Tecnología y Sociedad
Diarios de pandemia: el proyecto para documentar cómo hemos vivido el coronavirus
Investigadores, documentalistas y voluntarios están recopilando innumerables documentos 'online', desde paginas web hasta publicaciones de Instagram, para crear un registro del momento histórico que estamos viviendo y dar forma a cómo se contará esta historia en el futuro
Hace ocho años, Suleika Jaouad estaba sola en la habitación de un hospital mientras se sometía a un agresivo tratamiento contra la leucemia, a la espera de un trasplante de médula ósea. Recién licenciada de la universidad y con sueños de convertirse en corresponsal de guerra, se sentía agobiada y desesperadamente sola.
Al final, decidió escribir un diario para superar su aislamiento médico. Casi una década después, con su cáncer en remisión pero con inmunodepresión, se vio en una inquietantemente familiar situación cuando la crisis del coronavirus (COVID-19) la obligó a volver a encerrarse en su casa en Nueva York (EE. UU.).
Así fue como decidió lanzar el proyecto The Isolation Journals (Los Diarios del Aislamiento) para animar a la gente a reflejar sus vivencias durante la pandemia. Contactó a algunas personas conocidas, como la artista Mari Andrew, la escritora Elizabeth Gilbert y la cantante de blues Mavis Staples para intercambiar ideas de publicaciones que se envían por correo electrónico a los participantes a las 5 de la mañana, hora del este de EE. UU. "En cinco horas había 20.000 personas inscritas, Ahora, hay un total de 60.000 participantes", cuenta Jaouad.
Aunque es posible participar solo con lápiz y papel, muchos usuarios han publicado sus respuestas en Instagram y Twitter, junto a la etiqueta #theisolationjournals. Las contribuciones van desde simples fotos hasta vídeos de baile, música y arte originales, y publicaciones de blog.
A medida que el confinamiento, las normas de cuarentena y el alejamiento social amenazan con prolongarse incluso durante años, hay quien lucha por recopilar, en tiempo real, la abrumadora cantidad de información que se produce online. Sin eso, el testimonio de cómo hemos vivido, cómo hemos cambiado y cómo hemos abordado la pandemia global quedaría incompleto y a merced de un internet en constante cambio, donde incluso la historia más reciente tiende a quedar enterrada o desaparecer.
Un evidente primer paso consiste en mirar cómo documentamos nuestras vidas. Escribir un diario siempre ha sido una forma de entender y contextualizar el mundo, especialmente durante tiempos turbulentos. Se ha demostrado que resulta terapéutico, particularmente para los que han pasado por un trauma. El nacimiento de internet favoreció este deseo tan humano: Blogspot, Tumblr e incluso las primeras versiones de Facebook y Twitter tenían un elemento de "Querido diario".
En la actualidad, expresar pensamientos de forma libre en directo en Instagram, publicar obras de arte en Tumblr y coreografiar un baile para TikTok cumple la misma función que escribir un diario: recordar una experiencia y expresar su efecto en nosotros. En teoría, estos esfuerzos creativos deberían formar un registro predefinido de información crucial sobre este período y cómo lo hemos sobrevivido.
Pero, aunque podría parecer importante reunir esta información, resulta difícil saber exactamente qué será importante dentro de 10, 50 o 100 años. El último cataclismo global comparable de la era online, el 11-S, ocurrió en una versión de internet que ahora resulta irreconocible. Las redes sociales, como las conocemos, no existían, y la gente no tenía teléfonos inteligentes. Estuvimos online de manera diferente entonces. Probablemente nuestra presencia online también sea diferente de 10 años.
Y eso por no hablar de lo que sucedería si las plataformas que utilizamos ahora desaparecieran. Myspace, una de las redes sociales más influyentes de la década de 2000, murió mucho antes de que en 2019 anunciara que había eliminado accidentalmente todo lo que se había subido la plataforma antes de 2016. Los 38 millones de páginas web personales alojadas en Geocities habrían desaparecido por completo cuando ese servicio se suprimió definitivamente en 2009 si no hubiera existido un esfuerzo por archivarlo. Hoy en día, las redes sociales modernas como Snapchat e Instagram, realmente cualquiera con la función de contar alguna historia, donde las publicaciones desaparecen con el tiempo, vienen con la condición de lo efímero integrada por defecto.
