La noticia: El martes, la Unión Europea (UE) lanzó su sistema de pasaporte digital de vacunación en siete países, antes del lanzamiento completo para los 27 estados miembros previsto para el 1 de julio. El documento, llamado Certificado Digital COVID-19, muestra si su portador ha sido completamente vacunado contra la COVID-19, si se ha recuperado del virus o si tiene una PRC negativa de las últimas 72 horas.

Los viajeros que puedan demostrar que cumplen con uno de estos tres criterios no están obligados a someterse a otro test ni a hacer cuarentena. El certificado ya se acepta en Bulgaria, Croacia, República Checa, Dinamarca, Alemania, Grecia y Polonia. 

Cómo funciona:  viene en forma de código QR, que se puede guardar en el teléfono móvil o imprimir en papel. Los datos no se conservan en ningún lugar después, por razones de seguridad y privacidad, según afirmó la Comisión.

Por qué es importante: con esta posición pionera, la UE podría liderar el camino de los viajes internacionales pospandemia y ya está en conversaciones con Estados Unidos sobre cómo verificar este verano el estado de vacunación de los visitantes estadounidenses.

Es probable que la estrategia genere preocupaciones entre los especialistas en ética y los expertos en privacidad de datos, que temen a que los pasaportes de vacunación se puedan utilizar para consolidar aún más la desigualdad. (Para leer más sobre sus motivos, ver el reportaje completo de los problemas realizado por nuestro equipo del Proyecto de Tecnología Pandémica).

¿Callejón sin salida? En cualquier caso, actualmente parece poco probable que los pasaportes de vacunación se vuelvan comunes para viajar globalmente, y varios estados de EE. UU. ya los han prohibido. El Excelsior Pass de Nueva York (EE. UU.), el primer pasaporte de vacunación emitido por el Gobierno de Estados Unidos, se ha descargado más de un millón de veces, pero la cifra representa solo una pequeña proporción de las nueve millones de personas que han sido vacunadas, y la gran mayoría de las empresas no lo utilizan todavía.

Incluso los países pioneros en este enfoque lo están descartando. Israel fue uno de los primeros en implementar el pasaporte de vacunación. Su pase verde fue diseñado para permitir el acceso a restaurantes y acontecimientos deportivos a quienes pudieran demostrar que estaban vacunados. Pero a medida que el exitoso proceso de la vacunación en el país ha reducido los números de casos del coronavirus a dos cifras, esta semana ha abandonado el uso del pase, ya que avanza hacia una apertura completa para todos.