Cadenas de bloques y aplicaciones
Hartas de la lentitud del gobierno, las empresas lanzan su propio 5G
Varios fabricantes de automóviles, petroleras y puertos de embarque planean construir redes privadas 5G para lograr una conectividad más rápida y confiable que las convierta en verdaderas empresas de la industria 4.0. Pero les saldrá bastante caro
Dentro de poco, la conectividad inalámbrica de las fábricas de Audi será tan avanzada como los vehículos que produce. El fabricante de coches alemán planea construir su propia red inalámbrica privada 5G, la próxima generación de la tecnología de telefonía móvil. Ante la pasividad de los gobiernos para desplegar la tecnología , Audi cree que esta red 5G privada, que la propia compañía tendrá que gestionar, le permitirá conectar sus robots y otros dispositivos de forma más rápida y segura que los sistemas existentes de Ethernet, wifi y 4G LTE, afirma el jefe del laboratorio de producción, Henning Löser.
Al igual que las generaciones inalámbricas anteriores, el 5G aumentará las velocidades de carga y descarga para los teléfonos y tablets de los usuarios. Se espera que esta nueva tecnología popularice las redes móviles privadas porque fue diseñada con más capacidades que otras tecnologías inalámbricas. El 5G reducirá los retrasos en la transmisión de datos de aproximadamente 30 milisegundos a menos de un milisegundo. Así, los dispositivos que necesitan conexiones instantáneas para funcionar correctamente podrían conectarse a una red e intercambiar datos para dar lugar a un internet de las cosas real (IoT). El 5G puede programarse para tratar distintos tipos de datos o aparatos de manera diferente, por ejemplo, favoreciendo los dispositivos de misión crítica para que sigan funcionando incluso si el resto de la red está interrumpida.
Por eso el 5G resulta mejor para algunas empresas que las opciones existentes como el 4G LTE, que carece de esas características; Ethernet, que requiere cables fijos; o wifi, que puede ser hackeado más fácilmente que las conexiones móviles. "Una fábrica podría usar una red privada LTE, pero con ella no podría controlar a un robot de la fábrica", explica el director técnico de Marketing de Qualcomm, Patrik Lundqvist, que aspira a vender conjuntos de chips y módems para redes privadas.
Además de Audi, otras empresas han expresado su interés en gestionar sus propias redes 5G, como BMW, Daimler y Volkswagen, al igual que las grandes compañías de productos químicos, gas y petróleo; las de servicios públicos y los principales puertos de carga, según los analistas consultados por MIT Technology Review.
Las redes privadas 5G también podrían crear un enorme mercado para las compañías de tecnología que las administran y las que venden dispositivos correspondientes. Los gigantes como Ericsson, Huawei, Nokia y Qualcomm, así como algunos más pequeños como Wave Wireless, ya están probando y comercializando equipamientos. Harbour Research, una compañía de consultoría e investigación con sede en Estados Unidos que se especializa en el análisis de IoT, estima que este mercado crecerá aproximadamente un 30 % al año hasta 2028, cuando generará 314.000 millones de euros.
Industria 4.0
Las empresas de producción, especialmente las que dirigen fábricas, parecen las más interesadas en construir sus redes privadas 5G. Especialmente en Alemania. El CEO de Zvei, Klaus Mittelbach, del influyente grupo comercial de fabricantes de productos electrónicos y eléctricos, explica que las compañías alemanas ven esta tecnología como una forma de mantener su liderazgo en la fabricación avanzada, una iniciativa nacional a menudo denominada como Industria 4.0. "Las redes privadas 5G mantendrán a Alemania competitiva en tiempos de digitalización [al habilitar] la fábrica del futuro, que será altamente flexible y admitirá un elevado grado de personalización", escribió Mittelbach en una entrevista por correo electrónico.
En esta visión de una fábrica súper moderna, el 5G proporcionaría conectividad inalámbrica ubicua para tener sensores en todas partes. Los trabajadores podrían consultar vídeos de realidad aumentada para ver las instrucciones, y la maquinaria podría moverse fácilmente para ayudar a los gerentes a experimentar con diferentes métodos de producción y adaptar las operaciones a la demanda. Como lo describe Mittelbach: "Las paredes, el techo y el suelo de la fábrica probablemente serán los únicos componentes fijos que quedarán".
Audi es un buen ejemplo. Actualmente, el fabricante de coches depende del wifi en sus instalaciones de producción y conecta sus robots principalmente a través de Ethernet. Löser señala que Audi quiere desenchufar a sus robots y hacer que su producción sea "más ágil y flexible", pero su wifi tiene dificultades cuando los robots necesitan moverse rápidamente o transmitir datos en tiempo real. Así que, en agosto, Audi comenzó con las pruebas 5G para controlar algunos de sus robots que pegan partes de vehículos. Aunque la prueba sigue en curso, Löser afirma que los resultados hasta ahora han sido "muy satisfactorios". Audi planea utilizar 5G dentro de pocos años en sus instalaciones de producción en su sede alemana y luego lo expandirá a otras fábricas del Grupo Audi; la compañía puede incluso usarlo para reemplazar su wifi, explica él.
Equipamento requerido
Por supuesto, las empresas como Audi no pueden hacer todo esto por sí solas. Necesitan equipos de red, software y, lo más importante, acceso al espectro radioeléctrico, las frecuencias de radio que transmiten las señales inalámbricas. Audi consiguió su equipo de 5G a través de un acuerdo con Ericsson y cuenta con el regulador de telecomunicaciones alemán, el Bundesnetzagentur, para vender su espectro. En mayo, la agencia dijo que distribuiría el espectro a empresas industriales y fábricas para su uso local y regional, aunque aún no ha publicado detalles exactos. Una vez que Audi obtenga el espectro, decidirá si contrata a una empresa para ayudarle con la red.
En otros países, es probable que las empresas tomen una ruta similar hacia las redes privadas 5G. El coste puede limitar la demanda a las compañías más grandes. El vicepresidente de Harbor Research, Alex Glaser, estima que una empresa tendría que invertir cerca de 90.000 euros por el hardware necesario, que se parece a un equipo wifi, porque es un conjunto de cajas de plástico con antenas. Debido a que las señales móviles viajan más lejos que el wifi, las compañías no necesitarán tantas "celdas pequeñas" como routers, pero las celdas costarán más. Al menos al principio.
También está el gasto de operar la red y adquirir el espectro. Algunas compañías supervisarán sus propias redes, ya sea por cuestiones de responsabilidad y seguridad o porque tienen grandes equipos de tecnología internos. Eso significa que tendrán que asumir todas las responsabilidades de las que AT&T, o Deutsche Telekom, normalmente se harían cargo, como es diseñar, implementar y mantener la red. Algunas empresas subcontratarán la gestión a especialistas. Otras pueden usar redes privadas para operar partes sensibles de su negocio y quedarse con las redes móviles públicas para las áreas menos sensibles.
Cuando las compañías obtengan el espectro y el equipamiento, podrán construir redes, incluso si los operadores móviles aún no han activado el 5G en su región. El CEO de Zvei confirma: "Tan pronto como [ambas cosas] estén disponibles, nuestras compañías comenzarán a utilizar redes privadas".