Según una investigación de 'Science', el investigador chino He Jiankui se reunió con empresarios en EE.UU. para estudiar la opción de crear una clínica de "turismo médico genético" en la que ofrecería a clientes selectos la posibilidad de editar genéticamente a sus bebés para hacerlos resistentes a ciertas enfermedades
El desprestigiado científico chino que creó los primeros bebés del mundo editados genéticamente (ver Cronología: todo lo que ha pasado con las bebés CRISPR de China) esperaba convertir el diseño de seres humanos en un negocio de turismo médico.
Según una investigación publicada en la revista Science hace unos días, He Jiankui habló con asesores y socios sobre su idea de crear una compañía que editaría los genes de los bebés para que fueran resistentes al VIH, los ataques cardíacos y a otros problemas de salud.
El negocio podría haberse localizado en China o Tailandia, quizá atrayendo a clientes selectos de otros países, tal y como esperaba He.
Desde el mes de agosto del año pasado, por ejemplo, He se reunió en varias ocasiones con el exitoso médico de fertilidad chino-estadounidense John Zhang, cuya clínica de fertilidad New Hope en Nueva York (EE.UU.) es una de las más concurridas del país. Los dos hablaron sobre la posibilidad de abrir una clínica juntos en China. Otro asesor ha asegurado que el plan de He era crear una nueva empresa centrada en el "turismo médico genético", según el artículo publicado en Science.
Los planes comerciales de He parecen haber sido preliminares y no estaban bien definidos. A pesar de todo, terminaron de forma estrepitosa en noviembre del año pasado, cuando el científico chino sorprendió al mundo anunciando que había editado el ADN de dos gemelas usando la tecnología de ingeniería genética CRISPR, en un intento de hacerlas inmunes al VIH (ver Todo lo que se sabe sobre los bebés chinos editados con CRISPR).
La reacción al anuncio fue rápida y devastadoramente negativa: He acabó bajo arresto domiciliario en China y podría enfrentarse a cargos penales.
Este acontecimiento ha reavivado las dudas sobre si este tipo de ingeniería de línea germinal, que realiza modificaciones genéticas hereditarias en embriones u óvulos, debería estar permitida. La semana pasada, el director general de la Organización Mundial de la Salud afirmó que sería "irresponsable" que alguien creara bebés de diseño en este momento y que "ningún país debería permitir más trabajos en esta área hasta que se hayan analizado adecuadamente sus implicaciones".
Sin embargo, algunos expertos médicos ven esta práctica como una potencial e inevitable vía de eliminar las enfermedades genéticas. De hecho, prevén que las clínicas comenzarán a ofrecerlo en secreto si es necesario.
Esperanzas comerciales con CRISPR
Foto: He Jiankui explica el secuenciador del genoma desarrollado por una de sus compañías, Direct Genomics, al exsecretario de Estado estadounidense John Kerry. Créditos: WECHAT
Después de dos años de preparación, el equipo de He, que trabajaba desde la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur en Shenzhen (China), estaba listo para intentar crear los primeros bebés CRISPR a principios de 2018. Soñaba con lograr un gran éxito científico que sería aún más importante que la fertilización in vitro, llevando la gloria y el reconocimiento a China.
En abril de 2018, explicaba a sus contactos más relevantes su "éxito": una mujer estaba embarazada. Entre estas personas estaba su antiguo asesor, Stephen Quake, una figura muy influyente en la tecnología genética: es profesor en la Universidad de Stanford (EE.UU.) y copresidente del CZ Biohub, un instituto financiado por el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, y su esposa.
Quake destacó que era un mero espectador que solo le dio a su exalumno un apoyo poco entusiasta. Más tarde, Stanford investigó la relación de Quake con He y lo exculpó.
Sin embargo, Quake abrió su agenda para He, poniéndole en contacto con personas importantes. Por ejemplo, en mayo de 2018, solo un mes después de enterarse de los embarazos con CRISPR, Quake escribió al entonces ingeniero jefe del genoma de CZ Biohub, quien anteriormente era el principal científico de la empresa de CRISPR Caribou Biosciences, Andy May.
De acuerdo a un correo electrónico revisado por MIT Technology Review, Quake presentó a He como un exalumno suyo que estaba en la ciudad "con un proyecto de ingeniería genómica que creía que le resultaría interesante". Una reunión entre ellos se programó para unos días más tarde.
