El proceso implica la congelación del caucho usado y su ruptura en partículas pequeñas-—obteniendo como resultado nuevos materiales de bajo coste.
De los casi 300 millones de neumáticos desechados en los Estados Unidos cada año, más de la mitad terminan ya sea en vertederos o quemados como combustible en hornos de cemento y en otras industrias.
Lehigh Technologies con sede en Tucker, Georgia, ha desarrollado un proceso para rejuvenecer el caucho descartado que podría abrir nuevas oportunidades de reciclaje. Si la tecnología de la compañía gana popularidad, se podría crear un mercado de miles de millones de dólares para el caucho reciclado de alto rendimiento.
El caucho usado es difícil de reciclar porque está vulcanizado—endurecido y químicamente inerte—mediante la adición de azufre y de otros compuestos a las largas cadenas moleculares del material. Se pueden derretir parcialmente pequeños trozos de neumáticos usados y usarlos como relleno en el asfalto, pero devulcanizar el caucho involucra unos procesos químicos y térmicos caros.
En cambio, Lehig Technologies convierte el caucho en un polvo fino mediante un proceso que implica la congelación del caucho viejo y su ruptura en añicos. Esto comienza con neumáticos que han sido partidos en pedazos de media pulgada con un equipamiento de trituración convencional. Lehigh mezcla estas piezas de goma con nitrógeno líquido, enfriando criogénicamente el caucho a -100 ° C. El caucho se incorpora después a un “molino turbo” de alta velocidad que lo fragmenta en partículas de no más de 180 micras.
Al crear un polvo tan fino, el caucho se transforma de un material de relleno altamente inerte a uno que se puede enlazar con otros materiales. "Creamos un enorme aumento de la superficie en relación al tamaño, y eso permite una mezcla mucho más íntima con otros materiales", señala Alan Barton, director general de Lehigh Technologies.
En 2006, Lehigh Technologies abrió su primera instalación comercial, la cual tiene una capacidad para producir 100 millones de libras de polvo de caucho y procesar cuatro millones de neumáticos al año. Las ventas de productos de la compañía aumentaron en un 40 por ciento el año pasado, pero la instalación sigue funcionando a menos de la mitad de la capacidad. Barton afirma que su empresa ha vendido caucho reciclado a varios de los principales fabricantes de neumáticos. Él estima que 30 millones de neumáticos actualmente en las carreteras de los Estados Unidos se hacen en parte con caucho reciclado de su empresa, aunque sólo alrededor del 3 al 7 por ciento de todo el caucho de estos neumáticos sea su material reciclado.
Esto es así porque el caucho de Lehigh técnicamente aún está vulcanizado. Los átomos de carbono en el caucho siguen unidos a átomos de azufre, y estos enlaces les impiden formar enlaces covalentes con otros productos químicos.
La empresa inauguró recientemente un centro de investigación interno que está buscando cambiar las propiedades químicas de los polvos que produce, para que sus superficies sean más reactivas. La empresa también ha desarrollado maneras de hacer que el caucho reciclado se enlace a materiales cercanos mediante enlaces intermoleculares no covalentes.
Casi un tercio de la producción anual de Lehigh se debe también a aplicaciones especializadas, desde pinturas y revestimientos hasta plásticos de moldeo por inyección. El polvo PolyDyne y el polvo MicroDyne de Lehigh se pueden utilizar para sustituir hasta un 40 por ciento de los polímeros que normalmente van en un plástico.
El PolyDyne, el polvo más grande y menos costoso de los polvos de caucho de Lehigh, se vende por algo menos de 50 centavos de dólar por libra; el polvo de grano más fino MicroDyne requiere temperaturas más frías y una más alta velocidad de molido, por lo que es significativamente más caro. El PolyDyne cuesta la mitad que el caucho sintético no reciclado, un tercio del precio del caucho natural, y casi la mitad que el polipropileno, un polímero de uso común en moldes de plástico.
Ésta es un área en la que los inversores de Leigh están particularmente interesados.
"Escoja cualquier producto plástico que quiera hacer y verá que tiene unos requisitos técnicos de rendimiento específicos", afirma Ben Kortlang, socio de la empresa de capital riesgo Kleiner Perkins Caufield & Byers, que recientemente ha invertido en Lehigh Technologies. "Usando una mezcla de PolyDyne y materiales tradicionales, habrá normalmente un ahorro de costes y, en muchos casos, una mejora del rendimiento. Y muchos de estos mercados podrían ser muy, muy grandes."