La directora del Hospital Nacional de Enfermedades Tropicales de Saigón y jefa de Medicina Interna, Tan Thi Hai Ninh, explica cómo su centro acogió a todos los enfermos y obligó a todos sus profesionales sanitarios a quedarse dentro durante más de tres meses. La cifra de muertos del país se mantiene muy baja
Hasta principios de agosto, Vietnam, con una población de 97 millones de habitantes, era el país más grande del mundo con cero muertes por el coronavirus. Desde entonces ha muerto un pequeño número de personas. El estado de partido único implementó cuarentenas agresivas. También canalizó a la mayoría de sus pacientes con coronavirus (COVID-19) a un hospital central en Saigón (Vietnam).
25. Muertes por COVID-19 hasta el 19 de agosto de 2020
La primera vez que oí hablar del nuevo virus en Wuhan (China) fue en diciembre de 2019. Supusimos que la enfermedad llegaría pronto a Vietnam, porque China está muy cerca y compartimos una larga frontera. Nos planteamos diferentes escenarios: ¿Qué deberíamos hacer cuando tengamos el primer caso? ¿Qué deberíamos hacer cuando tengamos 10 casos? ¿Y 100 casos? ¿Innumerables casos? Nos preparamos cuidadosamente para cada escenario. Y seguíamos recordando a todo el personal que debían protegerse y obedecer estrictamente todas las instrucciones del hospital para mantenerse a salvo.
Trabajamos en el Hospital Nacional de Enfermedades Tropicales, por eso el Gobierno decidió enviar aquí a la mayoría de los pacientes de nuestro país. En Vietnam, el primer caso fue descubierto en enero de 2020, y aproximadamente dos meses después sufrimos el pico, con alrededor de 100 casos en nuestro hospital. Aunque había cientos de casos más en aislamiento, que también se quedaron en nuestro hospital. Todo nuestro hospital se dedicó exclusivamente a los enfermos de COVID-19.
Todo el personal también se quedó en el hospital. No nos fuimos a casa. También nos pusieron en cuarentena durante más de tres meses. Contamos con alrededor de 350 empleados. La decisión de quedarnos aquí se tomó en enero. Fue difícil porque teníamos que mantenernos alejados de nuestras familias y todos los días tratábamos a pacientes enfermos y atendíamos sus situaciones.
Siempre tuvimos suficientes EPP [equipos de protección personal]. Nuestras fábricas también comenzaron a producir más equipos en febrero. Al inicio de la pandemia, nos preocupaba que tal vez nos faltaran, así que intentamos reutilizar las mascarillas N95 y de reducir el uso de EPP, por ejemplo, usando solo uno durante las cuatro horas en las que trabajábamos directamente en la zona de los pacientes. Pero en este momento, tenemos tantos EPP que los estamos exportando a otros países.
Todo el personal también se quedó en el hospital. No nos fuimos a casa. También nos pusieron en cuarentena durante más de tres meses.
Creo que los medios de comunicación han sido muy importantes en la lucha de nuestro país contra la COVID-19. Han ofrecido información continua, para que la población pueda tener actualizaciones en tiempo real y confiar en el Gobierno para obedecer estrictamente todas sus normas. También tenemos muchos vídeos divertidos sobre el lavado de manos y el uso de mascarillas, algunos con cantantes famosos. Esto también influyó en que los niños y las personas mayores entendieran y aplicaran esas medidas. Apreciamos muchísimo que los vietnamitas siguieran todas las reglas, porque eso nos ayudó mucho. La razón por la que podemos atenderles hasta el día de hoy es porque hemos logrado reducir el número [de nuevos contagios]. Vietnam es un país en desarrollo y nuestros recursos son muy, muy limitados.
Cuando finalmente volví a casa a ver a mi familia, fue el 29 de mayo. Se nos permitió salir porque no teníamos más casos positivos en nuestro hospital. En un día promedio durante el pico de marzo y abril, teníamos la sensación de trabajar las 24 horas del día. Esos tres meses fueron más cortos de lo que esperaba, porque al principio la pandemia se expandía muy rápido en todo el mundo. Pero en Vietnam hemos tenido suerte. Solo dos miembros del personal médico en todo el país contrajeron la COVID-19. Ambos estaban trabajando en la UCI con pacientes graves, intubándolos. Fue una mala experiencia para nosotros, pero gracias a eso hemos mejorado nuestros procedimientos de seguridad.
Para mí, la vida todavía no ha vuelto a la normalidad porque nuestro departamento aún sigue atendiendo a pacientes con COVID-19, por lo que todavía estamos en cuarentena y separados de la comunidad en general. Pero nuestros días ya no son tan largos.