Jaouad quiere adelantarse al olvido. Pero la forma de llevarlo a cabo es otro tema. La joven asegura: "Tenemos planes para crear un archivo con el permiso de las personas que contribuyen". Aun así, podría ser difícil reunir toda la información en un solo lugar.
Mantener un registro de los distintos momentos de la historia resulta especialmente importante dada la volatilidad de la vida de las personas en estos momentos. Así lo explica la profesora de Psicología de la Universidad St. Francis Xavier en Nueva Escocia (Canadá) Karen Blair: "Cada día puede parecer una continuación monótona, pero cuando se mira de verdad, las cosas están cambiando rápidamente, incluso nuestro propio comportamiento".
Blair ha colanzado el Estudio de superación interpersonal y social de COVID-19 para comprender cómo las personas están lidiando con el alejamiento social durante este período. Los participantes deben llevar un diario en el que reflejen cómo interactúan con otras personas dentro del mismo hogar mientras están aislados. La investigadora explica: "Lo hemos improvisado juntos. Sabíamos que no teníamos tiempo para obtener fondos para ello". Por eso tuiteó un llamamiento, creó un sitio web y cruzó los dedos.
Looking for something to do with your thoughts at the end of the day? Consider joining our diary study - at the end, you'll get a copy of your diary. https://t.co/gxBrbuXNRi pic.twitter.com/KQTmMg2KD6
— Dr. Blair (@klbresearch) April 1, 2020
¿Buscando algo que hacer con los pensamientos al final del día? Una posibilidad es unirse a nuestro estudio de llevar un diario - al final, los participantes recibirán una copia de su diario. http://www.copingstudy.com/COVID
En una semana, el tuit de Blair atrajo la atención de 200 participantes de todo el mundo, y de algunos investigadores que querían ayudar o necesitaban consejos sobre cómo llevar a cabo sus propios estudios de los diarios durante la cuarentena.
Los proyectos como el de Blair y el de Jaouad preservarán partes de nuestra experiencia vivida durante la pandemia. Pero lograr que internet archive lo máximo posible sobre este período de tiempo es una tarea monumental y continua.
El director de Wayback Machine en Internet Archive, Mark Graham, representa un grupo que ahora forma parte de la carrera por archivar importante contenido relacionado con la pandemia de COVID-19. El proyecto de la colección sobre el nuevo coronavirus, lanzado el 13 de febrero con el Consorcio Internacional para la Preservación de Internet, está reuniendo y archivando páginas y recursos relacionados con la pandemia. El responsable señala: "Archivar nunca significaba salvarlo todo. Se trata de intentar guardar una representación".
Según el fundador de Internet Archive, Brewster Kahle, su organización ya está reuniendo alrededor de 1.000 millones de URL al día desde la web. Archivar la pandemia significa tratar de identificar y recopilar páginas que cualquier proyecto más mundano podría pasar por alto, confiando en una red de profesionales de bibliotecas y miembros de la sociedad: páginas locales e internacionales de salud pública, peticiones, recursos para profesionales sanitarios que intentan luchar contra COVID-19 y cuentas de quienes han tenido el virus. No es fácil. "La vida media de una página web es de solo 100 días antes de cambiarse o eliminarse", destaca.
Los archivos han dado forma a nuestra comprensión del pasado. Durante la Gran Depresión en la década de 1930, hubo un esfuerzo masivo para documentar algunos aspectos de la vida estadounidense: la Administración de Seguridad Agrícola de EE. UU. envió a fotógrafos por todo el país con la tarea de documentar algunos temas e ideas específicos. El trabajo resultante, 175.000 negativos fotográficos, representa un valioso registro pictórico de la vida durante la Gran Depresión.
Pero la escala de internet es mucho mayor, y todo lo que se publican tiene potencial de ser documentado y conservado. El intento de registrar la pandemia de COVID-19 online no trata solo de guardar una URL, sino de guardar las URL adecuadas una y otra vez, para mostrar cómo las cosas han ido cambiando con el tiempo.
