La semana pasada, Neuralink, la nueva gran aventura del magnate, hizo la primera presentación pública de su tecnología para conectar la mente humana a los ordenadores. Más allá de los trucos publicitarios, una serie de expertos analizan las novedades reales del anuncio y los retos que tiene por delante
La semana pasada, miles de personas que admiran y odian a Elon Musk vieron una transmisión en directo por internet de la primera presentación pública de Neuralink, la compañía que el multimillonario de Tesla creó hace dos años con el impactante objetivo (aunque no del todo nuevo) de conectar los cerebros de la gente a ordenadores (ver Los investigadores que vendieron Neuralink a Elon Musk sin saberlo).
El evento, que duró tres horas, tuvo una parte de espectáculo y otra de pura explicación técnica. Musk y los miembros de su equipo describieron el diseño de la interfaz cerebro-máquina por la que apuestan, que usará decenas de finos conductores para registrar señales en el cerebro. Su objetivo es empezar probarlo cuanto antes en personas con parálisis para intentar que puedan escribir con su mente. Su objetivo final es conectar esos conductores a un transmisor de pensamiento que se colocaría detrás de la oreja como un audífono.
Antes de la presentación pública, preguntamos a algunos expertos para descubrir hasta qué punto es realmente nueva y avanzada la tecnología de Neuralink. En su opinión, Neuralink tiene un sistema de interfaz cerebral de lo más moderno pero aún tiene varios y complejos retos sin resolve. El teórico de la neurociencia del DeepMind de Google, Adam Marblestone, comparó Neuralink con un escuadrón de montañismo bien equipado que todavía tiene que subir la montaña.
En este resumen le ofrecemos qué cosas de las que dijo Neuralink son realmente nuevas y cuáles no.
Idea general: No es nueva. Varios científicos llevan los últimos 15 años probando implantes cerebrales en pacientes que les permiten mover cursores de ordenador y brazos robóticos, pero solo en el ámbito de investigación.
Modelo de diseño: Neuralink intenta diseñar una interfaz segura y miniaturizada que resulte práctica de implantar dentro de la cabeza. El investigador de interfaces cerebrales de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.) Andrew Schwartz afirma: "Como idea es algo genial; debemos sacar del laboratorio todo lo relacionado con el control cerebral y convertirlo en un producto básico como objeto de comercio". El investigador ya ha trabajado en su laboratorio con dos personas paralíticas y logró que controlaran un brazo robótico con sus mentes. Pero la instalación experimental resulta tan complicada (incluye un cable grueso que se conecta a las cabezas de los pacientes) que los sujetos no pueden usarlo en casa. Afirma que Neuralink parece estar trabajando en las cuestiones adecuadas de ingeniería para crear un implante cerebral más útil, aunque añade que "no se sabe cuánto de eso es real".
El procesador: Musk y los representantes de su compañía mostraron un chip de ordenador especializado y en miniatura cuyo trabajo consiste en convertir el ruido eléctrico de las neuronas en señales digitales nítidas. El chip solo puede hacer eso, como los que usan los mineros de Bitcoin, con la menor cantidad de energía posible, lo cual es necesario si el objetivo es colocarlo debajo del cráneo. El profesor asistente de ciencias biológicas en la Universidad de California del Sur (EE. UU.) Andrew Hires detalla: "No es necesario cambiar las pilas cada dos horas". Afirma que Neuralink "ha reunido muchos avances y los ha combinado" de una manera que había resultado imposible a otros equipos académicos. En la demostración de Neuralink todavía faltaba el transmisor inalámbrico, algo que otras compañías ya han demostrado.
Foto: A la izquierda, los electrodos en forma de hilo en el cerebro de un animal son capaces de registrar la actividad neuronal. A la derecha, una rata lleva un chip de ordenador con un puerto USB. Créditos: Neuralink
Los electrodos: Neuralink habló de delgados y flexibles hilos de polímero que quiere introducir en el cerebro de las personas a través de agujeros en sus cráneos. Los electrodos flexibles son similares a los que se están desarrollando en otros lugares (incluidos los del investigador de la Universidad de Texas (EE. UU.) Chong Xie). "Se trata de tecnología punta, pero no va más allá", subraya Hires.
Neuralink afirma que ha registrado cerca de 1.000 neuronas en una rata. Pero no hay que impresionarse por ese gran número. No es un récord, y puede que ni siquiera haga falta capturar tantas señales cerebrales para cumplir los objetivos Neuralink. Basta con registrar 30 neuronas en la corteza motora del cerebro de un voluntario mientras se imagina moviendo su brazo para que pueda controlar un cursor de ordenador en una pantalla.
