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Abhishek Chinnappa | Getty

Tecnología y Sociedad

Todo lo que necesita la India para superar su terrible crisis de COVID-19

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Combatir la segunda ola de coronavirus en el país requerirá medidas agresivas de salud pública, ayuda de emergencia y un importante aumento global en la producción de vacunas. Las restricciones a la exportación de materias primas y la falta de contundencia del Gobierno no hacen más que retrasar la solución

  • por Krishna Udayakumar | traducido por Ana Milutinovic
  • 06 Mayo, 2021

Es una cruel ironía que la India, la gran potencia mundial en fabricación de vacunas, esté paralizada por un virus para el cual se han desarrollado varias vacunas seguras y efectivas en un tiempo récord. Los informes oficiales hablan de más de 380.000 nuevos casos y 3.400 muertes diarias, pero, aunque resultan asombrosos, probablemente están por debajo del número real. Mientras los sistemas de salud de la India se hunden bajo la presión de la segunda ola de infecciones por coronavirus (COVID-19), la grave escasez de oxígeno, de equipos médicos, de medicamentos y de camas de hospital amenazan con empeorar la situación.

A pesar del fuerte programa nacional de desarrollo y producción de vacunas que históricamente ha sido la columna vertebral del suministro para los países de ingresos bajos y medios, la India tiene dificultades para aumentar su vacunación masiva contra la COVID-19. Y después de un año de la pandemia, varios esfuerzos para dar una respuesta coordinada a la pandemia global no han logrado abordar las crecientes desigualdades destacadas por la crisis que se desarrolla en la India.

¿Cómo sucedió esto y qué debemos hacer ahora para evitar que la situación empeore?

La ayuda: escasa y tardía

El liderazgo importa, especialmente en una crisis. Después de que la primera ola de contagios alcanzara su punto máximo en septiembre, los líderes políticos de toda la India se volvieron complacientes, declararon la victoria prematuramente y relajaron las medidas de salud pública. El primer ministro, Narendra Modi, anunció en el Foro Económico Mundial en enero de 2021 que la India "salvó a la humanidad de un gran desastre al contener este coronavirus de manera efectiva". Pero en las últimas semanas, los mítines electorales y las grandes reuniones religiosas se han convertido en acontecimientos de propagación masiva.

A medida que los casos han ido aumentando, el ritmo de la vacunación no ha sido lo suficientemente rápido como para mitigar esta segunda ola. India ha administrado 150 millones de dosis, el tercer total más grande del mundo. Sin embargo, teniendo en cuenta su enorme población, eso supone que solo el 9,1 % de los indios han recibido al menos una dosis y menos del 2 % están completamente vacunados.

A diferencia de muchos países de altos ingresos, la India también ha exportado grandes cantidades vacunas contra la COVID-19; ha enviado más de 66 millones de dosis a 95 países desde que comenzó la pandemia. Su actual capacidad  de producción de vacunas (de 70 a 80 millones de dosis al mes) no será suficiente para cumplir su objetivo de vacunar completamente a 300 millones de personas hasta julio, independientemente de sus compromisos contractuales con COVAX, el esfuerzo internacional ideado para facilitar el acceso equitativo a las vacunas a los países más pobres del mundo.

Personas esperando en línea para la vacuna Mumbai

El aumento de I+D y fabricación de vacunas en las empresas farmacéuticas del sector privado de la India, aunque partían de una posición envidiable, no recibió el apoyo gubernamental rápido y enérgico del que disfrutaban los proveedores nacionales de otros países. Mientras que EE. UU. invirtió, a través de Operation Warp Speed, 15.999  millones de euros en I+D de vacunas y empezó a realizar pedidos anticipados de a partir de mayo de 2020, el Gobierno de la India no hizo su primera compra oficial de vacunas fabricadas en la India hasta enero de 2021, sino que confió en las afirmaciones de las empresas de que las vacunas fabricadas en el país estarían disponibles para las necesidades domésticas.

Esta situación dejó a los fabricantes de vacunas de la India, como el Serum Institute of India, en la difícil posición de intentar acceder a fondos de otras fuentes, como la Fundación Bill y Melinda Gates, mientras equilibraban las crecientes necesidades nacionales con las ventas a otros países de ingresos bajos y medios y a la iniciativa mundial de distribución de vacunas COVAX. A principios de abril, el CEO del Serum Institute, Adar Poonawalla, solicitó públicamente una inversión gubernamental de más de 333 millones de euros para impulsar aún más su capacidad de producción. (El Gobierno central aprobó más tarde los pagos por la compra anticipada de vacunas de más de 500 millones de euros para el Serum Institute y Bharat Biotech).

Lo que complica todavía más las cosas es la complejidad de las cadenas mundiales de suministro de vacunas, que son frágiles y susceptibles a restricciones de exportación. Los fabricantes de vacunas de la India no han podido obtener algunas materias primas ni suministros para la fabricación de las vacunas, como los filtros específicos y bolsas de biorreactores. Según los informes, la decisión del Gobierno de Estados Unidos de invocar la Ley de Producción de Defensa (DPA, por sus siglas en inglés) para impulsar la fabricación de vacunas en Estados Unidos ha restringido la exportación de estos suministros críticos a la India (la Casa Blanca ha negado que el uso de la DPA dé lugar a las prohibiciones de exportación). Poonawalla volvió a utilizar Twitter para resaltar este desafío y solicitó el apoyo del presidente, Joe Biden, para levantar las restricciones a las exportaciones de EE. UU.

