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Biotecnología

Todo lo que se sabe sobre los bebés chinos editados con CRISPR

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El investigador He Jiankui, quien afirma haber creado los primeros bebés del mundo con genes editados, está siendo investigado por las autoridades sanitarias chinas, que acusan al hospital de no haber seguido el protocolo adecuado mientras la universidad se desvincula de cualquier responsabilidad

  • por Antonio Regalado | traducido por Ana Milutinovic
  • 28 Noviembre, 2018

El investigador chino de la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur (SUST) en Shenzhen (China) He Jiankui, quien afirma haber creado los primeros bebés modificados genéticamente, ya está siendo investigado para averiguar si su experimento ha violado leyes o regulaciones chinas. El objetivo de su proyecto era crear bebés nacidos con genomas editados en su fase embrionaria. Dichos bebés serían despojados del gen CCR5 con la esperanza de hacer que los retoños fueran resistentes al VIH, la viruela y el cólera.

Crédito: Kathy Naikan

La polémica saltó el pasado domingo cuando MIT Technology Review dio a conocer dos informes médicos chinos publicados online este mes (aquí y aquí). Según los textos, el equipo de He había estado seleccionando parejas para crear los primeros bebés editados genéticamente mediante ensayos clínicos en los que se emplearía CRISPR para modificar embriones humanos antes de transferirlos a los úteros de las mujeres.

Aunque al principio He se negó a confirmar si dicho proyecto había concluido en el nacimiento de bebés reales, los datos presentados como parte del registro de los ensayos muestran que se han llevado a cabo pruebas genéticas en fetos de hasta 24 semanas o seis meses. Finalmente, He publicó un vídeo en el que afirmaba que, "un par de semanas antes", habían nacido dos gemelas sanas, Lulu y Nana. En las imágenes, He también explica que las niñas fueron concebidas mediante fecundación in vitro (FIV), pero que su equipo había añadido "un poco de proteína y algo de información" a los óvulos fertilizados. Con estos términos, He básicamente estaba haciendo alusión a la técnica de edición genética CRISPR.

"Estas dos niñas son conejillos de Indias. Al no haber entendido los riesgos de forma previa, todo su proceso de maduración deberá ser controlado", dijo el investigador del Instituto de Medicina Molecular de la Universidad de Pekín (China) Liu Ying. De hecho, en 2017, He reconoció que si el primer bebé CRISPR no fuera sano, terminaría siendo un desastre. "Deberíamos hacerlo de forma lenta y cautelosa, ya que un solo caso de error podría acabar con todo el campo", dijo

Los documentos relacionados con el ensayo clínico nombran a He y a Jinzhou Qin como patrocinadores del estudio, y mencionan que la iniciativa recibió la aprobación del comité ético del Hospital HarMoniCare de Mujeres y Niños de Shenzhen. Pero la oleada de críticas, tanto chinas como internacionales, no se ha hecho esperar.

El mismo domingo, la Junta de Expertos de Ética Médica de la Ciudad de Shenzhen informó que comenzaría una investigación sobre el estudio de He y publicó un comunicado en el que afirma que, según sus averiguaciones, el Hospital de "HarMoniCare no llevó a cabo los informes que requiere la normativa". El exdirector médico de este hospital privado, Jiang Su-Qi, dijo a Southern Capital News que no recordaba haber aprobado el estudio de He mientras estaba en su comité ético. No obstante, también se ha hecho pública la declaración de ética que He presentó al hospital para que diera luz verde a su investigación. En ella, el investigador aludía a un informe de 22 expertos de la Academia de Ciencias de EEUU  publicada en 2017 (ver El científico de los bebés CRISPR usó un informe de EEUU para justificarse).

Ante la noticia, el presidente de la Universidad de He, Chen Shiyi, convocó una reunión de emergencia de los investigadores relacionados con el proyecto, y según varios medios chinos, afirmó: "Esto no tiene nada que ver con nuestra Universidad, el estudio no fue realizado en SUST". El propio departamento de Biología de la Universidad afirma que el experimento de He "viola gravemente las normas y regulaciones éticas y académicas".

