El presidente de EE. UU. está sometido a una atención de lujo ante su infección por coronavirus. Además de oxígeno, se le ha administrado dexametasona y remdesivir, a pesar de que nadie ha estudiado el impacto que la combinación de todos estos medicamentos podría tener en su respectiva eficacia
La noticia: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha empezado a recibir el corticoesteroide dexametasona, que se suele administrar a los pacientes graves de coronavirus (COVID-19). Un ensayo realizado en junio encontró que ese tratamiento había reducido significativamente las posibilidades de que los pacientes gravemente enfermos murieran por coronavirus. La Organización Mundial de la Salud lo recomienda solo para los pacientes con "COVID-19 en estado grave y crítico".
Oxígeno adicional: en la conferencia de prensa que tuvo lugar el domingo, los médicos de Trump también afirmaron que el presidente había requerido oxígeno adicional después de que su nivel de oxígeno en sangre descendiera. También está recibiendo el tratamiento de cinco días de remdesivir, ya que las pruebas sugieren que puede acortar los tiempos de hospitalización y salvar vidas de los pacientes con COVID-19. Además, en la mencionada rueda de prensa sus médicos aseguraron que Trump había podido levantarse de la cama del hospital y caminar, y afirmaron que podría ser dado de alta el lunes.
Más tarde ese mismo día, Trump abandonó el hospital para saludar a sus partidarios desde su coche blindado de la marca Chevrolet Suburban y regresó a la Casa Blanca. Esa decisión fue descrita como una "locura" por un médico del Hospital Walter Reed, donde Trump estaba siendo tratado, porque pudo haber puesto en riesgo al personal del hospital y a los agentes del Servicio Secreto.
Cuidado con leer demasiado entre líneas: con sobrepeso y 74 años, el presidente de EE. UU. tiene un riesgo más alto de desarrollar un caso grave de la enfermedad. Pero no sabemos si los médicos le están administrando el cóctel de medicamentos en función de su propia evaluación médica o si Trump les ha ordenado que lo hagan. El pasado viernes, Trump recibió una dosis de un puntero tratamiento de anticuerpos, experimental y no aprobado, que no está disponible para la gente corriente. Lo fabrica Regeneron y está diseñado para imitar una respuesta inmunológica fuerte para evitar un estado grave por la COVID-19. Los científicos no han estudiado el impacto que el uso de todos estos medicamentos a la vez podría tener en su efectividad.
¿Cómo Trump contrajo la COVID-19? Es imposible saberlo con certeza, porque se puede tardar entre dos a 14 días para dar positivo después de haber estado expuesto al coronavirus. La teoría más dominante es que Trump contrajo la COVID-19 a través de su ayudante Hope Hicks, pero también hay indicios que señalan a la ceremonia en la Casa Blanca del 26 de septiembre como un acontecimiento de "gran propagación": al menos siete de las personas que asistieron al acto dieron positivo. No se sabe si Trump ha infectado a otros, pero es muy probable dada su apretada agenda de apariciones en campaña, en el debate y en los eventos de recaudación de fondos.