Eirik Eide Pettersen (Noruega), 29
Seaborg Technologies
Su reactor nuclear más seguro, barato e inocuo podría eliminar la pobreza energética sin aumentar las emisiones de carbono
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas alertó el pasado mes de agosto de que reducir la emisión de gases invernadero es la única forma de mantener el calentamiento del planeta por debajo de los 2 °C. En la cumbre del clima celebrada en septiembre, más de 70 países se comprometieron a reducir a cero estas emisiones para 2050. La energía genera un 60 % de ellas, según la ONU; pero, al mismo tiempo, el organismo alerta de que un 13 % de la población mundial carece de "servicios modernos de electricidad". El uso de fuentes alternativas reduciría las emisiones y ayudaría a eliminar la pobreza energética.
El noruego Eirik Eide Pettersen, cofundador y CTO de la empresa Seaborg Technologies, cree que hay "dos retos interconectados que responder como civilización": eliminar el dióxido de carbono responsable del calentamiento global y dar electricidad a 1.000 millones de personas. "Es un reto enorme", resume, y cree que la energía nuclear puede formar parte de la solución. Su proyecto de reactor compacto de sal fundida (Compact Molten Salt Reactor o CMSR, en inglés), más limpio que los reactores tradicionales y con seguridad inherente (bajo riesgo de peligro aunque funcione de manera indebida), le ha convertido en uno de los Innovadores menores de 35 Europa 2019 de MIT Technology Review en español.
El CMSR funciona tanto con combustibles fósiles como con fuentes renovables. En cualquiera de los dos casos, genera una gran cantidad de energía con bajas emisiones de carbono. Otro de sus atractivos es una innovadora sal líquida usada como moderador nuclear: actúa como un catalizador para mejorar la eficacia de la reacción nuclear en cadena, lo que reduce el tamaño y el coste de generar energía. Además, este moderador no se degrada con la irradiación de neutrones, un reto que ha retrasado los intentos anteriores de comercializar la tecnología.
La sal líquida se puede reprocesar (separar el uranio y el plutonio del combustible con el fin de usarlos de nuevo) para obtener desechos que solo necesitan 300 años de almacenamiento en cementerios nucleares. Hasta ahora, los residuos nucleares de vida larga pueden necesitar hasta 300.000 años de almacenamiento.
Seaborg Technologies ha recibido varios millones de euros de fondos de capital riesgo, inversores privados y subvenciones. El objetivo del equipo no es solo producir energía a bajo coste y con seguridad inherente, sino también que llegue a la población sin acceso a electricidad. Tienen la mira puesta en países africanos, pero sobre todo en Asia. "El sudeste asiático es probablemente más interesante en un corto plazo, porque algunos países tienen condiciones económicas y la necesidad de energías limpias", explica Pettersen. También pronostica que, si la tecnología es "tan buena como podría ser", habrá espacio para diferentes desarrolladores.
Para saberlo, tendremos que esperar hasta finales de la década de 2020, cuando el equipo planea empezar a comercializar la tecnología. Antes, a mediados de la próxima década y una vez reciban las licencias de ejecución, estará listo el prototipo comercial. Ahora mismo, están trabajando en el diseño y en la validación de hipótesis (Pettersen lidera todo el equipo técnico). Y, aunque la generación de energía es el propósito más importante del reactor, el investigador cree que "sería genial producir hidrógeno también", algo que todavía es "un reto", porque para eso hacen falta mayores temperaturas.
El noruego confiesa: "Nunca pensé que iba a ser emprendedor". Sin embargo, afirma que "solo hay una posibilidad en la vida para crear algo positivo en el mundo, que tenga un impacto tan grande". Con un máster europeo en innovación de energía nuclear y a punto de empezar a trabajar en el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA), su aventura empezó con la llamada que recibió de otro de los cofundadores de la empresa. El joven recuerda: "Le pregunté: '¿Por qué no me contratas?' Colgó y diez minutos después me llamó y me dijo: 'Sí, es una buena idea. Si quieres el trabajo, es tuyo'. Dije que era de locos, que tenía un trabajo en el IAEA, que iba a empezar en dos días y que me lo tenía que pensar. Diez minutos después lo llamé y le dije: 'Por supuesto'".
El partner de Frontline VC y miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Europa 2019, William McQuillan, considera que la idea de Pettersen y su equipo "parece una propuesta muy ambiciosa que, si logran sacar adelante, tendrá un resultado significativo en cómo producimos la energía y en los residuos de esa producción".