Unas directrices de 2003 para las clínicas de FIV chinas prohíben la transferencia de embriones genéticamente modificados para comenzar un embarazo. El portavoz de He para los medios estadounidenses, Ryan Ferrell, no respondió a las preguntas sobre la legalidad del proyecto. Otra cosa que tampoco está clara es dónde llevó a cabo su estudio He y quién lo financió. Ferrell solo ha dicho: "He me explicó que hace años decidió pedir una excedencia para dedicarse a tiempo completo a la investigación y dejar la enseñanza".

La noticia del nacimiento de las niñas coincide con la Cumbre Internacional sobre Edición del Genoma Humano que se está celebrando en Hong Kong (China) para debatir sobre esta poderosa tecnología. Su objetivo se centra en ayudar a determinar si los humanos deben comenzar a modificarse genéticamente, y si es así, cómo deberían hacerlo. Ahora, la página web Stat informa que la Academia China de Ciencias se ha negado a patrocinar y participar oficialmente en el evento. Parece que los organizadores de la cumbre también ignoraban los planes de He.

Actualmente, el uso de un embrión diseñado genéticamente para establecer un embarazo sería ilegal en gran parte de Europa y estaría prohibido en Estados Unidos. También está prohibido en China con una orden ministerial de 2003 para las clínicas de FIV. No está claro si He obtuvo un permiso especial o si pasó por alto la orden, que no tiene la fuerza de ley.

El médico y científico del Instituto de Investigación Scripps en La Jolla (EE.UU.), Eric Topol, afirma que ya había recibido información sobre el experimento de He, pero no la suficiente como para determinar si la edición genética había funcionado. El experto, quien critica la ausencia de un informe científico describiendo la investigación, sentencia: "Eso no es buena medicina".

La noticia de los bebés fue una sorpresa tan grande en China como en cualquier otro lugar. "Las consecuencias son imposibles de predecir", afirma el subdirector del Centro de Investigación Integral del SIDA de la Universidad de Tsinghua (China), Zhang Lin-Qi, y añade: "La mayoría de la gente está completamente perpleja, incluido yo".

Un grupo de 122 investigadores y científicos chinos ha emitido un comunicado en el que condena el estudio de He y exige a las autoridades la creación de un marco legal sobre la edición genética en humanos. El texto afirma: "Esto es un gran golpe para la imagen y el desarrollo de las ciencias de la vida chinas en el escenario mundial. Es extremadamente injusto hacia tantos científicos honestos y sinceros que trabajan para respetar las prácticas éticas en las ciencias".

En su vídeo, He se presentó como un mártir dispuesto para una causa superior. "Entiendo que mi trabajo será controvertido, pero las familias necesitan esta tecnología y estoy dispuesto a aceptar las críticas", concluyó.

Pero más allá de sus buenas intenciones (ya sean reales o fingidas), esta tecnología tiene gran carga ética porque las generaciones futuras heredarían los cambios en los embriones y podrían afectar a la totalidad del conjunto genético. En un mensaje pregrabado antes de la inauguración de la cumbre genética, el biólogo y expresidente del Instituto de Tecnología de California (EE.UU.) David Baltimore, quien presidió los actos, afirmó: "Nunca hemos hecho nada que cambie los genes de la raza humana, y tampoco hemos hecho nada que tenga efectos que duren a través de las generaciones".

La edición genética de un embrión humano del tamaño de una peca conlleva riesgos importantes, incluidos los de introducir mutaciones no deseadas o producir un bebé con un cuerpo compuesto de algunas células editadas y otras no. En una presentación científica realizada en 2017 en el Laboratorio Cold Spring Harbor (EE.UU.), publicada en YouTube, He describió una serie muy grande de experimentos preliminares en ratones, monos y más de 300 embriones humanos. Un riesgo de CRISPR es que podría introducir mutaciones accidentales o "fuera del objetivo". Pero He afirmó que había encontrado pocos o ningún cambio no deseado en los embriones de prueba.

