Estas estructuras son cada vez más seguras, duraderas y largas, gracias a los avances en materiales y técnicas. La monitorización digital, la recopilación de datos y las herramientas de deshumidificación buscan que sean más sólidos y preservar los ya edificados
El profesor de ingeniería civil en el City College de Nueva York (EE. UU.) Anil Agrawal afirma que los puentes no han cambiado tanto en muchos años. Y para un ojo inexperto no resulta fácil detectar las formas en las que sí lo han hecho. Pero los avances sutiles en la tecnología de puentes y las técnicas de construcción hacen que los puentes modernos sean más grandes, más seguros y más duraderos.
Los ingenieros civiles se han centrado últimamente en mejorar la seguridad; por ejemplo, intentando que los puentes sean más resistentes al fuego, a los terremotos y a los fuertes vientos. También están explorando cómo la tecnología podría ayudar a monitorear los puentes nuevos y conservar los que ya están construidos.
Durante gran parte del siglo XX, la media general de vida del diseño de un puente era de unos 50 años. Para superar eso, muchos puentes nuevos ahora tienen sensores que recopilan datos sobre su condición y comportamiento estructural, aunque queda mucho por hacer para traducir estos datos en análisis significativos en tiempo real.
En los laboratorios de todo el mundo se están estudiando tecnologías novedosas, como nuevos tipos de hormigón o puentes que cambian de forma para conseguir la resistencia al viento, pero las normas de ingeniería civil y los códigos de construcción tardan en evolucionar. A continuación se pueden ver cinco ejemplos de cómo la tecnología de puentes sí está cambiando ya.
Viadotto San Giorgio o Viaducto de Génova (Italia)
El 14 de agosto de 2018, el Ponte Morandi, un puente atirantado en Génova (Italia), se derrumbó, y con ello se llevó la vida de 43 personas y cortó una arteria importante del tránsito regional. Rápidamente comenzó el trabajo para su reemplazo. El famoso arquitecto nacido en Génova Renzo Piano diseñó el nuevo puente, y más de mil empleados trabajaron día y noche para construirlo en poco más de un año. Cuenta con un sistema digital de monitorización y tecnología de deshumidificación para protegerse contra la corrosión que contribuyó al colapso de su predecesor.
Puente Slussen, Estocolmo (Suecia)
En 2020, el puente Slussen, fabricado con acero, fue colocado sobre una esclusa en Estocolmo (Suecia). Compuesto por una viga cajón de 140 metros de largo (un estilo en el que las vigas crean la forma de una caja hueca), se ensambló en un astillero en Zhongshan (China), cerca de Hong Kong. Viajó de China a Estocolmo como una sola pieza en un barco semisumergible, uno de los únicos diez en el mundo capaces de manejar dicha carga, según el gerente de la empresa de construcción sueca Skanska Markus Glass, compañía que supervisó el proyecto. Después de un viaje de 70 días, el barco se hundió lentamente en el agua para que el puente pudiera deslizarse hacia su lugar sobre sus soportes permanentes, con un margen de error de solo 15 centímetros. El puente Slussen es un claro ejemplo de cómo las cadenas de suministro globales han cambiado la construcción de puentes.
Puente de los canteros o Stonecutters Bridge, Hong Kong (China)
En los puentes colgantes, los tirantes verticales de soporte cuelgan de los cables principales tendidos entre las torres para sostener el puente. Los puentes atirantados, en cambio, tienen cables que se abren en abanico directamente desde las torres. Estos puentes atirantados han existido durante siglos, pero eran relativamente raros, hasta que los recientes avances en materiales y técnicas de construcción los hicieron más fáciles y menos costosos de construir. El Stonecutters Bridge en Hong Kong, que se inauguró en diciembre de 2009, tiene torres gigantes compuestas por 32 segmentos de acero inoxidable envueltos alrededor de un anillo de hormigón. Dado que Hong Kong se encuentra en una zona de tifones, el puente fue construido para soportar velocidades de viento de hasta 212 millas (341 kilómetros) por hora. Sus ingenieros también llevaron a cabo una prueba única de su tipo que modeló lo que sucedería si un barco golpeara los cimientos del puente.
Puente flotante Evergreen Point, Seattle (EE. UU.)
Cuatro de los cinco puentes flotantes más largos del mundo se encuentran en el estado de Washington (EE. UU.). El más largo y más ancho, el puente flotante Evergreen Point entre Seattle y Bellevue (EE. UU.), se inauguró en 2016. El ingeniero del departamento de transporte del estado Nicholas Rodda explica que los puentes convencionales no eran la mejor opción, porque el lago que cruza el puente es muy ancho y profundo. El suelo blando tampoco ayudaba.
Los puentes flotantes en otras partes del mundo tienden a atravesar pontones separados que están espaciados como escalones, detalla Rodda. Los de Washington descansan sobre pontones unidos y anclados al lecho del lago con cables de acero. Los ingenieros de Noruega están planeando un cruce flotante en el municipio de Bjørnafjorden (Noruega) que, a más de tres millas (4,82 kilómetros), sería más del doble de la longitud del puente Evergreen Point.
Puente del río Yangsigang Yangtze, Wuhan (China)
China se encuentra en medio de una impresionante carrera de construcción de nuevos puentes. El puente del río Yangsigang Yangtze se inauguró en Wuhan en 2019 con el segundo tramo principal más largo del mundo para un puente colgante. En 2020, comenzó la construcción de otro puente ligeramente más corto a unas 50 millas (80 kilómetros) río abajo. Son solo dos de los muchos e importantes puentes nuevos en China, incluido el puente-túnel más largo del mundo, que une Hong Kong y Macao , y los dos puentes de arco de acero más largos del mundo, en Chongqing y Guangxi. Los ingenieros del país están "recogiendo enormes cantidades de datos" de los nuevos sistemas de monitoreo de puentes instalados con muchos de estos proyectos, concluye Agrawal.