Control de daños

Con el agravamiento de la crisis humanitaria en la India, se necesitan medidas inmediatas y enérgicas para estabilizar la situación y ganar tiempo para que aumente la producción de vacunas. La crisis ya se está extendiendo más allá de las fronteras de la India y requerirá una acción global coordinada.

La velocidad es fundamental. Como señaló el director ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud, Michael Ryan, en marzo de 2020, "el mayor error es no actuar... La velocidad triunfa sobre la perfección". La semana pasada, los gobiernos de los países como Reino Unido, la UE, Rusia y EE. UU. se comprometieron a ayudar, pero el riesgo consiste en ofrecer muy poco y demasiado tarde.

El suministro de oxígeno medicinal es críticamente escaso en la India, con una necesidad diaria estimada de dos millones de cilindros de oxígeno, que superan con creces la capacidad de producción nacional. La India también necesita medicamentos, camas de hospital, respiradores, equipo de protección personal, suministros para las pruebas de diagnóstico de la COVID-19 y otros artículos médicos básicos. Es posible que pronto hagan falta más profesionales sanitarios, que actualmente trabajan bajo una inmensa presión.

Estados Unidos prometió enviar cilindros de oxígeno, concentradores de oxígeno y unidades de generación, medicamentos antivirales, kits para los test y acceso a los suministros de fabricación de vacunas, y los primeros vuelos de ayuda llegaron a la India el pasado viernes 30 de abril. La UE activó su Mecanismo de Protección Civil para enviar el oxígeno y los medicamentos. Los envíos de primeros auxilios de Reino Unido llegaron el martes 27 de abril e incluían concentradores de oxígeno y respiradores.

Pero ni siquiera esta respuesta mundial evitará una tragedia histórica. Las proyecciones muestran que es probable que a mediados de mayo haya más de 12.000 muertes diarias en la India y cerca de un millón de muertes en total hasta agosto.

rellenado de cilindros de oxígeno

Es por eso por lo que los gobiernos central y estatales de la India deben promulgar inmediatamente medidas agresivas de salud pública para controlar el virus, que podrían incluir restricciones de viajes, cierres de lugares de trabajo y escuelas, y requisitos de distanciamiento social y uso de mascarillas, junto con el apoyo social y económico para las poblaciones más vulnerables.

Estas medidas se han implementado de manera inconsistente por toda India y, en algunos casos, han sido socavadas por algunos líderes políticos. Varias regiones de la India, incluidas Delhi, Karnataka y Maharashtra, han impuesto recientemente estrictas restricciones de viajes y movimiento, pero todavía no existe un enfoque nacional.

El aumento de la capacidad de fabricación de vacunas también será clave para controlar a largo plazo el virus en la India y ralentizar su propagación en todo el mundo. Eso requerirá un esfuerzo global coordinado entre empresas y gobiernos.

Poco a poco, el Gobierno indio está empezando a darse cuenta de la situación. Los recientes pagos anticipados de compra de vacunas permitirán a Bharat Biotech duplicar hasta junio su capacidad de producción, a 20 millones de dosis al mes, y llegar a 60 millones al mes en agosto. De manera similar, el Serum Institute espera producir 100 millones de dosis al mes hasta mediados de año. Pero esta no es una solución a corto plazo.

Desafortunadamente, las vacunas no resolverán esta crisis tan aguda y es que actualmente no hay grandes existencias disponibles para importar a la India. Incluso el compromiso de Estados Unidos de compartir 60 millones de dosis de la vacuna AstraZeneca en todo el mundo tardará meses en llevarse a cabo.

Un enfoque integral para abordar este problema incluiría grandes inversiones de capital en empresas de fabricación del sector privado en la India, como Serum Institute, Bharat Biotech y Biological E; intentar liberar las cadenas de suministro mundiales de las restricciones a la exportación; y otros esfuerzos para aumentar la producción de los materiales e ingredientes críticos en las cadenas de suministro de vacunas.

Las estrategias paralelas en otras regiones, como América Latina y África, podrían fortalecer la capacidad de fabricación de vacunas y la resistencia a nivel mundial, lo que permitiría a las empresas indias centrarse en sus necesidades nacionales en vez de las globales.

Por último, si bien el suministro de vacunas sufrirá ese atasco durante algún tiempo, la demanda también será fundamental para lograr la inmunidad colectiva mediante las vacunas. El Gobierno indio debería financiar e implementar ya los esfuerzos para consolidar la confianza en las vacunas y combatir la desinformación sobre ellas.

Lamentablemente, la desgarradora tragedia de la India continuará durante muchas semanas. Pero si se movilizan los recursos globales más rápidamente, si se adoptan las medidas de salud pública que mantendrían el virus bajo control y si se aumenta la fabricación de vacunas, la India y la comunidad mundial podrían ofrecer por lo menos alguna esperanza de mejores días más adelante.

*Krishna Udayakumar es directora fundadora del Duke Global Health Innovation Center, directora ejecutiva de Innovations in Healthcare y directora asociada de Innovación del Duke Global Health Institute. Andrea Taylor es subdirectora de programas del Duke Global Health Innovation Center. Dirige la investigación sobre vacunas COVID-19, asociaciones y terapias a través del proyecto Launch and Scale Speedometer.

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