechas de espionaje", afirmó el autor del informe, Andrew C. Kim, abogado y profesor visitante de la facultad de Derecho del Sur de Texas en Houston (EE. UU.). "La respuesta a esa pregunta es sí".

El estudio, que analizó los datos de casos de espionaje económico presentados por EE.UU entre 1996 y 2020, encontró que poco menos de la mitad de todos los imputados habían sido acusados de robar secretos que beneficiarían a China. Esta cifra es mucho menor que las cifras presentadas por los funcionarios estadounidenses para justificar el emblemático programa Iniciativa China del Departamento de Justicia.

El estudio encontró que el 46 % de todos los imputados habían sido acusados de robar secretos que beneficiarían a China, mientras que el 42 % de los casos involucraban empresas estadounidenses.

Según el informe, el 46 % de los imputados bajo la Ley de Espionaje Económico (EEA, por sus siglas en inglés) fueron acusados de actividades que beneficiarían a personas o entidades chinas, mientras que el 42 % de imputados fueron acusados de robar secretos que beneficiarían a las empresas estadounidenses.

Esos números contradicen directamente gran parte de los mensajes del Departamento de Justicia de EE. UU. sobre el programa Iniciativa China, lanzado en 2018 para combatir el espionaje económico. Este departamento ha declarado públicamente (por ejemplo, en la primera línea de la página web de Iniciativa China) que el 80 % de sus enjuiciamientos beneficiarían al estado chino, reflejando "el robo a una escala tan masiva que representa una de las mayores transferencias de la riqueza en la historia de la humanidad", como en 2020 lo describió el director del FBI Christopher Wray. Desde 2019, el programa se ha dirigido principalmente a investigadores académicos.

"Fuerte evidencia de cargos con menos pruebas"

El informe se basó en un análisis de los archivos judiciales públicos, así como en los comunicados de prensa del Departamento de Justicia, para todos los enjuiciamientos por la Ley de Espionaje Económico entre 1996 y 2020. Es una actualización de un análisis anterior, publicado en Cardozo Law Review, que cubrió el período hasta 2016.

En el informe se incluyeron los cargos por "robo de secretos comerciales" y "espionaje económico", pero el cargo de "espionaje económico" requiere prueba de un "nexo con una entidad extranjera" y supone penas más altas. Estas dos categorías son solo una parte de los cargos bajo el programa Iniciativa China; Kim menciona brevemente las "declaraciones falsas y delitos de procesos", y también se ha acusado a personas de fraude de subvenciones y de mentir en sus solicitudes de visado, entre otros delitos.

Como la información demográfica y los datos de nacionalidad no se incluyen en los documentos judiciales, Kim usó los nombres de los acusados como indicadores de la raza y las búsquedas en Google cuando los nombres, como Lee y Park, eran étnicamente ambiguos. Para la nacionalidad, Kim notó que los comunicados de prensa solían mencionar de manera destacada si un acusado era un "ciudadano extranjero", por lo que asumió que todos los acusados eran ciudadanos estadounidenses a menos que se indicara lo contrario.

El informe encontró que el 89 % de los imputados con nombres occidentales que fueron acusados de espionaje económico fueron finalmente condenados, frente al 74 % de los demandados con nombres asiáticos.

El ex agente especial del FBI actualmente miembro del Centro Brennan para la Justicia de la Universidad de Nueva York (EE. UU.), Mike German, ve las tasas más altas de absolución o desestimación como "una fuerte evidencia de que el Departamento de Justicia de EE. UU. está imponiendo cargos con menos pruebas, tal vez contando con el sesgo que están fomentando con su retórica anti-China para lograr que los jueces y los jurados condenen a esta gente de todos modos".

El informe también encontró que, si bien la cantidad de casos de espionaje económico disminuyó bajo la administración de Trump, había más acusados chinos y estadounidenses de origen chino. El número de casos presentados por el Departamento de Justicia de EE. UU. se redujo de 105 durante el gobierno de Obama a 52 entre 2016 y 2020. Pero más de la mitad de los acusados en los casos presentados durante el gobierno de Trump tenían nombres chinos. Esto sigue la tendencia que comenzó en 2009, cuando estos nombres entre los acusados empezaron a superar a los occidentales.

A pesar del supuesto enfoque en los académicos, solo el 3 % de los casos de espionaje económico en el estudio involucraron a trabajadores universitarios. Las principales industrias que fueron objeto de robo eran la tecnología (23 %), manufactura (21%), defensa / energía (15 %) y negocios (10 %). "Este estudio sugiere que el Gobierno está buscando espías en el lugar donde es menos probable que los encuentre", sostienen.

