La toma del poder de los talibanes está provocando una crisis monetaria. El efectivo se agota y la mayoría de las transferencias internacionales se han congelado. El país tenía en marcha varios proyectos de bancarización y moneda digital, pero todos podrían hundirse. Los bancos están cerrados y no se sabe qué va a pasar
El sistema bancario de Afganistán está colapsando y gente de todo el país se está quedando sin dinero. Esta crisis monetaria, causada en parte por los esfuerzos de la comunidad internacional para privar de recursos a los talibanes, está afectando muchísimo a los ciudadanos afganos de a pie, dejando a muchos sin acceso a algunos servicios importantes, mientras que la ONU advierte sobre un creciente desastre humanitario.
Una de las muchas personas que se esconden actualmente en Kabul (Afganistán) y que quiere salir del país es Asef Khademi, quien trabajaba para modernizar los sistemas financieros afganos; pero su esperanza se está desvaneciendo rápidamente: "Simplemente estoy llamando a todas las puertas, enviando correos electrónicos a todos para ver si puedo salir de este país".
Khademi tiene miedo porque durante los últimos tres años y medio ha estado trabajando para un proyecto con financiación internacional para introducir la moneda digital y bancarizar a las personas. El Sistema de Pagos de Afganistán, o APS, fue creado en 2011, financiado por el Banco Mundial, y se convirtió en parte del Banco Central de Afganistán hace dos años.
Fue un proyecto importante: la economía afgana funciona con dinero en efectivo y se estima que solo entre el 10 % y el 15 % de los ciudadanos tiene una cuenta bancaria. APS iba a ayudar a Afganistán a depender menos del efectivo, hacer que las transacciones económicas fueran más seguras y eficientes y llevar la banca real a más personas. Y, según Khademi, ese plan avanzaba rápido antes de que se Estados Unidos retirara y los talibanes asumieran el control.
Sin embargo, en la actualidad, mientras el caos continúa en Afganistán, el proyecto se ha detenido y el efectivo se está agotando antes de que se hayan implementado alternativas viables.
Pero había un escenario diferente al alcance, asegura Khademi: Afganistán estaba quizás a solo uno o dos años de tener una infraestructura bancaria digital propia del siglo XXI que pudiera mantenerse incluso si en efectivo desaparecía. Su equipo estaba "muy comprometido y era trabajador", afirma, y trabajaba regularmente hasta 17 horas al día para conseguir un crecimiento rápido. Estaban "muy apasionados con el sostenimiento de la economía", añade.
Entre lágrimas admite: "Esperábamos que nuestros esfuerzos valieran la pena, pero parece que todo fue en vano, todo lo que hemos hecho. Parece un sueño que nunca se hará realidad".
Activos congelados
La crisis monetaria afgana no ha sido un accidente. La mayoría de los anteriores activos del Gobierno estaban en cuentas en el extranjero que han sido congeladas para evitar que los talibanes accedan a ellas, según el antiguo gobernador del Banco Central, Ajmal Ahmady. Estados Unidos han querido evitar que los talibanes (que figuran en la lista de sanciones del Departamento del Tesoro de EE. UU.) se apoderen de otros fondos congelando las reservas de dinero del Gobierno afgano y deteniendo los envíos de dinero previstos. Muchos afganos esperaban una situación así desde hacía semanas, formando largas colas en los bancos para sacar su dinero en efectivo, preocupados por el futuro.
La actividad de los cajeros automáticos se disparó. "Los amigos [que trabajan en los bancos] afirmaban que donde normalmente realizaban centenares de transacciones al día, ahora hacían miles", cuenta la periodista y colaboradora de MIT Technology Review Ruchi Kumar, que trabajó en Kabul durante ocho años, pero hace poco huyó del país.
Los problemas causados por la falta de efectivo se están acumulando. Los dólares estadounidenses son cada vez más escasos, el valor de la moneda afgana se está desplomando y, según Khademi, el precio de los productos básicos se está disparando. El dinero en efectivo sigue circulando: Afganistán tiene un considerable sistema bancario extraoficial, gestionado por comerciantes locales de divisas que trabajan sin permisos necesarios. Las fuentes afirman que todavía operan, pero sin una actividad bancaria, el suministro de dinero pronto se agotará.
Algunas personas de fuera del país tratan de llenar ese vacío con campañas de recaudación de fondos online, mientras que otras incluso han sugerido que las criptomonedas podrían dar el paso.
Pero conseguir que el dinero llegue al país desde el exterior se ha vuelto más difícil. Western Union, la mayor empresa de transferencias de dinero del mundo, ha suspendido sus servicios en Afganistán, y la NBC informa que MoneyGram también ha detenido sus operaciones allí. Mientras tanto, algunos sitios web extranjeros de financiación colectiva, como GoFundMe, han sido acusados de comportamiento "deshonesto" después de bloquear algunos esfuerzos de recaudación de fondos para el país y dejar que otros siguieran.