Durabilidad: ¿Cuánto tiempo durará un implante? Esto podría ser la gran pesadilla de Neuralink. Si bien los electrodos delgados y flexibles pueden durar más tiempo y causar menos daño, la fiabilidad es un problema grave dentro del cerebro, y los electrodos causan una lesión tisular llamada gliosis. Según un tuit del profesor de la Universidad de Rice (EE. UU.) Jacob Robinson, el propio Musk dijo que el problema "no se había solucionado". Robinson destacó que es difícil acelerar las pruebas en animales para ver cuánto tiempo durarían los diferentes materiales de los electrodos. El tiempo no puede ir más rápido, ni siquiera para los multimillonarios.
El robot de costura: Neuralink asegura haber desarrollado un robot de neurocirugía que inserta automáticamente los finos hilos de los electrodos en ubicaciones precisas del cerebro, lo que evita los vasos sanguíneos, a una velocidad de seis por minuto. "Es un robot genial, y costó mucho trabajo. Pero, ¿acaso requería un nuevo invento, como un transistor? La respuesta es no", afirma Schwartz. Recientemente, la agencia de financiación de la Defensa de EE. UU., DARPA, publicó en Twitter que ellos habían financiado el desarrollo inicial del robot de costura que Neuralink presentó como idea propia.
Neurociencia: Hasta ahora, este el punto más débil de Neuralink. Con todos sus artilugios, Musk y sus colegas apenas han dicho nada sobre qué información quieren medir y para qué servirá. La compañía parecía estar reteniendo los datos reales recopilados de los cerebros de los animales para una futura presentación.
La imagen promocional: Neuralink presentó una imagen de una modelo que llevaba un elegante dispositivo del tamaño de un audífono detrás de su oreja. Pero ese no será el aspecto del dispositivo final, sino una representación de cómo debería ser cuando esté terminado. (En este momento, la interfaz que usan en ratas todavía necesitar estar enchufada con un cable). Lo curioso es que ya habíamos visto una imagen como esta antes. En 1999, la revista tecnológica Red Herring lanzó una especie de inocentada sobre un supuesto dispositivo "telepático" para enviar correos electrónicos. Mucha gente lo creyó, gracias en parte a una representación de un dispositivo en la oreja parecido al de la imagen de Neuralink.
Pruebas en personas paralizadas: No son nuevas. El presidente de Neuralink, Max Hodak, explicó que la compañía quería probar la interfaz en cinco personas paralizadas para ayudarlas a mover un cursor o escribir en un ordenador con sus pensamientos. En cierto modo, es el objetivo más fácil que podrían elegir, ya que se llevan haciendo experimentos similares desde la década de 2000. En ellos, los pacientes han logrado mover robots y operar ordenadores. Pero hay margen de mejora en estas pruebas, especialmente si Neuralink logra transmitir datos de sensoriales de vuelta al cerebro. Usar un robot sin poder sentirlo resulta complicado.
Foto: Un robot desarrollado por la empresa Neuralink de la interfaz cerebral de Elon Musk que inserta finos electrodos en el cerebro, guiado por varias cámaras. Créditos: Neuralink
Producto de consumo: A largo plazo, Musk y su compañía quieren comercializar una interfaz cerebral para las masas, no solo para los enfermos graves, sino el tipo de producto que "recomendaríamos a familiares y amigos", según un neurocirujano que se presentó en el evento Neuralink con su uniforme médico. Esta sigue siendo la parte más nueva, más loca y más controvertida de todo el proyecto Neuralink. Es difícil imaginar que alguien quiera someterse a una cirugía cerebral si no la necesita, incluso aunque el procedimiento sea increíblemente simple. Pero la idea de si los implantes cerebrales personales son una buena idea o una broma espantosa parece estar sujeta a opiniones individuales. Hires afirma: "Mi esposa me dijo que no querría tener uno". Pero puede que no pase mucho tiempo antes de que sus hijos adolescentes se lo pidan.
Línea de tiempo: Neuralink quiere implantar su sistema en voluntarios paralíticos para finales de 2020, y ya había Musk afirmado que quería probar su dispositivo telepático en personas sanas dentro de una década. No sabemos si cumplirá con alguno de los dos plazos, pero después de la presentación larguísima de la semana pasada, está claro que lo intentará.
"Esta gente va en serio", concluye Schwartz.