El confinamiento al que estamos sometidos está cambiando nuestra forma de relacionarnos, también en lo que a relaciones sexuales y citas se refiere. Servicios como Tinder y Bumble están empezando a incorporar funciones de videochat y las ventas de juguetes sexuales teledirigidos no paran de aumentar
Hace dos semanas, cuando las medidas de cuarentena y aislamiento a causa del coronavirus (COVID-19) se iban expandiendo por todo el mundo, un misterioso Formulario de Google empezó a circular entre los estudiantes de la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania (EE. UU.): Love Is Blind, Bschool Edition. El nombre estaba inspirado en un exitoso programa de Netflix en el que varias parejas desconocidos, con cada miembro aislado en una cabina, hablan entre sí y después una de ellas le pide el matrimonio a la otra sin haberse visto antes.
Las reglas del formulario parecen simples. Los participantes deben crear una dirección de correo electrónico falsa y decir a los organizadores a qué escuela de negocios pertenecen, su orientación sexual y su identificación de género. Los creadores combinan la información de todos los participantes y empiezan a emparejarlos. Las dos personas emparejadas son presentadas mediante un correo electrónico dirigido a sus direcciones inventadas y, tras una semana, se les permite además enviar mensajes de texto o vídeos.
Bienvenidos a las citas y el sexo en época de pandemia. Las aplicaciones de citas han tenido problemas últimamente, ya que la parte más importante consiste en conocer físicamente a alguien. Match, la compañía responsable de los gigantes de citas online Tinder y OkCupid, ha tenido una caída de sus acciones de un 25 %, y tuvo que buscar un equilibrio entre las recomendaciones de salud pública y su misión corporativa.
En un comunicado en el que citaba a la Organización Mundial de la Salud, la empresa afirmó: "Tinder sabe que nuestros miembros suelen conocerse en persona y, dada la situación actual, queríamos recordarles las precauciones que deberían tomar". La compañía está implementando una función que permite a los usuarios conectarse con personas fuera de su área geográfica más próxima.
La fundadora de la aplicación de citas Bumble, Whitney Wolfe Herd, fue mucho más explícita en una carta pública: "Por favor, tengan solo citas virtuales por ahora."
Pero, ¿qué significa tener citas virtuales?
virtual dating? i’m ready for video call dates
— •saaims• (@kitaaayyy) March 23, 2020
¿Citas virtuales? Estoy lista para las citas por videollamadas
Una forma de hacerlo es consiste en reinventar las citas rápidas o citas a ciegas (speed date). El cofundador de Coffee Meets Bagel, Dawoon Kang, afirma que su aplicación ha empezado a organizar citas virtuales para entre 10 y 15 usuarios a la vez, en una videollamada moderada por un representante de la compañía. Un participante interesado en otro puede enviar un correo electrónico al representante; si ocurre un flechazo entre dos personas, el representante las conecta.
El coronavirus también está cambiando nuestro concepto sobre las reglas básicas de las citas en la era digital. Antes del coronavirus, enviar un mensaje de texto a alguien para pedir una cita estaba bien, pero llamar a una persona, y mucho menos chatear por vídeo antes de una cita, se veía como algo espantoso.
Video call dates? Netflix party? We gonna change the dating scenario
— lowlymowly (@JokesOnMi) March 22, 2020
¿Citas por videollamada? ¿Netflix party? Vamos a cambiar el mundo de las citas
Pero las cosas han cambiado. A finales de febrero, la aplicación judía de citas, JWed, fue una de las primeras en incluir el videochat. Bumble también ha impulsado sus funciones de videochat y de voz, para que los usuarios hablar con su cita sin romper la cuarentena. Los representantes de JWed me confirmaron que, aunque estas características ya estaban en desarrollo, la crisis del coronavirus aceleró su implementación.
This is really good! Many other dating apps do not have a built-in call or video chat feature. They really should do that so that people can have some face time before exchanging numbers!
— Worldtravellove (@worldtravellove) March 23, 2020
¡Esto es realmente genial! Muchas otras aplicaciones de citas no tienen la función de videollamada o videochat incorporada. ¡La verdad es que deberían tenerla para que la gente pueda verse un tiempo antes de intercambiar números de teléfono!
Went dating just now (read:video call). Felt nice.
— nis. (@hrsatienna) March 21, 2020
Acabo de tener una cita (mejor dicho: videollamada). Me gustó.
