Tras leer el informe encargado por el CEO de Amazon, los relatores de Naciones Unidas urgen que se tomen medidas y afirman que el ataque sería un movimiento de la familia real saudí para intentar controlar la información contraria a su régimen en 'The Washington Post', del que Bezos también es dueño
Los expertos en derechos humanos de la ONU creen que Estados Unidos debería investigar el informe que afirma que el teléfono del CEO de Amazon, Jeff Bezos, fue hackeado poco después de recibir un vídeo de la cuenta de WhatsApp del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman.
El columnista de The Washington Post (de quien Bezos también es dueño) Jamal Khashoggi, bastante crítico con el régimen saudí, fue asesinado en 2018 por agentes sauditas. En el momento en el que se produjo el presunto hackeo en 2019, se rumoreaba que el príncipe Mohammed estaba investigando ese asesinato.
En referencia a este análisis que afirma "con seguridad media a alta" que Bezos fue hackeado mediante el mensaje de WhatsApp de Bin Salman, los expertos de la ONU respaldan su decisión bajo el largo historial de vigilancia dirigida por la familia real saudita y Bin Salman en particular. La noticia fue publicada por primera vez por The Guardian.
En un comunicado publicado el pasado miércoles por la mañana, la relatora especial de la ONU sobre ejecuciones sumarias y extrajudiciales, Agnes Callamard, y el relator especial de la ONU sobre libertad de expresión, David Kaye , afirman: "La información que hemos recibido sugiere la posible participación del príncipe heredero en la vigilancia del Sr. Bezos, como un intento de influir en las noticias de The Washington Post sobre Arabia Saudita, o incluso silenciarlos. El supuesto hackeo del teléfono del Sr. Bezos, y de otros, exige una investigación inmediata por parte de Estados Unidos y otras autoridades relevantes, incluida la investigación de la participación continua, directa y personal del príncipe heredero durante varios años en los esfuerzos para atacar a los aparentes opositores".
El 4 de abril de 2018, Bezos asistió a una cena con el príncipe heredero donde los dos intercambiaron sus números de teléfono, según la cronología de los acontecimientos creada por los expertos de la ONU. El 1 de mayo, la cuenta de WhatsApp del príncipe envió a Bezos un archivo de vídeo.
"Más tarde se comprobó, con una certeza razonable, que al descargar el vídeo el teléfono del Sr. Bezos se infectó con un código malicioso", explicaron los expertos de la ONU. Un mes después de ese momento, los teléfonos de muchos otros disidentes sauditas, trabajadores en derechos humanos y personas relacionadas con Khashoggi también fueron hackeados. La ONU vinculó varios de estos hackeos con NSO Group, una conocida empresa israelí de desarrollo de software espía.
Con rotundidad, el portavoz del Grupo NSO dijo: "Nuestra tecnología no se utilizó en este caso. Lo sabemos por cómo funciona nuestro software. Nuestra tecnología no se puede utilizar en los números de teléfono de Estados Unidos".
El 2 de octubre de 2018, Khashoggi fue asesinado en la embajada saudí en Estambul después de escribir columnas en The Washington Post que criticaban a la familia real saudí. Lo que siguió después fue una gran campaña pública en cuentas saudíes de Twitter que pedían un boicot a Amazon. En privado, según los expertos de la ONU, la cuenta de WhatsApp del príncipe heredero envió una foto a Bezos que se parecía a la mujer con la que el fundador de Amazon estaba teniendo una aventura. Esto sucedió meses antes de que esta relación de Bezos se conociera públicamente.
En su comunicado, la ONU destaca: "Durante el mismo período, Sr. Bezos fue atacado abiertamente en las redes sociales sauditas como un supuesto adversario del Reino. Esto fue parte de una masiva y clandestina campaña online contra Bezos y Amazon, aparentemente dirigida a él principalmente como dueño de The Washington Post".
Dos meses después, The National Enquirer publicó que Bezos estaba teniendo una aventura. Bezos respondió que investigaría cómo Enquirer había conseguido sus mensajes de texto personales que publicaron como parte de la noticia. El magnate escribió: "Ciertas personas poderosas sobre las que se escribió en el The Washington Post piensan erróneamente que soy su enemigo".
Lo que había en el archivo de vídeo enviado por el príncipe heredero a Bezos aún no está claro, pero su informe afirma, inmediatamente después, "empezó la masiva filtración de datos sin precedentes desde el teléfono de Bezos". Sin embargo, el análisis forense no encontró ningún código malicioso.
Algunos de los detalles más importantes del presunto hackeo siguen siendo demasiado confusos, incluido el malware utilizado. El informe, realizado por FTI Consulting a petición de Bezos, carece de pruebas concluyentes; y no afirma con certeza qué tipo de spyware se utilizó. No obstante, la investigación fue dirigida por el antiguo jefe de gabinete de la División de Ciberseguridad del FBI y miembro del Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU., Anthony Ferrante.
El análisis afirma que la "explicación más probable" es que se usara malware de NSO Group o de la empresa italiana de software espía Hacking Team, ahora conocida como Memento Labs.
Las noticias israelíes destacan que el Gobierno saudí adquirió el malware de NSO Group, conocido como Pegasus, por 50 millones de euros. Negando su participación, el portavoz del Grupo NSO aseguró: "Cualquier sugerencia de que NSO esté involucrada es difamatoria, y la compañía buscará asesoría legal para abordarlo".
La embajada de Arabia Saudí ha negado públicamente los informes en Twitter, calificando las acusaciones como "absurdas" y haciéndose eco de la petición sobre la investigación. El año pasado, el consultor de seguridad de Bezos acusó públicamente al Gobierno saudí de hackear el teléfono del multimillonario.
Después de recibir el informe forense de FTI Consulting el año pasado, Bezos acudió a los expertos de la ONU. El resultado de su análisis es este llamamiento público a una investigación más profunda. En su comunicado, afirman: "Estas acusaciones también se ven reforzadas por otra evidencia de ataques sauditas contra disidentes y aparentes opositores". Asimismo, destacan los recientes cargos penales en Estados Unidos contra un ciudadano saudí acusado de espiar las cuentas de Twitter de los críticos del Gobierno saudí.