La proporción de científicas de alto nivel revela que están infrarrepresentadas en los galardones, lo que confirma el sesgo de género en el premio y en la ciencia en general. Los investigadores afirman que se debe a los retos que las científicas sufren en su carrera por ser mujeres
Cuando Donna Strickland ganó el Premio Nobel de física el año pasado, se convirtió en la primera mujer en recibir el galardón en 55 años. La ganadora anterior, premiada en 1963, fue Maria Goeppert Mayer por su propuesta del modelo de la envoltura nuclear del núcleo atómico. Antes de ella, Marie Curie lo recibió en 1903 por su trabajo sobre la radioactividad.
Y eso es todo. Entre 1901 y 2018, el Premio Nobel de Física se ha otorgado 112 veces, pero solo tres mujeres lo han ganado. Y los premios en Química, Medicina y Economía reflejan un desequilibrio similar. De los 688 Premios Nobel de ciencias, solo 21 han sido mujeres.
Por supuesto, la brecha de género en ciencia es bien conocida. Así que es fácil imaginar que el pequeño número de las mujeres laureadas simplemente es un reflejo de ella. Pero, ¿acaso hay otros factores que también hayan contribuido a que las mujeres no ganen Premios Nobel?
La respuesta se encuentra en el trabajo de la investigadora de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) Liselotte Jauffred y un par de colegas. El equipo ha comparado la proporción de género entre los Premios Nobel con la proporción de género dentro de sus campos y aseguran que no coinciden. De hecho, las mujeres están significativamente menos representadas entre los ganadores del Premio Nobel que en la ciencia en general.
Los datos básicos sobre los ganadores de los premios son fáciles de reunir. Los galardonados tienen un promedio de 55 años y, por lo tanto, hay muchas posibilidades de que sean profesores de alto nivel de universidades de todo el mundo. Además, en general, los premiados son galardonados por trabajos que realizaron 15 años antes. Así que los actuales premiados han sido seleccionados como miembros de alto nivel del profesorado con un lapso temporal de 15 años.
Determinar la fracción de mujeres miembros del alto nivel del profesorado frente a todos los profesores de alto rango en los últimos cien años es mucho más complicado. Jauffred y sus colegas utilizaron los datos de la Fundación Nacional de Ciencia de EE. UU. que enumera a los miembros del profesorado de las universidades por género y disciplina científica entre 1973 y 2010. Los investigadores asumieron que estos datos podían reflejar la distribución global de las proporciones de género a nivel histórico. Así que los extrapolaron para determinar la proporción de género por disciplina entre 1901 y 2010.
Finalmente, el equipo comparó las proporciones históricas de género con el número de los premios otorgados a mujeres y buscó posibles sesgos con un modelo jerárquico bayesiano de interferencia. Los resultados son indiscutibles. "Es menos probable que las mujeres científicas obtengan un Premio Nobel de lo que sugiere su proporción de género", sentencia la investigación.
¿Pero por qué? Una posibilidad podría ser que el comité del Nobel evalúe injustamente las nominaciones de mujeres, pero Jauffred y sus colegas no creen que esa sea la razón. En cambio, señalan los muchos sesgos y obstáculos que sufren las mujeres a lo largo de sus carreras, a menudo antes de llegar a ser lo suficientemente mayores o influyentes como para ser consideradas para optar a los premios. La investigación continúa: "Creemos que existen limitaciones para que las mujeres ingresen en el grupo de científicos altamente estimados que merecen una nominación".
Por ejemplo, las mujeres laureadas tienen una probabilidad significativamente menor de casarse o tener hijos que los hombres laureados. Eso sugiere que la vida familiar limita las posibilidades de las mujeres para entrar en este grupo. Jauffred y sus colegas también afirman que en el mundo académico los hombres tienen más probabilidades de obtener los recursos y el apoyo necesarios para producir un extraordinario trabajo científico. "Esto sugiere que los hombres son más propensos a terminar en el grupo de posibles nominados al Nobel", explican.
Se trata de un trabajo interesante que revela la lamentable influencia del sesgo de género en la ciencia. "Sorprendentemente son pocos los Premios Nobel femeninos dentro de la medicina, las ciencias naturales y sociales", concluyen Jauffred y sus colegas.
Así que ahora la pregunta es qué hay que hacer para mejorar esta situación para que las mujeres estén representadas de manera equitativa y justa no solo en los Premios Nobel sino en la ciencia y en la vida en general.
Ref: arxiv.org/abs/1810.07280: Gender Bias in Nobel Prizes