El presidente ruso ha anunciado que la vacuna Sputnik V ha pasado todas las pruebas y que su propia hija la ha recibido, pese a los recelos sobre su seguridad y a que los ensayos no han concluido. El anuncio podría provocar que EE. UU. acelere la aprobación de otra vacuna como arma electoral
Rusia acaba de aprobar una vacuna contra el coronavirus (COVID-19) para su administración de emergencia este otoño entre los sanitarios.
Un rápido avance: el presidente ruso Vladímir Putin afirmó durante una reunión el pasado martes que la vacuna recién registrada "ha pasado todas las pruebas necesarias" y que una de sus hijas había recibido la misma. "Ella ha participado en el experimento", aseguró Putin, según Associated Press.
Programa de vacunación: la vacuna rusa ha sido desarrollada por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya en Moscú. Aunque se ha probado en algunos voluntarios, Rusia no ha finalizado el ensayo más exhaustivo necesario para demostrar que es segura o protege a los receptores contra la infección por coronavirus.
Según los informes, los médicos, trabajadores de enfermería y maestros serán los primeros en recibir la inyección cuando estén listos suficientes suministros de la vacuna en octubre, y podría llegar al público general en enero. La vacuna rusa usa un adenovirus para administrar componentes del patógeno que causa la COVID-19. El enfoque es similar al propuesto por la Universidad de Oxford (Reino Unido) y AstraZeneca, según la información de The New York Times.
Orgullo nacional: las vacunas contra la COVID-19 podrían llegar a usarse como una herramienta de poder geopolítico, y las naciones podrían ofrecer suministros a países amigos y aliados. La vacuna rusa se denomina Sputnik V, una clara alusión al lanzamiento soviético del primer satélite espacial en 1957, según la CNN.
"Los estadounidenses se sorprendieron al escuchar el sonido del Sputnik. Lo mismo ocurre con esta vacuna. Rusia lo habrá logrado antes", afirmó en junio el director del Fondo de Inversión Directa de Rusia, Kirill Dmitriev.
Cabe destacar que hay cerca de 900.000 casos registrados de contagio por coronavirus en Rusia, que se sitúa como el cuarto país por mayor número de casos en el mundo.
Una carrera arriesgada: el anuncio de la vacuna rusa podría motivar a la administración Trump a acelerar la aprobación de emergencia de una de las vacunas que está probando el programa estadounidense, "Operation Warp Speed". Algunos científicos temen que la vacuna se convierta en un instrumento de la política electoral estadounidense y han alertado contra la distribución de una vacuna no probada.
China también: en junio, China también aprobó una vacuna, fabricada por CanSino Biologics, para su uso en las fuerzas armadas. Este país ha ofrecido vacunas experimentales a los funcionarios de las empresas estatales en China.