Un portavoz de May aseguró que esa reunión acordada nunca ocurrió, mientras que Quake subraya que el correo electrónico fue simplemente una presentación a otro científico. Ha afirmado: "No estaba al tanto de los intentos de He de comercializar su investigación sobre edición del genoma y por supuesto que no facilité ningún intento de hacerlo o de encontrar inversores".
Sin embargo, un inversor cuyo contacto le había facilitado Quake oyó hablar sobre el plan para crear un negocio de bebés. El profesor de Stanford también había puesto en contacto anteriormente a He con el antiguo CEO de una fracasada compañía de secuenciación de genes llamada Helicos que Quake había fundado, Steve Lombardi, y que se estaba reposicionando en China como una nueva compañía, Direct Genomics.
"Le puse delante de tantas personas como pude", aseguró Lombardi al periodista y autor de esta investigación de Science, Jon Cohen. Según Lombardi, He finalmente le contó su idea de crear una empresa de "turismo médico genético" con sede en China o Tailandia.
Parece que creía que, si era capaz de crear a niños inmunes al VIH usando CRISPR, podría después pasar a hacer que los humanos fueran inmunes a las enfermedades cardíacas y a otros problemas.
Sin embargo, Lombardi afirma que nunca tuvo la oportunidad de ayudar a He a realizar esa idea con los inversores de capital riesgo porque el científico chino se echó atrás.
Un posible socio
Foto: El fundador del New Hope Fertility Center en Manhattan (EE.UU.), John Zhang, habló con los científicos chinos que crearon los primeros bebés CRISPR sobre una posible colaboración Crédito: Clínica de Fertilidad New Hope Fertility Center | Yelp
Las ideas de He para abrir un negocio de bebés CRISPR parecieron haber progresado más rápido después de conocer al médico especialista en fertilidad que ha estado involucrado en la técnica llamada "bebé de tres progenitores", John Zhang. Se trata de un procedimiento de fertilización que implica la transferencia de ADN del óvulo de la madre, de más edad, a otro óvulo vaciado y donado por una mujer más joven.
El procedimiento está prohibido en EE. UU., por lo que Zhang lo ha llevado a cabo en México y Ucrania, infringiendo las restricciones que consideraba insensatas.
He encontró en Zhang a alguien abiertamente fascinado por la promesa de ingeniería genética y dispuesto a correr grandes riesgos. "Todo lo que hacemos representa un paso hacia los bebés de diseño", afirmó Zhang a MIT Technology Review en 2017. "Con la transferencia nuclear y la edición genética, podríamos hacer todo lo que quisiéramos".
Según Science, He y Zhang se conocieron en agosto de 2018 en Nueva York, donde hablaron sobre la posibilidad de crear una clínica de fertilización in vitro (FIV) en China. Después, se celebraron más reuniones en China, algunas con las autoridades provinciales en Hainan, una isla del sur que pretende ser un destino para el turismo médico.
El problema al que se enfrenta Zhang es que crear bebés genéticamente modificados es ilegal en Estados Unidos. El Congreso de EE.UU. ha prohibido a la Administración de Medicamentos y Alimentos estadounidense (FDA por sus siglas en inglés) permitir a nadie realizar la edición genética con la herramienta CRISPR o el enfoque de intercambio de ADN.
En 2017, la agencia alertó a Zhang que dejara de comercializar esta técnica de tres progenitores. China también tiene ciertas reglas restrictivas, como la prohibición de la subrogación.
Ayudar a las parejas chinas y estadounidenses a esquivar estas restricciones a través del turismo médico se ha convertido en una parte importante del imperio de FIV de Zhang, que actualmente abarca cuatro continentes.
La conexión entre He y Zhang comenzó a hacerse notar en noviembre pasado, después de que He patrocinara una encuesta de opinión sobre las posturas chinas hacia los bebés de la edición genética. Descubrió que más del 60 % de las personas en China veían la tecnología de forma favorable si se usaba para tratar las enfermedades.
Un comunicado de prensa que promocionaba la "amplia aceptación" de la idea incluyó una cita de apoyo a Zhang: "Según los datos recopilados, es evidente que la sociedad apoya la edición de genes para uso médico".
Zhang afirmó a Science que su trato con He obviamente no está avanzando ahora: "Después de todo lo que sucedió, por supuesto que no vamos a colaborar más", concluyó.