Pero al experto en edición genética y director adjunto del Instituto Altius de Ciencias Biomédicas, una organización sin ánimo de lucro en Seattle (EE.UU.), Fyodor Urnov, quien ha revisado los informes chinos, este experimento le provoca "pesar y preocupación por el hecho de que la edición de genes, una técnica poderosa y útil, se utilizó en un entorno innecesario". En su opinión, hay formas más fáciles y menos costosas de prevenir la infección por VIH. De hecho, ya se están realizando estudios para editar el mismo gen en cuerpos de adultos con VIH. "Es una incursión difícil de explicar en la ingeniería genética de la línea germinal humana que en la sociedad podría restar importancia a una década de progreso en la edición de genes de adultos y niños para tratar enfermedades existentes", explica. Además, la edición de embriones durante un procedimiento de FIV sería cara, de alta tecnología y probablemente permanecería inaccesible en muchas regiones pobres del mundo donde el VIH está muy extendido.

Opinión pública

En las últimas semanas, He había comenzado una campaña de divulgación activa en la que habló con expertos en ética y encargó una encuesta de opinión en China. También contrató a su actual portavoz, Ferrell, un profesional de relaciones públicas estadounidense. Para el especialista en bioética de la Universidad Estatal de Arizona (EE.UU.) Benjamin Hurlbut, con todas estas maniobras, He estaba "estableciendo las bases para una futura autojustificación".

El último sondeo de opinión de la Universidad Sun Yat-Sen reveló un amplio apoyo para la edición de genes entre los 4.700 encuestados, incluido un grupo de participantes VIH positivos. Más del 60 % se mostraba a favor de legalizar a los niños modificados genéticamente si el objetivo era tratar o prevenir las enfermedades. Las encuestas realizadas por el Pew Research Center han encontrado similares niveles de apoyo para la edición de genes en EE. UU.

Hasta ahora, los expertos han estado de acuerdo en que la edición de genes no debería usarse para crear "bebés de diseño", modificando su aspecto físico o personalidad. Pero el intento de crear niños protegidos del VIH también cae en una zona gris de la ética entre el tratamiento y la mejora genética, porque este método no parece curar ninguna enfermedad o trastorno en el embrión, sino que intenta crear una ventaja para la salud, al igual que una vacuna protege contra la varicela.

Parece que He había previsto las preocupaciones que su estudio podría provocar. En una publicación de noviembre en la red social china WeChat, el investigador afirmó: "Apoyo la edición genética para tratar y prevenir enfermedades, pero no para perfeccionar o mejorar el coeficiente intelectual, algo que no es beneficioso para la sociedad".

Una persona que conoce a He ha señalado que sus ambiciones científicas parecen estar en línea con las actitudes sociales prevalecientes en China, incluida la idea de que un bien común mayor supera la ética individual e incluso las pautas internacionales.

Detrás de estos ensayos chinos también se encuentra un pensamiento atrevido sobre cómo la ciencia puede dar forma a la evolución. Aunque la mutación natural que desactiva el CCR5 es relativamente común en algunas partes del norte de Europa, no se ha encontrado en China. La distribución de un rasgo genético como este, aunque solo sea en algunas poblaciones, destaca cómo la ingeniería genética podría ser usada para escoger los rasgos más útiles descubiertos por la evolución en diferentes lugares a lo largo del tiempo y reunirlos en los niños del mañana. 

En el futuro, un punto de vista como este podría dar lugar a personas nacidas únicamente con los genes más afortunados: nunca padecerán Alzheimer, ni enfermedades del corazón ni ciertas infecciones. En un texto publicado en una web científica, He concluye: "Al corregir los genes asociados con las enfermedades... nosotros, los humanos, podemos vivir mejor en un entorno que cambia rápidamente".

*El equipo de redacción de MIT Technology Review en español ha contribuido a este artículo para que incorpore la información más actualizada

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