"Nunca pensé que llegaría este día"
Aunque las alternativas digitales no han podido llenar el vacío creado por el colapso del dinero en efectivo, ha habido algunas opciones para servicios alternativos. Kumar, la periodista, resalta que algunos afganos vulnerables utilizan los servicios como WasalPay, el sistema de pago online de facturas de servicios públicos, para mantener recargado su crédito para el teléfono.
Ella lo utiliza para enviar dinero que las personas en peligro pueden usar para mantenerse conectadas. Su red incluye a varios periodistas, activistas y defensores de derechos humanos. Pueden usar WasalPay para acceder a los fondos de fuera del país, ya sea de donaciones individuales y de contribuciones, o de algunas fuentes más grandes como la International Women's Media Foundation.
Muchos de los destinatarios, según Kumar, están escondidos, en algún sitio cerrado, con poco más que sus teléfonos y la ropa que llevan puesta. El dinero ayuda a garantizar que puedan mantenerse en contacto con sus familias, pero también les da la oportunidad de sacar un billete de avión para salir de Afganistán.
Kumar explica: "Tratan de salir del país y esperan que alguien les diga que es buen momento para ir al aeropuerto. No pueden salir de sus casas, mucho menos si saben que están en la lista de los objetivos de los talibanes. Por eso, intentamos facilitarles las recargas telefónicas de forma remota". Las mujeres, especialmente las solteras que trabajan, están en mayor riesgo.
Kumar reconoce que no paran de llegarle las solicitudes: ha realizado 140 pagos hasta ahora y ya tiene solicitudes para otros 40.
El director ejecutivo de WasalPay, Sher Shah Rahim, admite que, por motivos de seguridad, ha tenido que cerrar algunos de sus negocios, incluida la primera librería online de Afganistán KabulReads. Pero se compromete a mantener WasalPay hasta diciembre por lo menos, ya que se ha vuelto esencial para algunas personas. Pero no es fácil. El responsable confiesa: "Como empresa, no tengo dinero en efectivo porque no pensé que llegaría este día. Tenía todo mi dinero en bancos y los bancos están cerrados".
Caos inminente
No obstante, todos estos esfuerzos son una carrera contra el tiempo. Con la salida de las fuerzas y los medios internacionales prevista para finales de agosto, la situación podría empeorar considerablemente. Después de ese punto, a las personas les costará mucho más huir.
Kumar detalla: "Ya están tomando medidas enérgicas en secreto por la noche, yendo a casas de algunas personas para buscarlas. Pero harán mucho más después del 31 de agosto. Incluso están enviando mensajes de texto a la gente con amenazas afirmando justo eso".
"Podrían destruirlo todo. Podrían quemar todas estas tecnologías".
Como muchas cosas en Afganistán en este momento, la situación financiera en general es caótica y enormemente incierta. El valor del afghani, la moneda del país, se ha desplomado y es poco probable que se estabilice durante algún tiempo, según el economista de la Universidad de Columbia (EE. UU.) Thomas Groll.
Por ahora, muchos afganos se verán obligados a depender de los ahorros que tienen en efectivo, de los comerciantes locales de divisas o del trueque para obtener los bienes que necesitan, afirma Groll.
Los empresarios locales están preocupados por su propia seguridad y por la de sus familias. Khademi ha perdido a muchos miembros de su familia, incluido su padre, a causa de ataques talibanes previos. Mientras tanto, Rahim planea esperar y ver cómo será el Gobierno de los talibanes, aunque ha cerrado su oficina y organiza el trabajo remoto para sus 18 empleados.
Pero, además de preocuparse por su seguridad más directa, también ven una oportunidad desperdiciada de construir un futuro genuino. Rahim afirma: "Todo el mundo dependía al 100 % del dinero en efectivo y esto estaba a punto de cambiar. [APS] finalmente logró llevar la banca digital a Afganistán, pero justo al lanzarse y comenzar a caminar después de gatear, llegaron los talibanes y todo se convirtió en polvo".
Mientras tanto, Khademi no está seguro de lo que ocurrirá, y admite: "He trabajado tan duro para convertirme en lo que soy ahora, para alcanzar el nivel en el que estoy. No quiero perderlo todo de golpe".
Ha oído rumores de que los bancos abrirán esta semana y cree que los talibanes podrían incluso decidir mantener su proyecto. Pero también podrían acabar con él. Y concluye: "Es posible que simplemente lo destruyan. Podrían simplemente quemar todas estas tecnologías. ¿Quién sabe lo que pasará?"