La presión social está provocando que cada vez más ciudades empiecen a prohibir determinados usos de la tecnología, sobre todo por parte de la policía y las empresas. No sería la primera vez que la sociedad descubre una nueva tecnología y decide no usarla
San Francisco, Oakland y Somerville (tres ciudades de EE. UU.), han prohibido ciertos usos de la tecnología del reconocimiento facial, y se prevé que Portland (EE. UU.) haga lo mismo. Para la experta de la Universidad de Harvard (EE. UU.) y asesora de políticas sobre inteligencia artificial (IA) Mutale Nkonde estas prohibiciones son solo el principio. En su opinión, esta tendencia no tardará en extenderse por el mundo y acabará en una prohibición total de algunos usos de la tecnología, al menos su país. Así lo afirmó en la conferencia EmTech de MIT Technology Review.
Aun no está claro a qué usos se referirá esta prohibición: si bien algunas ciudades han prohibido su uso por parte de la policía, la idea de Portland es restringir el uso por parte del sector privado. Y el debate no se limita a Estados Unidos. En Reino Unido, existe una creciente preocupación por el uso del reconocimiento facial en directo después de que se descubriera que un desarrollador de propiedades pasó dos años recopilando imágenes de caras de personas en un área de Londres (Reino Unido) sin informarles. Todavía no sabemos para qué se usaron esos datos, destacó en la misma conferencia el abogado de derechos humanos de la Universidad de Essex (Reino Unido) Daragh Murray. El letrado predijo: "Habrá desafíos legales, y al final tendremos una regulación".
Nkonde aseguró que en Estados Unidos pasará lo mismo. "En el derecho constitucional rige la presunción de inocencia hasta que se demuestre la culpabilidad. El reconocimiento facial podría cambiar eso", aseguró. La experta explicó cómo se podría extender el apoyo a esta prohibición en EE. UU. Para ello señaló el ejemplo de la campaña de inquilinos de Nueva York (EE. UU.) para parar el plan de sustituir las llaves por reconocimiento facial para acceder a sus apartamentos. El plan afectaba principalmente a mujeres pobres, negras y de otro color no blanco. Sin embargo, los inquilinos pidieron ayuda a abogados de derechos humanos, y otros grupos más ricos se dieron cuenta y se aliaron con ellos.
"La marginación de los grupos minoritarios mediante reconocimiento facial es el primer paso [hacia una prohibición]", subrayó. En su opinión, si empieza a usarse contra de grupos con más poder, acabará siendo ilegal.
Pero el "uso adecuado" del reconocimiento facial por parte de la administración pública todavía es respaldado por el 83 % de la población china y el 80 % de la estadounidense, según el director de Ética y Seguridad de la IA de la Academia de Ciencias de China, Yi Zeng. No obstante, sin ejemplos específicos de lo qué es un uso adecuado y qué no, resulta difícil estar seguro de la opinión pública, y el desarrollo de la tecnología todavía está en una fase muy temprana.
"No sería la primera vez que la sociedad descubre una nueva tecnología y decide no usarla", concluyó Nkonde. Por ahora, cree que el reconocimiento facial merece una moratoria inmediata.