"No se sabe exactamente qué va a ser útil hasta que se haga", explica Kahle. Por lo tanto, recoger la mayor cantidad de material posible se vuelve vital, y que sea la historia la que determine qué fue importante y qué no.
Así es como el equipo de archivo web de la Biblioteca del Congreso (LOC, por sus siglas en inglés) de EE. UU. gestiona este momento. La jefa del equipo, Abbie Grotke, explica: "Realmente todavía no tenemos una colección definida para esto. Estamos viendo cómo va evolucionando. Vamos a darle sentido en unos meses cuando tengamos tiempo para respirar".
La Biblioteca del Congreso de EE. UU. e Internet Archive saben que no van a poder almacenar grandes partes de la pandemia que existen online. La LOC tiene que pedir permiso a los propietarios de las páginas web para recopilarlas y proporcionar acceso público a una versión archivada de un dominio, e Internet Archive se enfrenta a una web que podría cambiar más rápidamente de lo que se puede capturar.
Este proceso ya está demostrando cambios en cómo algunas poderosas instituciones están abordando la crisis. Por ejemplo, el lenguaje en la página web del Gobierno de EE. UU. que describe la Reserva Estratégica Nacional se modificó después de que Jared Kushner sugiriera que la reserva de los suministros médicos y productos farmacéuticos no estaba destinada a los estados. La nueva descripción eliminó el lenguaje que parecía contradecir esta afirmación. Ambas versiones fueron registradas por Wayback Machine, que cada pocas horas guardaba distintas versiones de esa página. Puede haber muchos otros puntos de datos pequeños, pero valiosos, que podríamos perder y que ofrecerían a los futuros historiadores una comprensión más completa de este período.
La pandemia y el cambio forzado en nuestro comportamiento también influyen en la forma en la que interactuamos con nuestros archivos personales en las redes sociales. Durante la pandemia, las personas han revisitado con nostalgia sus propios recuerdos online, buscando consuelo mirando cómo éramos. Incluso esto se está convirtiendo en parte de la historia de cómo hemos vivido online durante la crisis global.
Por ejemplo, una generación de jóvenes adultos está volviendo en masa a Tumblr, que ha visto un aumento en el tráfico desde que las personas empezaron a aislarse socialmente a mediados de marzo, para buscar el consuelo de la nostalgia y los recuerdos de cuando eran más jóvenes (esto podría explicar el reciente aumento en las búsquedas en Tumblr para "peinado Emo"). Los usuarios están pasando el confinamiento publicando fotografías antiguas, hablando de centros comerciales y compartiendo imágenes de cabañas acogedoras y otros contenidos rurales. ("Cottagecore" es una estética centrada en una versión idealizada de vivir en la naturaleza, y donde muchas personas desearían haber pasado su confinamiento).
"Los estudiantes universitarios volvieron sus casas porque sus residencias estaban cerradas. Este es un momento muy importante para ellos simplemente para decir: 'Mirad cuánto he crecido' y 'Estas son las cosas que me encantaban cuando vivía en esta habitación'", explica la bibliotecaria de Tumblr Amanda Brennan.
Brennan cree que estos sitios tan profundamente personales pueden funcionar un poco como los álbumes de recortes donde los alumnos recogían citas e ideas, documentando el desarrollo de sus pensamientos. Una parte de entender la historia tiene que ver con lo que sucedió. Los álbumes de recortes y los archivos personales como Tumblr también pueden ayudarnos a descubrir quiénes éramos.
La inspiración de Blair para intentar proteger nuestra comprensión de cómo estamos viviendo el momento actual es mucho menos reciente: el Holocausto. La responsable concluye: "Siempre consideramos el Holocausto como un acontecimiento histórico que ocurrió, pero nos olvidamos de que fue algo actual para las personas que lo vivieron. Estamos investigando la historia del futuro en directo. Estamos viviendo un acontecimiento histórico, somos parte de él y estamos dando forma a la narración de esa historia".