Cadenas de bloques y aplicaciones
Barcelona revoluciona la navegación para invidentes con estas pegatinas
Gracias a estos cuadrados de colores, las personas con discapacidad visual ahora pueden usar el transporte público de la urbe española con mucha más facilidad. El sistema, desarrollado por la Universidad de Alicante, destaca por usar códigos QR en lugar de GPS que no sirve en interiores
En los últimos meses, unas extrañas pegatinas pixeladas han empezado a aparecer por el sistema de transporte público de Barcelona (España). Cada una presenta una cuadrícula de 5x5 cuadrados de colores brillantes sobre una base negra, como el juego Space Invaders desintegrado. Las pegatinas se encuentran cerca de las salidas, plataformas, escaleras mecánicas, taquillas, intercomunicadores y pasadizos de la red de autobuses, trenes, tranvías de la ciudad, y del funicular que sube por la empinada ladera de Montjuïc.
Estas coloridas pegatinas no son obra de un aspirante a grafitero, sino del programa de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), el servicio de transporte público. Su objetivo consiste en facilitar el acceso y la circulación para las miles de personas con discapacidad visual que viven en la ciudad.
El sistema ha sido desarrollado por el Mobile Vision Research Lab de la Universidad de Alicante (España), en colaboración con la start-up española NaviLens. Mediante una cámara de teléfono inteligente y una aplicación gratuita, las personas con discapacidad visual pueden escanear los códigos y escuchar la información que almacenan: desde horarios de transporte público hasta obstáculos que deben conocer, o descripciones físicas del entorno circundante. Los usuarios también pueden descargar códigos simples y personalizarlos para agregarlos a lo que quieran, por ejemplo, para etiquetar cajas de alimentos o documentos personales.
Dado que los códigos QR existen desde 1994, la idea obviamente no es nueva. Pero para hacer que su sistema funcionara, NaviLens tuvo que rediseñar el código bidireccional desde cero. Un marcador NaviLens de unos 13 centímetros de ancho puede ser leído por un smartphone a una distancia de 12 metros, en menos de un segundo, el tiempo que tarda una cámara de un teléfono inteligente en capturar un solo cuadro.
No es necesario enfocar el teléfono y se pueden escanear etiquetas en un ángulo de hasta 160 grados, e incluso en movimiento. La aplicación que lo acompaña puede registrar más de 200 etiquetas en un solo cuadro. El barcelonés Juan Nuñez, que tiene discapacidad visual, cuenta: "Cuando lees una etiqueta a varios metros de distancia parece magia. Hasta ahora, la única opción consistía en aprenderse el diseño de las estaciones y memorizar las rutas a seguir".
A medida que los usuarios recorren su entorno con un teléfono inteligente, las señales de audio les permiten encontrar y centrar la etiqueta en el campo de visión del teléfono. Un movimiento de la muñeca activa los detalles que contiene (las personas con discapacidad visual suelen llevar a un perro guía o un bastón con la otra mano). La información varía según el lugar en el que se encuentre el usuario en relación con la etiqueta. También puede programarse en varios idiomas para poder seleccionar el nativo del usuario, algo fundamental para una ciudad que recibe casi 10 millones de turistas cada año.
Después del éxito del programa piloto en una única línea de metro y una ruta de autobús, el sistema NaviLens ya se está expandiendo a las 159 estaciones de metro y 2.400 paradas de autobús, con un total de decenas de miles de etiquetas que formarán una infraestructura de realidad aumentada. NaviLens espera expandirse pronto a otras ciudades europeas.
Neosistec, la empresa matriz de NaviLens, también ha desarrollado una aplicación independiente para personas videntes que utiliza las etiquetas para generar señales de realidad aumentada que indican el destino a los usuarios. La empresa se une, así, a un mercado ya abarrotado de aplicaciones de navegación dirigidas a personas con discapacidades visuales. Pero NaviLens destaca sobre el resto porque la mayoría utiliza GPS, por lo que necesitan Bluetooth para funcionar en interiores, según explica el responsable de la oficina técnica de Accesibilidad Universal de TMB, Raül Casas.
Otros usuarios invidentes y con discapacidad visual ajenos a Barcelona también han quedado impresionados. Uno de ellos es el jugador de yudo invidente que compitió en los Juegos Paralímpicos de 2012, Marc Powell, quien colabora con el departamento de Innovación del Real Instituto Nacional para Personas Invidentes de Reino Unido, y que también ha estado probando el sistema. El deportista cuenta: "Al principio hay cierto escepticismo, pero pronto se convierte en una risita y en un momento sorpresa: ¿realmente he podido detectar algo a 15 metros de distancia? Sabiendo lo que hay alrededor: una habitación tranquila, una máquina expendedora, todo eso devuelve la vida a un edificio".