Las videollamadas sirven para lo que algunos solteros definen como "comprobar la chispa", algo que les permite detectar si hay química en un contexto más allá de los mensajes graciosos. Kang cree que esta comprobación de la chispa se convertirá en una norma mucho después de que se descubra una cura para COVID-19, ya que la gente prefiere sustituir los selfies repletos de filtros por una imagen más realista de la persona. El responsable detalla: "Al principio, las personas creen que no tienen muy buen aspecto, luego se ven obligadas a intentarlo cuando se dan cuenta de que tardarán mucho tiempo en conocer a otras personas. Cuando lo prueban una vez, es probable que vuelvan de nuevo".
Jazz, una mujer de Londres (Reino Unido), lleva usando las aplicaciones de citas desde 2014. En su opinión, las videollamadas han hecho que las citas sean menos informales. La usuaria detalla: "Ahora puedo tener mis primeras citas por vídeo y crear una conexión emocional con un hombre antes que física. Tres semanas sin contacto significa que es posible descartar fácilmente a quien no interesa e interactuar con las personas que realmente quieren tener algo más".
Jazz afirma que su forma de presentarse no ha cambiado ("Ropa de andar por casa y sin maquillaje, si les gusto así, entonces les gustaré en cualquier estado") y disfruta de la comodidad de estas citas: "También puedo tomarme una copa de vino y meterme en cama. ¡Woohoo!"
Sexo a distancia
El coronavirus no solo está cambiando las normas en torno a las citas: la tecnología sexual también es cada vez más popular. Esto se debe bastante a los efectos de la cuarentena, según el investigador del Instituto Kinsey Justin Lehmiller. Aunque el coronavirus y el resultante confinamiento aún son demasiado nuevos para permitir un verdadero análisis, cree que está claro que los tiempos extraños que estamos viviendo están cambiando nuestro comportamiento. La gente está probando los últimos dispositivos sexuales, visitando clubes de striptease de realidad virtual, asistiendo a fiestas sexuales de Zoom e incluso buscando en PornHub cosas tan específicas como vídeos caseros que fetichizan el coronavirus.
La fundadora de la empresa de juguetes sexuales Unbound Babes, Polly Rodríguez, afirma que, cuando surgió el coronavirus, las empresas de tecnología sexual tuvieron problemas. Muchos juguetes sexuales se fabrican en China, por lo que la cadena de suministro se vio muy afectada.
Pero la demanda sigue siendo alta. Cuando aparecieron los primeros pacientes con coronavirus en EE. UU., Unbound Babes aumentó su pedido de vibradores y paquetes de condones, cuya venta aumentó un 30 % en la primera semana de marzo y un 40 % en la segunda semana. Rodríguez añade: "Esta suele ser nuestra época más lenta del año. La gente empieza a almacenar y a anticiparse, ya que esto tardará un tiempo".
Lehmiller cree que esto se puede atribuir a la demografía: "El porcentaje de personas solteras es más alto hoy que nunca. La cantidad de personas que no viven en pareja o casados es mayor que antes".
Pero los solteros no son los únicos interesados en los juguetes sexuales; Lehmiller prevé que en los próximos meses de confinamiento las parejas estables empezarán a experimentar. El experto afirma: "Se verá un aumento en los juguetes sexuales teledirigidos con las que las personas podrán mantener relaciones sexuales con su pareja a distancia a través de la tecnología. Pueden tener relaciones sexuales sin transmisión oral", algo interesante ya que no sabemos cuánto tiempo estaremos aislados dentro de nuestros hogares.
La pandemia "preparará el escenario para la revolución de la tecnología sexual que preveíamos que tendría lugar, pero antes de lo pensado", sostiene Lehmiller.
Pero no todos podrán aprovecharla, especialmente los que sufren la peor parte de lo que parecen ser los primeros días de una recesión económica mundial. Los vibradores y el llamado teledildonic siguen siendo productos de lujo y pueden costar cientos de euros. El representante de la start-up de tecnología sexual Cute Little Fuckers, Step Tranovich, admite que, al contrario del bum de Unbound Babes, las ventas de su compañía han caído en picado. Sus clientes también se enfrentan a tiempos inciertos. La responsable explica: "Mis clientes son en gran medida transexuales y homosexuales. Ya están marginados y su flujo de ingresos es menos estable. Lamentablemente, cuando suceden grandes cambios, resultan los primeros en ser despedidos y con limitados recursos económicos".
Aun así, Lehmiller sostiene que la pandemia y las órdenes de cuarentena provocarán grandes cambios en las reglas de relaciones. Y eso también afectará a las aplicaciones de citas. Kang concluye: "Creo que lo único seguro es que, cuanto más se prolongue, más permanente será el cambio. La gente quiere relacionarse virtualmente".