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Rose Wong

Tecnología y Sociedad

Las cero muertes por coronavirus en Bután a base de felicidad y budismo

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Desde que el país sustituyó el PIB por la felicidad nacional bruta como forma de medir el bienestar, todas sus decisiones se rigen por su capacidad de mantener contenta a la gente. Con esta estrategia, el Gobierno ha mantenido a raya a la COVID-19 y su población parece cada vez más satisfecha y unida

  • por Namgay Zam | traducido por Ana Milutinovic
  • 30 Octubre, 2020

El presidente del Centro de Estudios de Bután y de la Felicidad Nacional Bruta desde 1999, Karma Ura, es un hombre modesto que lleva gafas y atesora muchos logros: erudito, escritor, pintor y burócrata.

El concepto de felicidad nacional bruta existe en el país desde hace un tiempo. En 1972, el cuarto rey de Bután propuso la idea de dejar de basarse en el producto interior bruto (PIB) como la principal medida del éxito de la nación y sustituirlo por una medida basada en lo contenta que estaba la gente. 

Cuando empezó a aplicarse un par de años después, el concepto fascinó a los forasteros. Pero apenas causó alguna reacción en el propio país. ¿Y por qué iba a provocarla? Al fin y al cabo, la idea es un reflejo de los valores budistas que Bután ha lleva siglos respetando. (El código jurídico de Bután de 1729 establece que "si el Gobierno no puede crear felicidad para sus ciudadanos, entonces la existencia del Gobierno no tiene ningún propósito"). 

En la actualidad, el trabajo de Ura se centra en estudiar la felicidad nacional bruta y la forma en la que Bután la implementa, así como difundir la idea por todo el mundo.

Libro de Dasho Karma Ura

Foto: 'Felicidad nacional bruta y desarrollo', editado por Karma Ura y Karma Galay; Centro de Estudios de Bután, 2004.

Monitorizar la felicidad es un trabajo complejo incluso en los mejores tiempos, admite Ura. El índice del país se basa en nueve ámbitos, desde los obvios (como la calidad de vida y la salud) hasta los conceptos más complejos como la vitalidad comunitaria, el bienestar psicológico, la diversidad ecológica y la resiliencia. Las encuestas periódicas organizadas por el Gobierno son un gran esfuerzo anual, con cinco meses de intensa recopilación de datos seguidos de un largo período de análisis.

Y la pandemia de coronavirus (COVID-19) ha complicado su trabajo aún más

Han pasado más de seis meses desde el primer caso registrado del coronavirus en este pequeño reino (un turista estadounidense inmunodeprimido de 76 años dio positivo en marzo), pero, de momento, este país de 750.000 habitantes no registra ninguna muerte por COVID-19. La razón es que el Gobierno ha puesto muchos de sus recursos en la lucha contra el virus. 

Bután se encuentra entre los 10 principales países asiáticos en el número de pruebas de diagnóstico realizadas, con más de 140 test por cada 1.000 personas (detrás de Canadá, pero por delante de Italia y Corea del Sur que, en comparación, somete a pruebas de diagnóstico a unas 40 personas por cada 1.000). Los test son gratuitos gracias a su asistencia sanitaria universal.

El país no tardó en crear un grupo de trabajo sobre salud mental para ayudar a sus ciudadanos. Han aplazado los préstamos y otorgado subvenciones reales en efectivo a las personas que han sido suspendidas o despedidas. Y todo ello con poco más de 200 casos a nivel nacional. El virus se propagó tan despacio que el país no impuso su primer confinamiento hasta agosto, y la mayoría de los casos se están relacionados con personas que regresaban del extranjero en vez de propagarse dentro de la comunidad local.

La felicidad nacional bruta es el principio rector de las decisiones del Gobierno, asegura Ura. De hecho, el valor de la "vitalidad de la comunidad", que se había debilitado en los últimos años, está volviendo a aumentar gracias a las actividades entre los vecinos que acercan a las personas. Lo que él llama "el intercambio no comercial", donde las transacciones no son impulsadas por el dinero sino por la compasión y la empatía, conecta a los ciudadanos incluso cuando la perspectiva global parece difícil.

¿Elevará todo esto a Bután en los puestos de los países con mayor felicidad? Centrarse en la felicidad nacional bruta no siempre ha significado que el país se clasifique como el más feliz del mundo. La última edición del Informe Mundial de la Felicidad de las Naciones Unidas daba al país una puntuación intermedia (Finlandia y Dinamarca son los eternos ganadores), pero la próxima encuesta nacional se realizará a finales de este año.

Tecnología y Sociedad

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