Esta semana se ha hecho viral un nuevo vídeo conspirativo sobre el potencial de la hidroxicloroquina como tratamiento contra la COVID-19 y la inutilidad de las mascarillas. A pesar de que la información ha sido desmentida y el video, retirado de las plataformas, ya llegado a una audiencia enorme
Un nuevo vídeo viral publicado esta semana ha vuelvo a intensificar la batalla en curso entre las empresas de redes sociales y los propulsores de noticias falsas y bulos sobre el coronavirus (COVID-19), entre quienes figura el mismísimo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Y una vez más, el suceso demuestra lo mucho que a Facebook, Twitter y otras redes sociales les cuesta abordar el problema de las teorías de conspiración.
El último vídeo procede de un grupo llamado America's Frontline Doctors, patrocinado por los ultraderechistas Tea Party Patriots. Se trata de personas de aspecto profesional en batas blancas de laboratorio que defienden la hidroxicloroquina, el tratamiento contra la malaria que ya había sido promovido por Trump. En una rueda de prensa, un médico se refirió al medicamento como una "cura" contra el coronavirus y dijo que las personas "no necesitan" usar mascarillas. La FDA retiró en junio su Autorización de Uso en Emergencia para hidroxicloroquina para el tratamiento de pacientes con COVID-19, después de determinar que este medicamento no es efectivo y que podría resultar peligroso.
Las afirmaciones falsas del vídeo provocaron su eliminación en Facebook, YouTube y Twitter por violar las políticas de desinformación sanitaria. La cuenta de Twitter del hijo de Donald Trump bloqueada temporalmente después de haber compartido ese vídeo, y se eliminó un retuit del propio presidente. Pero para cuando todo eso se llevó a cabo, el vídeo ya había sido visto por millones de personas.
El éxito de America’s Frontline Doctors y de Plandemic, otro vídeo conspirativo sobre la COVID-19, que se convirtió en un gran éxito en mayo, muestra lo desafiante que resulta combatir un ecosistema de desinformación que ha permanecido sin control durante años. ¿Por qué sucede esto ahora?
A los promotores de la desinformación cada vez se les da mejor captar grandes audiencias. Se sabe que las teorías de la conspiración generalmente prosperan en las periferias disparatadas del pensamiento online. Pero algunos de los vídeos más exitosos de los últimos meses no se han difundido de esa manera. Ciertas personas prominentes del movimiento antivacunas comenzaron a buscar audiencias en los youtubers más famosos y más convencionales para exponer sus creencias a un público más amplio.
¿Otra ayuda? La cobertura mediática, ya sea comprensiva o escandalizada. La rueda de prensa de los médicos fue transmitida en directo por Breitbart, bajo el subtítulo ÚLTIMAS NOTICIAS: Los médicos estadounidenses hablan de la desinformación sobre COVID-19 en la rueda de prensa SCOTUS antes de que se borrara la publicación. Breitbart tiene más de 4,5 millones de seguidores en Facebook.
La prohibición puede impulsar el ciclo en lugar de bloquearlo. Algunas personas conocidas de extrema derecha llevan años afirmando que las plataformas tecnológicas conspiran en secreto para silenciar el pensamiento político conservador. En cuanto la rueda de prensa empezó a desaparecer de las principales redes sociales, sus defensores comenzaron a volver a subir nuevas copias del vídeo y compartirlo. Para entonces, había ganado otro punto atractivo como vídeo que las plataformas convencionales "no quieren que veas". Esto hace que sea más probable que lo vean los que ya no confíen en estas instituciones, lo que agrava el problema.
La creciente reacción podría estar llegando demasiado tarde. Aunque las tácticas utilizadas para frenar las conspiraciones pueden tener algunos éxitos menores, llegan tan tarde que la prevención podría ser imposible. Los expertos creen que las verificaciones de hechos y las prohibiciones de cuentas llegan demasiado tarde para detener a algunos grupos conspirativos.