A pesar de sus medidas contra el uso de células fetales humanas en investigación, el presidente ha recibido un fármaco de anticuerpos contra el coronavirus cuya eficacia se probó precisamente en este tipo de estructuras. Sin embargo, la compañía responsable, Regeneron, no las considera humanas
Esta semana, el presidente de EE. UU., Donald Trump, ha alabado públicamente los tratamientos punteros contra el coronavirus (COVID-19) que ha recibido. Los ha descrito como "un milagro que viene de Dios". Si eso es cierto, entonces Dios utiliza líneas celulares de tejido de fetos humanos.
El tratamiento con anticuerpos que se le administró a Trump de forma urgente la semana pasada se desarrolló usando líneas celulares derivadas de tejido procedente de abortos, según afirma la empresa que fabricó el fármaco experimental, Regeneron Pharmaceuticals.
La Administración Trump había adoptado una firme postura contra la investigación médica que utiliza tejidos de fetos abortados. Por ejemplo, cuando en 2019 decidió restringir la capacidad de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. para financiar dicha investigación, los partidarios elogiaron la medida como una "gran victoria provida" y agradecieron personalmente a Trump por tomar medidas decisivas contra lo que llamaron una "indignante y repugnante" práctica de "experimentación con partes del cuerpo de los bebés".
Pero cuando el presidente tuvo un encuentro mortal con la COVID-19, su administración no se opuso al hecho de que los nuevos medicamentos también se basaban en las células fetales. Y los activistas contra el aborto también guardaron silencio. Probablemente su hipocresía fue involuntaria. Muchos tipos de investigación médica y de vacunas emplean suministros de células procedentes de tejido de fetales abortados. Solo un experto se dio cuenta de que ese era el caso del tratamiento de Trump.
El viernes pasado, cuando Trump desarrolló síntomas preocupantes de la COVID-19, recibió un urgente cóctel de anticuerpos contra el coronavirus fabricado por Regeneron. Estas moléculas se generan en células del tejido de ovario de hámster, las llamadas "CHO", según la empresa, no en células humanas.
Las células derivadas originalmente de un feto se usaron de otra manera. Según Regeneron, las pruebas de laboratorio que sirven para evaluar la eficacia de sus anticuerpos utilizaron un suministro estandarizado de las células llamadas HEK 293T, cuyo origen fue el tejido renal de un aborto en los Países Bajos en la década de 1970.
Desde entonces, las células 293T han sido "inmortalizadas", lo que significa que siguen dividiéndose en el laboratorio, algo parecido a lo que hace un cáncer, y han sufrido otros cambios genéticos y modificaciones.
Según Regeneron, muchos otros laboratorios, incluido el suyo, utilizan células 293T para fabricar las "pseudopartículas" del virus, que son estructuras similares al virus que contienen la proteína "espiga" del mortal coronavirus. Las necesitan para probar lo bien que los diferentes anticuerpos neutralizan el virus.
Los dos anticuerpos que Regeneron desarrolló finalmente como tratamiento experimental, que pudo haber salvado la vida de Trump, se habrían seleccionado utilizando exactamente esas pruebas. Debido a que las células 293T se adquirieron hace mucho tiempo y llevan tanto tiempo viviendo en el laboratorio, ya no se consideran relacionadas con las políticas sobre el aborto.
La portavoz de Regeneron, Alexandra Bowie, señala: "Depende del análisis de cada uno. Pero las líneas celulares 293T disponibles en la actualidad no se consideran tejido fetal, y nosotros no usamos el tejido fetal de ninguna otra manera".
La administración Trump ha querido paralizar o restringir la investigación que requiere tejido de abortos realizados recientemente. En agosto, por ejemplo, una nueva junta creada por el Departamento de Salud y Servicios Sociales del país, y repleta de personas que se oponen al aborto, votó a favor de suspender los fondos de 13 de un total de 14 propuestas.
La negativa se centró en las investigaciones que buscaban nuevos suministros de tejido procedente de abortos, en lugar de en las investigaciones en curso que usan líneas celulares más antiguas y bien consolidadas durante muchos años, como las que empleó Regeneron. No obstante, una razón por la que algunos científicos quieren estudiar el tejido procedente de abortos es para poder crear nuevas y valiosas líneas celulares.