"Riesgos de señalar toda una raza"

Kim describió como uno de los hallazgos más importantes del estudio el análisis que concluyó que el Departamento de Justicia de EE.UU. tenía más probabilidades de divulgar los casos de la ley EEA que involucraban a acusados con nombres asiáticos que los presentados contra los demandados con nombres occidentales: 51 % de los imputados occidentales aparecen en los comunicados de prensa del Departamento de Justicia, en comparación con el 80 % de todos los acusados asiáticos y el 83 % de los demandados con ascendencia china. Kim escribió que "divulgar los presuntos delitos cometidos por una minoría racial más que los delitos similares cometidos por otros corre el riesgo de señalar a toda la raza como más propensa que otras a esa conducta delictiva".

Existen limitaciones en el estudio, como han indicado tanto el propio informe como otros investigadores y analistas conocedores del programa. No cubre los posibles cargos bajo el programa Iniciativa China y, lo que es más importante, "no ayuda con la cuestión de la escala y el alcance de la amenaza relacionada con China", escribió en una respuesta oficial a la investigación la profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad Seton Hall (EE. UU.) Margaret Lewis, que ha escrito sobre cómo se han criminalizado las conexiones con China.

Lewis se pregunta si la baja proporción de cargos por condena para los chinos y los de ascendencia china refleja "una selección acertada de investigaciones bien fundadas... ¿o una extensa red de arrastre que crea una mayor sospecha, al menos en parte debido a la conexión de las personas con la República Popular China?".

"La mera magnitud de estas disparidades genera preocupaciones de que los factores raciales hayan hecho que nuestro Gobierno castigue a personas de ciertas razas con más severidad que a otras que cometieron delitos similares"

Andrew C. Kim, profesor invitado de la Facultad de Derecho del Sur de Texas, Houston

El estudio no nos lo indica. Pero esto representa una limitación en los datos disponibles, opina el director de estudios de inmigración y del Centro de Estudios de Política Comercial del Instituto Cato, Alex Nowrasteh, que a principios de este año publicó su propia investigación sobre las condenas por espionaje. Resalta: "El problema de analizar el espionaje económico es que no conocemos el universo total de personas que han [realizado] o han intentado llevar a cabo el espionaje económico", sino solo de aquellas que fueron capturadas.

Kim sospecha que hubo sesgo racial, incluso implícito: "La mera magnitud de estas disparidades genera preocupación de que los factores raciales hayan hecho que nuestro Gobierno castigue a las personas de ciertas razas con más severidad que a otras que cometieron delitos similares. El sesgo implícito no tiene que ser consciente ni siquiera 'racista' para producir desigualdades raciales injustas".

No todo el mundo está convencido. "El Gobierno argumenta que los efectos desproporcionados no establecen una intención discriminatoria, lo cual es cierto, y, en consecuencia, no realiza la discriminación racial", escribió Lewis, que añade que "no se requiere sesgo para concluir que el programa Iniciativa China tiene errores fatales".

¿Un efecto escalofriante y señales de un cambio?

Los grupos de derechos civiles asiático-estadounidenses llevan años expresando su preocupación por los efectos escalofriantes de la discriminación racial de los científicos chino-estadounidenses por parte del FBI. Numerosos grupos académicosasociaciones científicas y representantes del Congreso de EE. UU. se han unido a los llamamientos para investigar, o frenar, las investigaciones presuntamente discriminatorias del FBI y del Departamento de Justicia de EE. UU.

Pero puede que también se esté produciendo un cambio. El 9 de septiembre, un juez federal absolvió al académico canadiense de origen chino y exprofesor de la Universidad de Tennessee (EE. UU.) Anming Hu de todos los cargos de defraudar a la NASA en las solicitudes de subvenciones, tres meses después de que un jurado no pudo llegar a un veredicto sobre su caso. A finales de julio, en un solo día, el Departamento de Justicia estadounidense retiró los cargos a otros cinco investigadores universitarios: habían sido acusados de mentir sobre sus conexiones con el ejército chino.

En un correo electrónico a MIT Technology Review, Lewis escribió: "Cuanto más aprendemos sobre el programa Iniciativa China, más problemático parece. Debemos seguir explicando al Gobierno que hay otra manera mejor de hacer las cosas. Nadie cree que será fácil proteger la seguridad de la investigación mientras se mitigan las preocupaciones sobre el sesgo, pero es algo crítico".

El Departamento de Justicia de EE. UU. aún no ha respondido a una solicitud de comentarios.

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