Esa es la principal conclusión de un informe sobre energía en California, que señala que también serán necesarias grandes inversiones. Aunque los resultados son extrapolables a otros países, los autores señalan que sí resulta factible cumplir los objetivos climáticos
El laboratorio de ideas del experto en energía Ernie Moniz cree que California (EE. UU.) podría lograr sus ambiciosos objetivos de emisiones. Pero para lograrlo, harán falta muchas inversiones, alguna innovación rompedora y una gran cantidad de gas natural. Los planes del Estado de California para que su electricidad esté libre de emisiones de dióxido de carbono a mediados de este siglo requerirán innovaciones extraordinarias y transformar todos los sectores de su economía.
Ese es el hallazgo principal del último informe de Energy Futures Initiative (EFI), que analiza qué tecnologías podrían ser necesarias para llevar a cabo las ambiciosas políticas climáticas de California. Sus leyes exigen reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de toda la economía a un 40 % por debajo de los niveles de 1990 para 2030 y crear un sistema de electricidad libre de carbono para 2045. Además, una orden ejecutiva firmada por su exgobernador Jerry Brown el año pasado obliga a California a reducir las emisiones totales en un 80 % hasta 2050.
El informe de EFI, el laboratorio de ideas fundado por el exministro de energía de EE. UU. Ernest Moniz, concluye estos planes son factibles. Pero subraya lo mucho que tendrá que trabajar tanto California, como otros estados y países, para deshacerse del dióxido de carbono. En concreto, el Estado de Washington (EE.UU.) ha aprobado una ley que exige un sistema de electricidad sin carbono antes de 2045, mientras que Nevada, Nuevo México, Hawái, Puerto Rico y Washington, DC (todos en EE.UU.), han promulgado leyes similares. Otros estados tienen sus propuestas de ley pendientes de aprobación.
Incluso lograr los objetivos de California para el año 2030 requerirá una "innovación incremental", reducir los costes y mejorar las capacidades de almacenamiento de energía, captura de carbono y combustibles renovables neutros en carbono, explica el director de Investigación Estratégica de EFI, Alex Kizer. Pero conseguir lo que este estado espera lograr a mediados del siglo requeriría avances tecnológicos en el almacenamiento de larga duración, hormigón limpio, energía eólica marina, combustible de hidrógeno y en otros campos.
"Para llegar al 80 % y más de reducción de emisiones, hace falta una innovación rompedora", resalta Kizer.
Un punto del informe que no gustará a los ambientalistas ni a algunos políticos (quienes notarán que cinco de los 11 patrocinadores del informe tienen la palabra "gas" en su cargo) es que si los sistemas de captura de carbono se integran a las plantas de gas natural del Estado podría lograr las mayores reducciones de emisiones en el sector eléctrico. Específicamente, esas reducciones podrían sumar 17,7 megatones en 2030, en comparación con los 11 megatones para plantas renovables junto con los sistemas de almacenamiento de cinco o 10 horas, lo que probablemente significaría grandes bancos de baterías de iones de litio.
Los críticos defienden que adoptar la captura de carbono asegurará la dependencia continua de los combustibles fósiles y todo el daño ambiental que conlleva su producción. Pero el informe señala que la generación de gas natural probablemente continuará desempeñando un papel clave porque es barata y constante, una característica crucial para una red que opera con cada vez mayores niveles de generación solar y eólica muy variable.
Otras áreas que podrían producir importantes reducciones de emisiones serían las normas de ahorro de combustible y los combustibles con bajo contenido de carbono en el sector del transporte; la captura de carbono y el cambio al combustible de hidrógeno en la industria; eficiencia energética y electrificación en el sector de la construcción; así como convertir el estiércol de ganado en combustibles renovables en la agricultura.